sábado, 31 de diciembre de 2011

2011: un año de sorpresas

Como es tradicional, hoy es el día en que debemos hacer el recuento de todo lo que este año ha significado para nosotros: 2011 ha sido un año lleno de sorpresas, de altos y bajos, pero que, sin lugar a dudas, me ha permitido aprender demasiadas cosas de la vida. Son tantas las experiencias y momentos que es difícil resumirlos, pero haré el intento de mencionar los que más recuerdo.

1. Año nuevo en Caleta Portales. Acompañado de Evelyn y de mis amigos, creo que pasé una de las mejores noches de año nuevo en mi vida. Fuegos artificiales y carrete callejero porteño, simplemente, lo mejor. Un buen pie para este año. 

2. Despedidas. Evelyn parte rumbo a España a cumplir sus sueños y la distancia se convierte en un obstáculo que, afortunadamente, comprobamos que no lo fue tal, aquel día de julio en que regresaste. Emociones por doquier.

3. Viajes. Arica, Iquique, Tacna en febrero: un verano de paisajes y descanso, bajo el calor. Nuevas imágenes para mis recuerdos. Valdivia me esperaría en abril, en un ataque de locura momentánea que me llevó a viajar 12 horas hacia el sur a pasar un muy buen fin de semana. Pichidangui me esperaba en julio con ese toque gris de invierno y el calor sorpresiva que le da su especial toque, ese que me hace querer regresar siempre. Pichidegua nos recibió para septiembre, fiestas patrias fotografiando el alcanfor y comiendo las ricas empanadas originarias del sector. Para qué decir Santiago, la capital que antes no me gustaba y que ahora, cada vez más, me divierte más. 

4. Académico. Continuación del trabajo de ayudante de Gramática Normativa I y II. El inicio del trabajo como ayudante en Middlebury College y proyectos a futuro. Un año excelente en ese sentido.

5. Noviembre 18. Un año junto a Evelyn Celis, 12 meses de experiencias y momentos hermosos. Muchas gracias por ser parte de mi vida y seguir construyendo tantas historias.

6. Otro cumpleaños lleno de cariño. Un día en que me divertí tanto que no quería que acabara. 

Extrañamente, continuamos en clases para enero, pero bueno... son cosas que pasan y que, espero, no vuelvan a suceder el 2012 que, siento, será un año excelente. Recordar todo lo bueno -lo malo se olvida solito, solo se recuerda para no cometer errores- y seguir adelante, ese es el camino de este 2012. Le deseo mucho éxito, amor, felicidad y buena vibra a todos: a mis amigos del lado de acá, a los del lado de allá, a los que se fueron para allá, a los que se vinieron para acá, a los que siempre han estado... a todos los que han dejado alguna  huella en mi corazón.

Feliz 2012.

lunes, 26 de diciembre de 2011

A veces vuelo

Caminaba por 12 de febrero y sin más ni más, cerré los ojos y comencé a volar. Me importó un comino si había gente alrededor, si alguien estaría esperando para tomar una fotografia de aquel evento o me observaba. Abrí los brazos hacia lo alto y mis pies fueron despegándose del suelo en un planeo lento, pero seguro. Me elevé despacio, dejando la ciudad atrás: Valparaíso se veía tan pequeño a mis pies al momento en que crucé las nubes otra vez, sabiendo que no era la primera ni la última vez que percibiría la brisa fresca del aire en la altura. 

A veces vuelo sin que nadie se dé cuenta, dejo el mundo a mis pies y llego tan lejos como quiero. A veces vuelo, aunque no siempre lo cuente.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Feliz navidad

¡Feliz navidad! Mis mejores deseos, que esta fecha esté llena de alegría, amor y esperanza de que el nuevo año será mejor que el que ya se nos va. 




sábado, 24 de diciembre de 2011

Venta de sueños

Casi como para hablar del capitalismo onírico, ya que está un poco de moda el consumo por estas fechas. Sueños irreales o no, son sueños. Simplemente, cuático.

 Fotografía: Instituto Nacional, Santiago.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Destinos

Tu pelo rojo flamea al viento,
tu mirada eterna me perturba en silencio,
pero no te lo voy a decir.
Cuando el viento retumba en los alrededores me detengo,
observo, pienso y siento:
todas esos caminos que dibujan nuestras pisadas
seguro, han formado parte de un destino contigo.
Allá viene el tren:
sigamos juntos en un viaje
cuyo destino dejaremos que sea desconocido,
para vivirlo, disfrutarlo.

La vida es una sorpresa:
sorprendámonos con ella.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Paracetamol II

Abro los ojos y ya son las 10 de la mañana. Cierro los ojos. Abro los ojos y son las 10.30. Zzzz. Abro los ojos y son las 11 de la mañana y, por fin, camino hacia la ducha como quien camina sonámbulo al matadero, por inercia, sin reacción ni intención, sin ánimo. El sol quilpueíno de mediodía es algo sofocante: 11.50 y pillo la micro que me llevará rumbo a Valparaíso, pero sin ánimo. Hubiese sido mejor que me quedara durmiendo, mirando el techo o qué se yo. Lo único claro es que pensé que podría haber sido un buen día para tomármelo, teniendo en cuenta la moda de tomarse todo. 

Era imposible conciliar el suelo en los super asientos de los microbuses del TMV. Un extraño dolor de cabeza se introducía por mi frente: el sol, calor, verano... clases. Hay algo que no calza. Lo bueno es que aun puedo pagar pasaje escolar sin que reclamen, aunque la regalía durará poco. Abro los ojos y me duele la cabeza, me siento fatal, creo que puedo vomitar. Veo la Universidad Santa María sede Viña del Mar, en el límite con Quilpué, y pasa por mi cabeza la idea de regresar a casa. Pero no, debo ser fuerte: llegar a mi destino. Todo da vueltas, calor, quiero descanso... me parte la cabeza. 

Almuerzo: inercia. Hablo: inercia. Camino: sonámbulo. Zombie, inerte, piedra, roca, proyectil suspendido en el aire, respiración agitada, incontables exclamaciones y gestos de dolor. Incomprensibilidad. Acciones sin sentido, reacciones ídem, sensibilidad, dolor de cabeza, dolor de cabeza, dolor de cabeza. Dolor de cabeza. Automedicación: sí, era necesario. Una llamada y una caminata al Jumbo Valparaíso podría ser la solución. Inicio de la clase: dos pastillas de paracetamol y casi 1.2 litros de agua. Calor. En verano no debería haber clases: y los culpables, seguro, que están de vacaciones. Me duele la cabeza. Comienza la clase, no quiero que me pregunten, no quiero hablar: pregunta una incoherencia. Me cuesta creer que tendré que soportar esta clase el 26 de diciembre. Pasa 1 hora y lentamente vuelvo, regreso de ese mundo extraño.

Paracetamol, una vez más, has salvado mi vida.

La casona del Cerro Polanco.

Las doce han dado y sereno. Las rejillas de la ventana que dan al secreto callejón olvidado, ocultan los cristales a punto de empañarse por el contraste entre el frío nocturno y la calidez de una casona antigua, probablemente sobreviviente del terremoto de 1906 cuando los cerros bailaron al ritmo de la tierra. Las estrellas en el cielo se dibujan sobre sus ojos pegados al vidrio frío que le recuerda el temor de antaño al ver los rayos y relámpagos de una tormenta, deseando con todas sus fuerzas que sus padres no fuesen a trabajar ese día y se quedaran con él. Ellos debían de estar durmiendo en su habitación, más allá del salón y las cortinas cinematográficas que dividían el pasillo en dos ambientes.

Más de alguna vez, lo visitó algún espíritu nocturno, quizá vespertino. De no haber sido tan pequeño, le hubiese invitado a tomar té, mientras conversaban de aquellas historias alrededor de la torre del ascensor. Sabía que se escondía un enigma alrededor, en las paredes, debajo de las tablas que misteriosamente se levantaban y crugían cuando no había nadie más. Alguna vez sintió las pisadas que avanzaban desde la cocina hasta su cama: alguna vez cerró la puerta y observó a través del vidrio, queriendo escuchar las conversaciones de los fantasmas que se quedaban en la cocina para acariciar al gato. Alguna vez se levantó al baño y abrió la puerta hacia el patio y caminó descalzo por el cemento en dirección al lugar donde, alguna vez, hubo un parrón. Caminaba bajo la noche y se acercaba al muro que lo protegía de la calle: las almas en vela deambulaban por el pasaje Bilbao.

Recostado, miró el reloj que estaba en la puerta clausurada, que daba al pasaje desconocido cuyo nombre nunca supo. Sintió las pisadas de un hombre extraño que deambulaba por las afueras gritando: "Motemei, calientito el motemei" y se preguntó qué era eso que vendía, quién era él, qué hacía ahí a esas horas. Era la 1 de la mañana y la vieja casona del cerro Polanco estaba próxima a tomar vida mientras todos dormían.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Me encanta

Me encanta...
ver que el mundo tiene mucho color,
que las luces de la ciudad brillan más que antes,
que las cosas locas son aún más locas,
que el tiempo se pasa volando,
que el mar produce olas de colores,
que el viento es infinito (y que lo podemos invocar),
que me cuesta creer que lo increíble es cierto... y aún mejor,
que pasan los meses y el sentimiento aumenta,
que la vida toma sentido,
que los sueños se hacen reales,
que contigo se asoma un futuro lleno de cosas buenas,
que mirarte sea suficiente para no decir nada más. 

Me encanta que tu mirada me enloquezca
y que cuando tenga que despedirme, no quiera hacerlo:
dejar pasar la hora intencionalmente inventando mil excusas,
volver a verte y acariciarte, aún a distancia.

Saber que aunque discrepes, harás lo posible por entenderme y hacer que me sienta feliz, por encontrar eso que hay dentro de mí y que a veces nadie más ha podido ver. Saber que en tu mirada encuentro eso que busco: tranquilidad, plenitud, amor. 
Me encanta estar enamorado de ti.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Domingo 11 de diciembre.

Me encanta escribir. Creo que lo he dicho varias veces, pero lo vuelvo a repetir una y otra vez. Me gusta poder crear nuevas historias y tener la sensación de que esas ficciones pasan a ser una realidad en el instante en que la decodificación lingüística pasa a ser una imagen mental que toma color, sonido, olor y que, en muchas ocasiones, se transforma en la aceleración cardiaca producto de la ansiedad de los momentos, de lo que pueda ocurrir: como en la vida real. Me cuestiono hasta qué punto las palabras son el reflejo del estado del mundo y de las historias de la humanidad, qué es lo que efectivamente sucede y qué es lo que no, cuál es el límite exacto entre lo mítico y lo que consideramos como real. Cada día me convenzo más de que la magia está por todos lados y que, aunque seamos reticentes, el componente mágico-místico del mundo nos influye mucho más de lo que pensamos.

Escribir es un proceso místico: traer dimensiones paralelas y establecer conexiones con otras historias que andan sueltas por allá arriba en el "mundo de las ideas", como lo diría Platón. Tener el poder de interferir en una realidad, de ser creador o destructor dependiendo del caso. La mezcla de los mundos en punto difuso, a veces inentendible, abstracto, inconcluso...

sábado, 10 de diciembre de 2011

Electrodomésticos modernos.

Otras funcionalidades del microondas. Dentro de mi conocimiento limitado, yo solo pensaba que servían para calentar comida o cocinar, pero no para enviar señales de cámaras de filmación. Mish.


Fotografía: Micro 109, a la altura de Troncos Viejos, Villa Alemana.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Tarde de shopping con mi abuelita.

Ya decía yo que eso del consumismo es una costumbre heredado de familia, si no es mi madre, es mi abuelita. Llego a mi casa a eso de las 2 de la tarde y me dice que la acompañe al Portal Belloto porque quiere ir a comprar la caja de 5 kilos de detergente: esa que dice "te conviene" y que uno agradece que no mienta diciendo que es más cómoda de llevar. Fue así como tomamos una micro y nos dirigimos hacia dicho lugar a eso de las 5 de la tarde cuando el valle interior del Gran Valparaíso tendría una temperatura de unos 23º, bastante agradable. Nadie sabía lo que estaba por ocurrir.

Llegamos al Lider en busca de un vino para regalar: me impresiona ver que los pasillos posean tantas variedades diversas, desde vino en caja de cartón hasta vino en cajita de madera, de exportación. Lo bueno es que en Chile uno puede encontrar un vino bueno por un precio razonable: bendita industria vitivinícola nacional. Al no encontrar el producto requerido, salimos en dirección a la super feria de zapatillas con descuentos, tipo outlet. Lo único outlet que tenía era que estaba fuera del supermercado, ya que la variedad era pésima, sin mencionar que el diseño era de gusto de flaites. Mal por nuestra sociedad y bien por mí, porque de haber habido un modelo que me gustara, habría hecho alguna compra innecesaria de esas a las que me estoy acostumbrando. 

Portal Belloto se transforma en un paseo que la familia del interior comienza a frecuentar. Nadie se habría imaginado, 15 o 20 años atrás, que dicho sector iba a alcanzar tal auge que incluso algunos se atreven a decir que habrá un terminal de buses en donde antiguamente estaba el Extra: actualmente existen banderas de La Polar clamando que alguien los vaya a visitar luego del enorme fraude financiero que se destapó como a mitad de año, "estamos aquí", pero nadie les cree mucho. Los pasillos repletos de gente y el supermercado asfixiante: mi abuelita buscando comprar qué se yo qué cosas electrodomésticas mientras yo alucinaba con el queso que ofrecía una 'pascuerita', el cual, finalmente, pude probar y aprobar. Una vez encontrado el producto que buscaba -no lo expondré aquí, por temor a que el destinatario del regalo puede leerlo- fui feliz y compré un pack de Kross: mi vida ha cambiado al descubrir cerveza de calidad... ¡y nacional! Porque, si es chileno, es bueno. 

Regresamos a casa a eso de las 21.00 hrs a tomar once, ordenar las bolsas y esconder los regalos para que nadie los vea. Una tarde de compras, miles de bolsas, momentos gratos y un poco de frío. El único gran detalle es que el real objetivo de la salida se nos había olvidado: comprar detergente tendrá que quedar para otra ocasión.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Tsunamis en mi mente

No es la primera vez que sueño con olas gigantes que se acercan hacia la costa. Y resulta que el sueño se repite cada cierto tiempo, quizás una vez al mes: estoy en algún lugar observando el mar cuando, de pronto, veo que enormes olas se acercan desde el horizonte cuando la gente comienza a correr. El último de estos sueños fue cuando me encontraba en una isla y veía las enormes olas que reventaban a lo lejos, causando el pánico de todos: estaba en un hotel y, a través de la ventana, me sentía relativamente tranquilo de que tenía la altura adecuada como para no ser alcanzado por las olas. 

Alguna vez coincidió el sueño con la alerta de tsunami que se levantó producto del terremoto en Japón, a principios de este año. Pero, hasta el momento, no ha vuelto a tener ningún tipo de sentido. Olas gigantes, ganas de sumergirme en el agua y lanzarme a nadar, no sé. El temor a lo que se viene y que está cerca, pero que pese a que me quiera cubrir, es inevitable que deba observar. Lo positivo, es que en ningún momento tengo miedo, siempre sé que sobreviviré a la ola.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Asesinos

Asesinos del silencio, asesinos del alma.
Perdidos en la oscuridad, buscando a la deriva...
buscando nada.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Otro domingo

Otro domingo de silencio, observando la panorámica del muro del patio que tengo a través de mi ventana: simplemente, inspirador. Pero en los casi 9 años que me he deleitado con esta vista tan poco interesante y aburrida, creo que no me ha faltado motivos para soñar y estar en miles de lugares a la vez. Quizás sea ese el motivo de que escape, de que busque un paisaje nuevo, una energía diferente que me anime durante las mañanas cuando puedo ver el sol que me da ánimos para comenzar el día. Otro domingo en que son las 5 de la tarde y aún sigo diciendo que son muchas las cosas que debo hacer para la universidad, pero permitiéndome el lujo de disfrutar de pensar en otras cosas y de volver a repetir los sueños de recorrer otras ciudades de mis vidas pasadas. Ver que el verano se acerca a pasos agigantados y son tantos los nuevos proyectos que comienzan en 2012 que a veces me cuesta entender que todo esté sucediendo tan rápido... y que pueda acelerarse aún más.

sábado, 3 de diciembre de 2011

viernes, 2 de diciembre de 2011

El último habitante de un pueblo perdido.

Cuando abrió los ojos, el sol estaba sobre su mirada, en medio de una plaza de árboles verdes y frondosos. El pasto estaba seco, pero parecía haber sido regado en algún momento de la mañana. Miró a todos lados: las olas del mar reventaban a escasos 5 metros de la plaza verde en la que, antaño, la gente solía reunirse a contar las historias del pueblo. Las cosas eran diferentes y ya se hacía sentir un futuro de nuevos cambios en que los movimientos serían pan de cada día: adiós al anhelado sedentarismo de las civilizaciones antiguas, lo que ahora estaba en boga era volver a ser nómade. 

Su casa en el árbol tenía la visión panorámica más codiciada del pueblo y, en más de alguna ocasión, alguien había querido apropiarse de ella. Subió por el árbol situado en el centro de la plaza y se instaló en la entrada, con los pies colgando: le gustaba recordar todas las veces en que había jugado a ser un pájaro que volaba a la deriva, con los ojos cerrados, para luego acabar en el suelo, muerto de la risa. Volar era una de esas sensaciones que le agradaba y que, de vez en cuando, realizaba ante la ausencia de gentes alrededor. Los fantasmas ya se habían ido y era el último habitante de un pueblo perdido en medio de la nada.

Se puso de pie y abrió los brazos: cerró los ojos y respiró profundo. Se impulsó con las rodillas y dio un salto hacia la altura. En el horizonte del mar, una enorme cascada indicaba el fin del mundo y el inicio del reinado de las tinieblas y de los monstruos. Andaba despacio, cuidando de no chocar con las paredes que rodeaban ese mundo creado a su medida, en el cual se había encerrado. Los colores de una naturaleza viva le despertaban cada día cuando caminaba sobre la hierba, sintiendo la suavidad de la tierra sin cemento. La libertad de apropiarse de ese mundo solo para él: un placer egocéntrico. Sonreía mientras volaba hasta la lejanía, levantando olas enormes y creaciones futuristas sobre las nubes. Islas en el cielo, ciudades sobre el horizonte acuático y portales por doquier.

De vez en cuando, el guardia dejaba un poco de comida en la celda de aquel muchacho harapiento y herido que habían capturado hacía unos días atrás. Se lo oía reír con los ojos en el cielo: con una cadena fuertemente amarrada a su tobillo lo mantenian atado a la pared, para evitar su escape. 


jueves, 1 de diciembre de 2011

Diciembre

Entre nubes y sol, diciembre se aparece como una más de todas las cosas extrañas del año 2011. Días de calor extremo mezclados con llovizna por las mañanas hasta casi alcanzar los 32º en la zona interior. Simplemente, no entiendo. El fenómeno de La Niña está causando bastante estragos ambientales que tienen a la gente un poco más enloquecida de lo normal, proyectando un ataque de locura colectiva para la época de navidad en que la lucha por obtener un regalo puede causar problemas tales como los de un 2009 caminando por Barrio Meiggs con 33º y un mar de gente en contra, temiendo por mi vida y por todas las cosas que ya había comprado hasta ese momento. Es increíble cómo el consumo mueve a la sociedad y cómo, muchas veces, se transforma en el centro mismo de la vida más allá de pasar buenos momentos. 

Diciembre comienza cuando me lanzo a nadar otra vez, en una piscina repleta de gente que hace hidrogimnasia y baila las mismas canciones que pronto me aprenderé de memoria, con la profesora que aplaude con un sonido muy hueco que hace que me duela los oídos mientras me muevo por el otro carril a la espera de que acabe pronto dicha clase y pueda tener más espacio. La paciencia es una virtud: contar hasta 100, también. Contar hasta 100 en dosis de 41, 42 y l8, quizás. Respirar de tanto en tanto, mover los brazos y los pies, mover el cuerpo... olvidarte del mundo, sobrevivir bajo el agua. Generar energía. Diciembre comienza a las 00.02 am cuando, frente al computador, el ringtone de mi celular deja de ser Shooting Stars de Bag Raiders para transformarse en un himno musical de los años 80: Down Under de Men At Work. ¿Por qué? Porque llegó el verano y el ritmo suave de la canción me hace pensar que es pertinente... y punto. 

Ver que cada vez quedan menos días para el 2012 y que se acercan muchas metas por cumplir. Volar, volar... ¡soñar! Diciembre comienza en una de las situaciones más extrañas en que navidad y cumpleaños pasarán estando en clases, pensando en un semestre que concluye en enero, con calor... pensando en vacaciones reducidas, pero vacaciones al fin y al cabo. 

Diciembre es un camino con muchos destinos.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Últimos días de noviembre

Comienza a hacer calor y ya se siente en el ambiente: el verano se acerca a pasos agigantados. Hace poco, caminaba por los alrededores de mi sector y me sorprendí al ver que aún había mucha luz de día a eso de las 20.45: creo que el horario de verano me agrada, aunque el invierno tampoco deja de encantarme. Es extraño intentar buscar un punto intermedio, pero es evidente la necesidad de uno por el otro. Ying y yang y todo lo demás. 

El CyberMonday resultó ser mucha parafernalia, show y expectativas: colapso de páginas, ofertas muy poco novedosas y muchas desilusiones. Esperaba encontrar descuentos interesantes en LAN, cuando lo único que hicieron fue descontar alrededor de $10.000 en los pasajes y hacer descuentos en hoteles: ¿acaso no entienden que lo que más importa es el pasaje? ¡El hospedaje ya lo veré después! Acabé acostándome tarde sin que fuese muy productivo, pero dormí bastante en la micro rumbo a la universidad. Lo importante, claramente, es saber aprovechar el tiempo para dormir. 

Tener control de lectura de una encíclica -sí, merece un WTF, pero se entiende en el contexto de una universidad católica-, perseguir a una profesora para obtener su firma en un papel, llegar 20 minutos tarde a clase y no saber responder la pregunta que te hacen... sumado a que el expositor de la clase no llegó. Cosas extrañas que pueden suceder dentro del mundo académico y que no dejan de sorprender: el café parece ser un buen aliado para el horario después de almuerzo. Ir a dejar la carta de práctica, cruzar la Avenida Argentina con una sensación térmica de 100º C y huir de la gente conocida para tomar el metro en estación Barón y regresar a Puerto en busca de un tren vacío. Finalmente, comprender que la línea de estudios que pretendo seguir me interesa cada vez más y más... y más: soy un ñoño recolectando miles de fotocopias que después tendré que leer. Hacía mucho tiempo que no asimilaba el conocimiento como 'alimento'. 

Otra semana de 3 días está comenzando: ¿qué tan agitada podrá ser? Los últimos días de noviembre prometen tantas cosas.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Desde el balcón

Desde el balcón de su departamento, la noche asomaba tras los llanos eternos que desembocaban en algún lugar lejano, cerca del Mediterráneo. Tan solo 2 horas separaban Albacete de la orilla del mar y, pese a la distancia, nunca le fue demasiado difícil cerrar los ojos y dar un paso adelante para ver que el agua le llegaba hasta más arriba de los tobillos. La brisa marina fresca que se perdía en un horizonte celeste y un cielo que, en cualquier momento, se cubría de nubes para dejar caer una gran tormenta. 

Las luces de la ciudad se alzaban por la carretera, alrededor de Chichilla de Montearagón. Cada noche caminaba desde su habitación hasta el balcón para observar la ciudad que dormía temprano en invierno y que en verano parecía no tener detención. La Carretera de Valencia solía ser silenciosa cuando los 40º se quedaban más allá del mediodía y las almas huían del calor a esconderse por allá donde los gitanos aparecían de vez en cuando. La ciudad era pequeña, pero las historias eran inmensas. 

El amanecer llegaba hasta el balcón cuando las ojeras de una noche sin dormir se marcaban en un rostro sonriente de volver a ver un nuevo día, desde el centro mismo de las llanuras interminables por las cuales habría caminado alguna vez, perdido, el Quijote.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Leyes

Lo que para algunos es la manifestación de la ivilización humana, para otros, es solo una prohibición de las pasiones propias del ser humano. ¿Hasta qué punto la ordenación social, efectivamente, limita nuestros deseos? Interesante cuestionamiento respecto a cómo se llega a acuerdos (o desacuerdos) en cuanto a la regulación de la vida. 


Fotografía: Baños del Campus PUCV Sausalito, Viña del Mar.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Inquietud in crescendo.

Creo que desde el año 2006 que le he estado dando vueltas a uno de los asuntos, quizá, más trascendentes de toda mi carrera profesional: la práctica final. Y, como todo en la vida, esas etapas que veías tan lejanas comienzan a ser alcanzadas: el tiempo avanza tan rápido y apenas te das cuenta de que han sucedido muchas cosas hasta situarte en una de esas posiciones que pensabas que eran tan lejanas e inalcanzables. Era un tema que me tenía inquieto, pero una inquietud stand-by que, en algún momento, iba a transformarse en algo más grande al ver que comienza el momento en que debo dar algunos pasos hacia ello. 

La primera charla de práctica final resultó ser menos terrible de lo que pensé, aunque el estrés de los otros alumnos me produjo cierto nerviosismo, ¿será que me estoy tomando muy a la ligera algo que es para considerar con un poco más de cuidado? Hablaron la cantidad de horas y, lentamente, vi que mi horario para el próximo semestre comenzaba a armarse en mi imaginación: visualizaba las claves, las cosas que debía hacer. A la noche siguiente, incluso, soñé con parte de ese futuro, aunque era un poco extraño, pero en fin. Nos pidieron tener lista la decisión lo antes posible y decidí agendar el día en que debía acercarme al establecimiento, ese día era hoy viernes.

Salir del Gimpert en dirección a la Avenida Argentina es algo muy poco frecuente y, durante algún tiempo, este camino se convertía en algo inexplorado y extraño: un lugar totalmente diferente de mi camino dentro de la ciudad. Hace algunos años, caminar desde la estación Barón hasta la mitad de la avenida Argentina era algo completamente normal. Caminé por una de las principales vías de Valparaíso hasta llegar al que fuese mi colegio por 4 años: el Salesiano de Valparaíso. Fue extraño realizar el mismo camino de antaño, pero desde una óptica totalmente diferente: vestimenta, forma de ver el mundo y la cantidad de experiencias que jamás imaginé que llegaría a tener en tan solo 5 años. Y lo vuelvo a repetir: ¡5 años! Que a veces me pesan un poco, pero qué son 5 años de una larga vida por vivir. Avancé por el pasaje hasta ingresar y ver que los años no pasan en vano, tanto así, que me perdí dentro de aquel lugar por el cual caminaba como uno más, sintiéndome parte de una institución que, si bien, nunca quise del todo -por las constantes incongruencias que un adolescente crítico encuentra hasta en lo que no tiene ningún error-, creo que me llevo gratos recuerdos de mi formación. 

Fue un mundo diferente: es inevitable volver e intentar recordar a la misma gente de antes, quizás encontrarse con algún amigo, pero no, el mundo siguió y todos están muy lejos. Lo más probable, es que nadie quiera volver por esos lados. La palabra "ex-alumno" pesó bastante y para bien. Los lugares parecían ser los mismos, pero todo estaba diferente y no soy el indicado para juzgar si para bien o para mal. Lo importante es que sentí una buena acogida de aquel lugar al cual, de una u otra forma, sabía que iba a regresar, tal vez por el deseo de recuperar historias que ya no volverán. 

En algún instante, quise salir corriendo y retroceder, decir que no, que no era el lugar ni el momento. Que no me siento preparado para concluir mi carrera y, por lo tanto, quedarme 10 años en la carrera para convertirme en un eterno estudiante más. Que he aprendido bastante, pero siento que puedo aprender aún más... que quiero aprender aún más y que no sé nada de la vida, ni del mundo. Que no sé nada, pero que debo ser el que sabe más y que debe enseñar. Sentí que tengo una responsabilidad importante y que, evidentemente, quiero hacer bien. Me di cuenta que esa proyección comienza a tomar forma y que el momento ya no es en el futuro lejano, sino que un presente que toma más y más forma un poco más allá de las colinas de febrero de 2012. 

jueves, 24 de noviembre de 2011

Mira el mar.

Las aguas subirían en cualquier momento, repetía una y otra vez la gente que corría enloquecida por todos lados en dirección al cerro. No entendía nada: era como haberse despertado de un sueño extraño y, estando aún un poco dormido, ver que todo el mundo al que estaba acostumbrado podría desaparecer en cualquier momento. Cuando cruzaron la Plaza Sotomayor, comenzaron a sentirse un poco más tranquilos al ver que el mar aún no presentaba ninguna variación.

Lo llamó varias veces: su amigo era un poco terco y no quería huir, hasta que, finalmente, pillaron un bus juntos y comenzaron la huida. Era como un exilio que no entendía, pero acompañar a un asesino le hacía cómplice de todos sus delitos y, por ende, también debía escapar. Cuando llegaron a lo más alto del cerro, corrieron por el interior de un edificio, tomaron el ascensor pequeño y tenebroso de siempre: era inexplicable esa sensación de temor que le producían los ascensores, quizá, por alguna experiencia de encierro cuando era pequeño. Pero en esa ciudad, al parecer, era normal haberse quedado encerrado alguna vez en un ascensor. Subieron hasta el piso más alto y se asomaron al balcón: el mar comenzaba a descender, dejando libre un enorme bosque verde que jamás había visto antes. 

- ¡Mira el mar!

De un momento a otro, el agua llegaba a los pies del edificio, situado en la parte alta de la ciudad. El oleaje era fuerte, salpicando algunas gotas de agua más allá del cerro. No tenía claridad si el agua era capaz de llegar a la ciudad inserta en el valle, pero era muy probable. El agua continuaba aumentando su nivel y debieron cerrar las puertas, correr hacia otra habitación contigua. Se asustó al ver la puerta de vidrio cerrada y el agua que llegaba hasta ese lugar; en cualquier momento, podría romperse la puerta y avanzar hacia ellos. 

Caminar hacia otro balcón y observaron la Plaza Sotomayor: algunos edificios humedecidos por el agua y la locomoción colectiva ya volvía a circular con normalidad.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La ciudad por un instante.

Poesía en la ciudad.
Locuras a la velocidad de la luz (se me acaban las palabras),
verano e invierno vulnerable (cómodamente estúpido),
agujero en la tierra, círculos burbuja (...lver al principio).
La vida, la libertad del cuerpo:
echarse a volar,
la ciudad por un instante.

Fin de semana de locuras

Alguna vez me dijiste que la cantidad de tiempo que utilizaba en escribir era inversamente proporcional al tiempo que pasaba contigo, pero no son dos condiciones restrictivas. Estar contigo es una de mis mayores fuentes de inspiración, de soñar, de disfrutar, de ser feliz, porque pasar un rato a tu lado me demuestra que la locura es la única cordura que le queda al mundo. Soñar cada día con volverte a ver es otro punto de partida para crear que el mundo es mucho mejor de lo que parece y que todas las cosas malas no existen, que tengo fuerza para continuar y hacer muchas más cosas.

Un año juntos y un año más que cumple el mundo desde que se encontró con tu maravillosa presencia, con todo ese potencial que hemos ido descubriendo en le camino y que sé nos seguirá dando gratar sorpresas. Tantas cosas en un mismo fin de semana pueden ser un poco agotadoras y, defintivamente, se requiere de tiempo. Ya sabemos que es un recurso limitado y hay que ordenarlo, por lo tanto, dormir se olvida. Es por eso que en todo el fin de semana creo haber dormido menos de 10 horas en total, haber reído 35 de las 38 horas restante (contando como si hubiese dormido 10) y las otras 3 horas entre riendo y comiendo. 

Me alegra mucho sentirme cada vez más cerca de ti y crear una historia en conjunto: una historia loca, desarmada, pero original. Y, como siempre, lo mejor está por venir. Gracias por todo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Transgénicos

Ya está todo tan manipulado en la actualidad que encontrar algo natural es casi una utopía. 

 
Fotografía:Traslaviña con Viana, Viña del Mar.

viernes, 18 de noviembre de 2011

La niña que dibujaba París.

...Cerró los ojos y la ciudad se transformó en una mezcla de varios colores y luces alrededor. Lo único que se oía era su risa, la más sincera y apasionada en mucho tiempo. Se dejó llevar mientras los faroles se iban encendiendo hacia la altura: bailaba sin preocuparse de que, en cualquier momento, se apagarían las luces y la música para que todo volviese a la normalidad. La realidad concreta se iba desprendiendo cada vez más hasta niveles de abstracción que descontruían figuras, estructuras: hasta que todo lo conocido por la civilización humana se transformarse solo en un rumor.

L.N.Q.D.P.

...Bailaron a la luz del atardecer de una ciudad distante, pero a la vez cercana. Daba igual si el resto de la gente pensaba que se trataba de alguna locura: los locos eran los únicos que estaban realmente cuerdos. Ella sonreía con su mirada sutil que a él le producía una sensación extraña: ¿por qué le daba miedo darse cuenta de que esa mirada le gustaba? Verano e invierno vulnerable. Daban vueltas bajo los faroles iluminados que saludaban a las noches eternas, a esas historias que no eran vistas por los ojos humanos. Bailaban tomados de la mano, sonrientes y felices, adolescentes eternos, soñando futuros poco convencionales. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

A ratos.

A ratos me lleno de energía, a ratos me duermo.
A ratos no sé lo que pasa y me confunde el silencio:
será que no sé qué es todo eso "bueno y correcto". 
Pensaré que soy incorrecto, confuso,
un ser perdido entre las masas,
alguien que camina a la deriva 
en busca de descubrir el mundo.

Pensaré que soy inexistente, 
que solo despierto a la vida cuando estoy durmiendo. 


domingo, 13 de noviembre de 2011

Enumeración

Presencia en definición de ausencia,
noche en ausencia de día,
silencio en presencia de ruido. 
Sociedad, espiritualidad e inercia, 
confusión, inconexión y, a veces, game over. 

No sé si hoy sube la marea,
no sé si mañana lloverá.
No sé nada de nada,
pesadillas o sueños, qué más da.

Palabras confusas, elementos, enumeración.
La lengua, el código, el signo.
Hasta qué punto hablamos falsedades sin saberlo,
hasta qué punto todo puede ser al revés.


Fotografía: Avenida Portales, Cerro Barón, Valparaíso.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Original kingdom of spoon revolution

A sacarle brillo a las cucharas y atacar a lo delincuentes (¿?)


Fotografía: Avda Alemania, a la altura del ex Hospital Alemán.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Frivolidades

Cuando se tiene un poco de tiempo, se corre el riesgo de pensar en demasiadas cosas de las que el diario vivir a veces te salva: el trabajo, el dinero y sus consecuencias. Tener algunos días relativamente libres en el calendario académico te trae el inevitable cuestionamiento respecto a qué hacer con esas horas libres, pensar en el verano, pensar en el futuro y todo lo que tiene relación con gastos del diario vivir. ¡Si hasta para nacer y morir hay que pagar! Nunca vienen mal unos pesitos más al bolsillo de un estudiante que espera titularse lo más pronto posible para poder trabajar e independizarse de una buena vez. A veces los 'anuncios' llegan sin que los busques, de pura casualidad o gracias a la versatilidad de las redes sociales. Aquí vamos.

En uno de esos instantes de ocio en facebok, aparece un anuncio de una empresa que busca reunir gente interesada para trabajos esporádicos, principalmente entre 18 y 35 años. Wow! Estoy dentro del grupo que buscan. Me pareció interesante una propuesta y, por lo tanto, hice click. Pero no, no era suficiente con poner "me gusta" ni nada de esas cosas: había que crear una cuenta en dicha página. Ok: ya he creado tantas cuentas en páginas que ya luego ni recuerdo que existen. Lo básico: los datos, formación académica, escolar, etc. Todo bien hasta ese punto. Me llega el correo con la confirmación y creo que ya estoy listo para dar click a dicho anuncio, pero no: faltan datos. Qué demonios, si ya ingresé todo lo que me pedían. Ingreso al famoso "perfil" para ver qué es lo que hay que completar y aquí me llevé una sorpresa. ¿Es posible que una empresa esté buscando las características de una persona casi perfecta? Sí, está claro que siempre se busca la persona ideal para desarrollar cierto trabajo, con las habilidades pertinentes y todo lo de más, pero esto me pareció una frivolidad y ya voy a comentar por qué. Los datos que pedían eran: estatura, peso, color de piel (eeeeh... ya), color de ojos, tipo de pelo, talla, calzado. Pero lejos, lo más perturbador fueron las preguntas de corte voyerista: ¿estarías dispuesto a aparecer en ropa interior, traje de baño, ropa ajustada, ropa atrevida o desnudo? ¡Pero por el amor de Dios y todos los santos! ¿Qué clase de empresa es esta?

Luego de aquella experiencia tan extraña, la página -siempre, muy amistosamente claro, para generar cierta empatía con el posible empleado- te invita a incluir una fotografía con tu mejor ángulo, porque ¡una foto hace más que mil palabras! ¡Una foto te puede ayudar a aumentar las posibilidades de encontrar trabajo! Eeeh... ya. Hay gente con capacidades increíbles que no es contratado por no tener la famosa "buena presencia" que nadie es capaz de definir concretamente. Otra frivolidad voyerística más: querían foto de rostro, foto de cuerpo completo, en traje de baño, ropa interior. Me pregunto si acaso también quería una foto de cuando voy al baño.

Tantas frivolidades en el mundo actual que ya no me parece extraño que todos queramos cuidar la imagen. No está mal, pero a veces creo que se está cayendo en un exceso desmesurado. Luego se cuestionan los especialistas respecto al aumento de depresiones y suicidio, el aumento explosivo de gente en los gimnasios, de cirugías plásticas, de liposucciones y no sé qué más. El mundo es cada día más frívolo: lamentable.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Time.

I'm thinking about the world that we're living. Is it the right time to do everything we want? Are we prepared enough for facing it? It's the time to fly, to get connection, to get a espiritual call and discover there's a huge universe outside that's always watching at us, and I guess it has too many different ways to talk to us. 

Are we ready to listen?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ahogarse en un vaso de agua

Suele suceder que a veces la gente se ahoga al intentar nadar, cuando están las condiciones adecuadas para poder tocar el fondo y mantenerse a flote sin mayores problemas. Hoy nadaba hasta la parte más profunda de la piscina Numancia Sports, donde la profundidad máxima es de 1.60 mt, por lo cual, puedo tocar tranquilamente sin mayores problemas durante todo el trayecto que debe ser de unos 40 metros de largo. Mientras nadaba, pensando en esa situación extraña que, claramente, puede transformarse en una excelente metáfora de la realidad que vivimos a diario: ¿cuántas veces nos ahogamos en un mar que creemos turbulento e infinito y luego nos damos cuenta que tan solo se trataba de una laguna? Incluso, a veces solo se trata de un tranque o, más bien, de una posa. Es extraño analizar como un mismo terreno puede parecer tener diferentes dimensiones desde la visión de un espectador. 

Ahogarse en un vaso de agua, a propósito de ver una piscina llena de agua que, definitivamente, cuenta con mucha más agua que un vaso. Pero incluso, la textura del agua es diferente. Esta semana ha resultado extraña, al igual que todas las que hemos tenido desde el extraño inicio de semestre post desalojo de la PUCV. Confieso que me esperaba un ambiente más denso, pero solo me ha tocado encontrarme con gente desagradable y nada más que, por lo demás, no han sido capaz de emitir un solo comentario: ahí uno se da cuenta que la 'valentía' que promueven es bastante dudosa. En fin. Encontrarme con una amiga que me comenta las miles de opciones con las que se cuenta me produjo un inevitable quiebre entre la tranquilidad con la cual estaba desarrollando, mentalmente, mi futuro académico. Antigüamente, la gente podría quejarse de las pocas opciones que tenía y, en la actualidad, creo que el problema es lo contrario. De 100.000 buenas opciones solo puedes escoger una. Todas son buenas, todas tienen beneficios que te atraen, pero solo se puede optar a una.

Confusión, evidentemente. Confusión de no saber cuál es la mejor. Porque pensar en el futuro a veces se transforma en un lío, pues, de alguna forma, todo lo que estás haciendo en el presente influye el futuro y el futuro también influye en el presente. Es una extraña relación que, pese a ser contraria en tiempo, sucede de manera efectiva. Cada paso, cada pensamiento y cada acción. Pensar en que no sé si las acciones que estoy tomando sean las correntes en pos de la decisión que pueda tener que tomar: si mi estudio es el correcto, si mis investigaciones son las adecuadas, si invierto mi tiempo de la forma que corresponde para desarrollar mis proyectos.

El problema es cuando todo se transforma en proyección y el presente se transforma en agobio de ese futuro que, en términos estrictos, no se sabe si llegará. Me agradaría mucho saber cómo será el futuro, pero aún no he desarrollado esa habilidad de vate. Puedo querer que sea de una forma, visualizarlo y hacer todo lo posible para que así suceda, pero nada me puede asegurar que así será. Finalmente, lo único que queda es tomarse las cosas con calma. Es tan simple como conversarlo un poco y ver que lo que, por un momento pensaste incompatible, resulta ser completamente viable. Nada es tan terrible como parece porque, después de todo, lo que importa es vivir el presente. No se sabe qué sucederá en el futuro y, si bien hay que tenerlo en cuenta, es importante no dejar que se transforme en un fantasma que no nos deje en paz.

Nadar hasta el 1.60 metros de profundidad y, a veces, cuando entra agua por la nariz, darse cuenta que se puede pisar en cualquier momento. No por llegar antes se es mejor y muchas veces es necesario detenerse un poco a tomar aire en vez de ahogarse donde puedes tocar, en un vaso de agua.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Pantalla, QEPD.

De un día para otro pueden ocurrir muchas cosas que nos dejen con la boca abierta, estupefactos ante la incertidumbre propia de nuestras existencias. Claro está, si nuestra existencia es finita por sí misma, todas las cosas físicas que creemos, también. El ser humano fabrica herramientas materiales que nos salvan la vida, haciéndola mucho más cómoda, pero todas esas cosas, desgraciadamente, tienen vida útil. He ahí el negocio de seguir produciendo y vendiendo: pregúntenle a Bill Gates y su empresa Microsoft. 

Sucede que me encontraba trabajando de lo más normal en mi computador. Era día de Todos los Santos, santificada casualidad, cuando la pantalla de mi computador se apagó. No hubo excusas, respuestas, argumentos, historias que contar, ni nada. Solo silencio... y oscuridad. Chuuu... fue lo primero que pensé: acaso a mi computador le vino la locura como de costumbre, por lo tanto, lo apagué por casi 1 hora, algo así como para darle espacio a un interludio comercial. Lo encendí nuevamente y funcionó como si nada, por lo que me alegré. Sin embargo, la alegría fue tan efímera y huidiza: me dejó a la espera. La oscuridad volvió a nublar mi pantalla en un momento incierto, colapso magnético o qué se yo. En vista y considerando de la necesidad ineludible de rescatar información, un LCD de 21 pulgadas fue mi salvación durante aquel día de Todos los santos en que, incluso los más diablos, también estaban descansando. 

La odisea continuaba al día siguiente cuando acudo a Pc Factory en busca de alguna solución: $120.000 por el cambio de la pantalla y $16.000 por una diagnóstico en que me dirían, nuevamente, que había que cambiar la pantalla. Definitivamente, el amor por Pc Factory se me quedó solo en la venta de equipos e insumos a buen precio y confiables, pero no en servicio técnico. Me resignaba a tener que juntar dinero para un nuevo computador que, esperaba, llegase antes que la alegría de que mi computador funcionase. Logré llegar al conocido de un conocido de un conocido -sí, esa fue la cadena de relación, los 6 grados de separación no son una artimaña de facebook, después de todo- con quien, luego de comunicarme, me anunciaba que tenía la solución a mi problema, por un precio considerablemente menor: el 50%. 

Día viernes y me ven subiendo a Recreo Alto para encontrar el servicio técnico en donde encontraría la solución. Cambio de pantalla: no, no era el problema. Cambio de cable: tampoco. Abrir el computador entero, limpiarlo, invocar a todos los dioses egipcios, romanos, rusos, escandinavos, latinoamericanos... tampoco. Luego de casi una hora de revisión de mi computador, llegamos a la triste conclusión de que la pantalla no era el problema, sino una parte de la tarjeta de video que, a estas alturas, ya no convenía cambiar. La mejor opción: juntar dinero y pensar en ese autoregalo navideño que uno siempre quiere hacerse porque, en estos tiempos, creo que no alcanzo a enviar mi carta al Viejito Pascuero. Después de todo, la conclusión no me resultó tan terrible.

Así es como una 'semana normal' pudo ser tan intensa. De una pantalla de 14.1 pulgadas hasta acabar con tu notebook solo como pc de escritorio, conectado a un monitor de 17, es, definitivamente, una experiencia digna de contar. Al menos sigue funcionando de cpu y no perderé mis datos, lo que es un enorme avance. Acepto sugerencias de computadores a precios razonables.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Porque sí no má.

Adaptaciones poéticas. Juzgue usted.

                                  
Fotografía: Avenida Errázuriz, entre Francia y Bellavista. 

sábado, 29 de octubre de 2011

Somos weones

Para qué vamos a negar las confesiones que algunos transeúntes realizan en la vía pública. El primer paso es, claramente, reconocerlo. 


Fotografía: Vicuña Mackena, Quilpué

viernes, 28 de octubre de 2011

Sucker Punch


Mientras nadaba, recordé que hacía mucho tiempo que no escribía respecto a alguna película. Si bien, no soy cineasta ni aspiro a ser profesional en esta temática, creo que el ojo "inocente" de cualquier espectador es muy útil para poder describir alguna película relativamente interesante. Y como hace harto tiempo que no me doy un momento para ver alguna película nueva -quizá sea esta la noche en que tenga una cita con Cuevana- recordé la película más reciente de la cual tenía expectativas: Sucker Punch.El nombre de esta película quedó dando vueltas en mi cabeza desde alrededor de abril, cuando viajé a Valdivia y la Lore me comentó lo bueno que era el soundtrack. Y, efectivamente, luego de esa visita, descubrí interesantes nuevas canciones -y covers- de música bastante miscelánea. Pasó algún tiempo desde aquella vez hasta que al fin pude coincidir con Machuca para ver la película, bebiendo una fría Kross para sobrevivir al calor santiaguino. Obviamente, no podemos olvidar la inigualable compañía de Masterpizza. 

Pero, en fin, volvamos a la película en sí misma. Un film que aspira a ser surrealista -con una pésima traducción de "Mundo surreal"- comienza con una escena oscura y sombría, en la cual se da cuenta de la muerte de la madre de la protagonista y la sonrisa de quién es su padrastro, asumiendo que la muerte de la progenitora fue causada por dicho individuo. Luego vemos al hombre arrojando todas las cosas del escritorio al ver que la herencia, en su totalidad, es para las dos hijas de la mujer y nada para él. Comienza una persecusión del hombre hacia las dos chicas, momentos en que la protagonista se esconde para luego ver a su hermana muerta. Al estar provista de un arma, la culpan a ella del asesinato de la hermana. La excusa: el shock de la muerte de su madre la llevó a la locura. Es así como es encaminada hacia un lugar extraño y decadente que luego veremos que se trata de un manicomio. Sweet dreams en la voz de Emiliana Torrini es un gran acierto para esta parte de la película. 

El resto de la película, con una trama bastante difusa y excesivamente aletargada, produce que 90 minutos resulten mucho más extensos. Sucesos que, en realidad, ocurren en menos de 3 días, tiempo que la protagonista tiene para escapar del lugar antes de que su padrastro regrese por ella. Llega a un salón lleno de artistas: bailarinas exóticas, donde se le exige bailar. Army of me de Björk no logra convencerla la primera vez, sin embargo, ante las instrucciones de la profesora, todo su mundo se desdibuja completamente e ingresamos a un mundo creado de la propia imaginación de esta joven que, a través del baile, logra escapar de esa realidad que no logra soportar. Durante este escape, nos damos cuenta de que se trata de la mejor bailarina de todas.

Una película que, debo reconocer, me produjo muchas expectativas que no lograron ser satisfechas. Recursos gráficos y de animación que si bien eran ad hoc, no lograban convencer en cuanto a la trama. Un soundtrack increíble -que pudo ser mucho mejor utilizado- para tapar los vacíos constantes de la acción casi nula, envuelto en un halo de metaficción que, en muchas ocasiones, facilita la confusión de los mundos. Todo es una ilusión: es muy fácil perder el seguimiento y equivocarse, no saber cuál es la 'realidad'. Una propuesta un poco extraño que tampoco podría calificar de mala, pero sí podría decir que es insuficiente: la idea es buena, pero creo que le faltó un poco más de desarrollo. 

Finalmente, para qué ser tan críticos. Hay que aprender disfrutar las cosas buenas: un elenco femenino que desvía la atención mucho más allá de la acción misma y un soundtrack que te dan ganas de escuchar una y otra vez. Una mezcla interesante entre la imagen visual y auditiva, la creación de mundos paralelos dentro de un mundo que ya es paralelo y así sucesivamente.

jueves, 27 de octubre de 2011

Plaza de Toros

Daba vueltas en círculo, tal vez en cuadrado: ¿cómo definir la trayectoria de un círculo dentro de un cuadrado? Quizás circunscrito, adscrito o qué se yo. Lo único certero, son los casi 40º bajo ese sol veraniego de julio. El cielo tan profundo de Madrid me parecía tan sombrío, tan nostálgico. Recorría cada palmo con un suspiro y dejaba una lágrima en cada esquina, con la excusa de que el líquido en mi rostro era una manera de refrescarme. Pensaba en tantas cosas. Cuántas partidos y cuántos regresos se reúnen en Barajas a las 22.10 hrs cuando un avión despega hacia la distancia, cuando un pájaro volador aterriza, quizá, desde la vecina Francia. 

Me detuve en torno a la Plaza de Toros, la bandera de España y algunas figuras bastante épicas como para ser olvidadas. Vi una sombra, me encontré contigo, porque ya sabía que tú también vendrías. De una u otra forma, ese poco de Madrid que me llevaba era el futuro, era un poco de ti. Quise llevarme ese silencio que luego te regalaría "Del lado de acá", ese silencio que te haría reconocer esas tierras. Ya sabía que ese espacio era tuyo, que te representaba, del cual eras parte... y es por eso que volver a ser parte de Madrid me hacía tan feliz al saber que era una parte más de ti. Por eso lloraba y sonreía a la vez, porque sabía que el reencuentro ya había sido hacía mucho tiempo.


Fotografía: Alrededores de la Plaza de Toros, Madrid, España.

domingo, 23 de octubre de 2011

Adverbios de movimiento.

Suavemente, recorriendo la suavidad de tu cuello.
Dulcemente, sonriendo al encontrarme con tu mirada.
Tímidamente, recorriendo tu mano, leyendo el futuro.
Rápidamente, acercándome para darte un beso.

Sin pensar, sin avanzar, el mundo entero es movimiento.
Inventando palabras de ensueño,
creando adverios de movimiento. 

Rompiendo las olas, levantando vapor interoceánico
-nunca te bañarás dos veces en la misma playa,
nunca te bañarás dos veces en el mismo mar,
nunca recorrerás dos veces la misma tierra,
el desierto nunca será el mismo que viste ayer-
creando, creando, inventando nuevas historias.

Recorrer los secretos de la tierra,
esconderme de pronto y asomar de a poco,
con suavidad y un poco de temor,
buscando cobijo, buscando refugio.
La tierra danza, nosotros danzamos, 
pero ellos no danzarán con nosotros.
Que dancen en otro lado, pero no con nosotros.

Escribir en tu piel, enredarme en tu pelo,
tus manos en mi cabeza recostada en tu pecho.
Me revuelven las ideas, enloquecen los pensamientos
y todo, todo, todo,
es un adverbio de movimiento.


viernes, 21 de octubre de 2011

Whatever it happens.

Whatever it happens, you have to remember that I'm still here at your side, living some dreams and making a new world together. Maybe I'm not looking at you all the time, maybe you can think that I'm out for a while, but it's just for a moment and soon I'm back all the times and you know it. 

Don't be scared of feeling week, because we're all week. Don't be scared of smile, don't be scared of living. Living's the most exciting adventure in our lives. Let's live it for a while and let's see what happens. 

jueves, 20 de octubre de 2011

Infinitud indiscreta

Alrededor, todo se movía de una forma extraña como si se tratase de un interminable enjambre de ondas que chocan entre sí, causando un choque inacabable, pero, misteriosamente, armonioso. Fue abriendo los ojos de a poco, permitiendo a los rayos de luna ingresar hacia su mirada oculta que seguramente seguía soñando con lo que iba a suceder después o con lo que había sucedido hacía poco. Quién sabe, simplemente, quién sabe. Se acomodó en torno al barco que navegaban sobre aguas armónicas y silenciosas que, a ratos se tornaban turbulentas: la infinitud indiscreta del mar le causaba fascinación.

Tanta fascinación que tuvo el deseo de bajarse del barco para sumergirse en el mar. Todo coincidió en el momento preciso: había una larga fila de niños esperando su turno para subirse al barco.


domingo, 16 de octubre de 2011

Too many things

Too many things I've got to think about,
too many choices I have to make.
Too many things I have to leave to make it true.

I still want to have too many time to choose right. 

sábado, 15 de octubre de 2011

Vivimos al límite del sentido.

El mundo moderno, la ciudad en crecimiento, la economía en expansión, el ser humano avanzando hacia la involución...
Fotografía: Calle Yungay, Valparaíso. 

viernes, 14 de octubre de 2011

Más allá

Cerrar los ojos y soñar, 
sentarse en mitad de tus sueños a observar el paisaje
y sentir cada respiro de inocencia de su naturaleza.
Tocar, oler, ver, saborear y oír
cada pensamiento que se convierte en realidad,
más allá de los lenguajes, de las formas, 
más allá de los límites impuestos por el sentido.
Más allá, simplemente, más allá
de todo eso que consideramos "acá". 
Más allá del horizonte inexistente que sigue y sigue,
que no se acaba
como un punto que comienza y perdura en la infinidad.


jueves, 13 de octubre de 2011

Informe SIMCE 4tos básicos.

 05.45 am. Sometimes, when all that's lost remains drink from the fountain of youth and never age again. Cri-cri. Camino lento hasta el celular sonando en el escritorio y, casi sin pensar... 06.00 am. Sometimes, we jump across to every cloud, fly away, get lost and never be found. Cantaba Miami Horror a esa hora, cuando aún el cielo estaba oscuro y las predicciones de Meteochile indicaban que sería un día nublado. Aunque pueda parecer una nimiedad, 60 minutos más de sueño marcan la diferencia: mejor ánimo y, al parecer, un buen pie para que todo el día funcionase de maravillas. Lo siguiente: llegar a las 07.45 a un lugar al cual acordaste llegar a las 07.30 por culpa de la velocidad-de-luz-cortada con la cual el conductor de dicha micro condujo rumbo a Viña del Mar.

Otro día en SIMCE World y todo sonríe, todo claro, todo sereno... ¡mucho frío bajo los árboles de la Avenida Libertad! Se inicia el trayecto por las calles asignadas, entrega sobres, contesta celular, entrega indicaciones. Entrega sobres, contesta celular, entrega indicaciones. Entrega sobres... ¿alguna duda? Esos días en que te acuerdas que tu celular existe y que la canción de los Strokes que tenías de ringtone comienza a aburrirte. Lo sé, es una falta de respeto para la banda hacer ese comentario, pero debo aclarar que no es nada personal contra su música, sino contra la cantidad de veces que Someday ( me hizo dar un sobresalto y recordar que el mundo laboral exige responsabilidad, atención, intención, dirección, velocidad y no sé qué otra cosa más. Por supuesto, proactividad y poder de decisión. Someday, someday.

Caminar y darte cuenta que cuando ya son las 09.15, todo está en orden y comienzas a cuestionarte si es realidad o ficción. Esto no puede ser... no, ¿en serio? ¿Seguro? ¿Verdad? ¿Pero... en serio? La respuesta, viteh, es sí. Sí, todo estaba correcto. Exceptuando la falta de material que fue rápidamente solucionada gracias a la coordinadora estrella Bárbara Rivera (aplausos para ella) que no sé si leerá esto. Saludos a la tele. Descubrí un mundo nuevo que estaba justo por el camino de Avenida Libertad en dirección a la Avenida Valparaíso. Sí, existen banquitas en el interior de la galería que no sé ni cómo se llama, entre Quinta y Echevers: por mucho que Viña quiera ostentar el adjetivo de 'moderna', a las 10 de la mañana estaba aún durmiendo en su sueño de expansión económica que parece que no va tan mal. Pregúntele a alguien que sepa de eso, yo solo soy un potencial comprador compulsivo adicto a los cupones de descuento, todavía mantengo mesura.

The Strokes vuelven a cantar y entonces me entero de que hay movimiento: debo regresar a la zona 8. Explicaciones en un segundo, Someday una y otra vez. Y tomé una decisión necesaria para salvaguardarme de un colapso melómano con convulsiones rítmicas incluidas. Nada de tirarse pasos ni cosas por el estilo. Simplemente, que fuese acceptable in the 80s. Con eso, todo bien. Acudir al otro extremo, sonreír, presentarme por enésima vez -me niego a ocupar la credencial que tuve que armar a la mala, ya que me no me dieron material oficial para elaborarla- y subir al segundo piso, observando que en dirección al subterráneo se encuentra la piscina que revive mis intenciones de inscribirme para practicar el deporte. Estado: pendiente. Nuevamente el mundo se convierte en una pista de baile con esencia ochentera: camino hacia otro lugar. Lo mismo de la pista de baila. So that's the dancefloor I've been thinking about. 

La historia concluye sentado junto a Nicole Valdivia -Pamela Quiñones ya se ha marchado, invocando, según cuentan, al Señor- quién comenta la alegría que le produce el retraso de casi 2 horas en la recepción del material. Molestia comprensible tratándose de dos días con lo mismo, pero no podemos culpar al conductor del camión. La culpa es de... de... de... de... (ingrese aquí su candidato a culpable). Finalmente, regreso a casa a eso de las 13.30 para quedarme dormido, perdidamente, en la micro. Me olvidé del celular (en el cual encontré una llamada perdida, que vi como 2 horas después). 

¿Qué sucederá la semana que viene? ¿Serán los mismos protagonistas? ¿Quién le dirá qué a quién? ¿Llegarán los materiales correspondientes y en el tiempo determinado? Todos los entretelones de la Zona 8 solo a través de este blog. 

Frases del día: "No saben seguir instrucciones". "Buenos días, soy el supervisor del SIMCE" (y la cara de "ya, ¿y?" de algunos administrativos). "Aló, XX, dime". "Llego en 10 minutos".

Bonus Track:

1. Encontré el Aller Defense, por si a alguien le interesa saber que aún sobreviviré un poco más de tiempo y que tendrá que lidiar conmigo.

2. Miami Horror. "Sometimes". Una alarma hispter.



3. The Strokes. "Someday". Una buena canción que pasó a ser un ringtone odiable. Recomendación: no la haga ringtone si sabe que lo llamarán muchas veces, corre el riesgo de destruir las buenas canciones.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Ring ring, someday, someday.

Locura, locura, locura, silencio, lápices, silencios, gritos, no entiendo, no entiendo, ring ring, Someday de los Strokes que suena cada 2 minutos y me hace saltar del temor a volver a escuchar lo mismo y temer de que todo está mal y que será el fin o el comienzo del fin o el fin del comienzo o comienza fin del. Si sonrío todo va bien, si todo va bien, nada resulta mal, si nada resulta mal, entonces va todo bien, si eso sigue en ese camino todo sucederá de la manera correcta, todo a buen puerto, todo a buen destino. Someday, someday. Ring, ring. Más de 50 llamadas entre las 7 y las 17 horas del día, ring ring, someday, someday. Locura, locura, lápices, papeles, formularios de supervisión... correos, correos... solicito acuse de recibo. 

lunes, 10 de octubre de 2011

Nostalgia de ser extranjero

Extraño la sensación de ser extranjero que descubre una nueva tierra y no se agota de tomar miles de fotografías de un lugar por el cual esperó mucho tiempo para poder conocer. Por el lugar con el cual soñó y que, pronto, se daría cuenta de que sus sueños llegaron a buen puerto. Extraño esa sensación de ansiedad a pocas horas de partir en el bus rumbo al aeropuerto de Madrid-Barajas, desde el cual comenzaría una aventura voladora que aterrizaría en distintos puntos del continente europeo. En gran medida, extraño Europa y sus paisajes ancestrales, la historia acaecida en sus paredes, las luces tenues del invierno frío y siniestro, la luz eterna e inagotable de los días de un verano con un extraño sabor a ausencia.

Pero, principalmente, tengo una nostalgia de Londres. Porque Londres representó uno de esos sueños que remonta la infancia, alrededor de los 12 años en alguna clase de inglés en la ciudad de Punta Arenas, perdido en el fin del mundo. Aún me resulta épico pensar en el tremendo salto, la distancia de kilómetros y kilómetros que separan ambos puntos que, sin querer, se unen en mi mente cuando recuerdo el momento en que mis pies recorrieron el Queen's Walk por primera vez, sintiendo la nostalgia de escuchar las campanadas del Big Ben. Recuerdo ese camino dubitativo hacia Abbey Road, ese viaje en metro, esa noche que acabó en fotografías del Picadilly Circus, con menos de 5º C de temperatura ambiente. Por un instante, vuelvo a recorrer esos lugares que fueron míos, que quedaron mis fotos, de los cuales me llevé un poco de su esencia y en los cuales me he quedado para siempre repartido en un poco de viento.

Quizá, repartido en algunas huellas, en la mirada de tantos transeúntes que miran al Thames.

 
Fotografía: Picadilly Cirus, London, England.

Nunca supe lo que pasó.

A veces quería tanto lanzarme a volar que tomaba el primer material que encontraba para poder fabricarme unas alas, acomodarlas a mi espalda y buscar la altura para poder planear. Era tan simple como estar un tiempo cortando el cartón -o el material que fuese- y luego pensar en lo que podría suceder: saltar desde 5 metros, tal vez desde 50 o 100. Era así como, en más de alguna ocasión, escogí el cerro Bellavista por la altura de sus subidas empinadas, por donde los vehículos circulaban con cierta dificultad. La vista a la Bahía de Valparaíso era hermosa y las luces de la noche la convertían en un espectáculo sin precedentes ni imitaciones. 

Fue así como llegué ese día con las alas puestas en mi espalda, luego de ascender por Ferrari. Fue así como abrí los brazos y observé a mi alrededor: los fantasmas del presente parecían alinearse para presenciar ese extraño momento. Les dije que me esperaran, porque en cualquier momento, quizá, podríamos vernos las caras sin mayor temor. Fue así como cerré los ojos y me lancé corriendo. Nunca supe lo que pasó.

domingo, 9 de octubre de 2011

Fiebre de sábado por la noche.

Siempre he dicho que la famosa fiebre de salir de fiesta debiese ser el día viernes y no el sábado, no porque no me guste el sábado sino por motivos netamente de recuperación corporal y posibilidad de utilización de las pocas neuronas sobrevivientes en un intento de actividad académico-intelectual durante el día domingo mientras mucha gente aparece físicamente inconciente de sus celebraciones: esta situación, bastante frecuente, se traduce en bajas calificaciones y reprobación constante de ramos. Es ese el motivo de mi preferencia aunque, sin embargo, todo es negociable en este mundo y cuando se trata de un fin de semana largo (día lunes 10 de octubre, festejo por adelantado del 12 de octubre) y se celebra el cumple de uno de tus mejores amigos de toda la vida. Fue ese el contexto en el cual Valparaíso se iluminó de noche para vernos caminar por los alrededores del plan -permitiendo maravillarse de sus edificios antiguos y esa extraña sensación de decadencia nostálgica de algunos de sus lugares- y llegar a diferentes lugares repletos de 'jolgorio'. Aquí va.

Siempre he tenido la confusión respecto a dos locales existentes en la Ciudad Puerto: "Pajarito" y "Canario". Sucede que el primero se encuentra en la céntrica calle Salvador Donoso y el segundo, prácticamente en el epicentro del carrete, en calle Cumming. Hasta el día de hoy tengo problemas para determinar cuál es la zona del carrete en Valparaíso porque he descubierto que, al parecer, no existe límite de inicio ni de fin. Llegamos al Bar el Pajarito a encontrar una de sus últimas mesas vacías, a eso de las 21.00 hrs. La iluminación tenue de bar y la música ambiente era bastante agradable aunque pocas veces pude determinar cuál era, efectivamente, la canción que estaba sonando. Los precios son aceptables y en más de alguna ocasión tuve la tentación de pedir algo de comer: de vez en cuando, pasaban las pizzas que algunos clientes pedían y debo admitir que se veían bastante buenas. Pero fuimos fuertes y aguantamos: entre conversaciones y risas hasta la 1 am, cuando a mí ya me empezaba a dar sueño por falta de "dancing". El lugar es perfecto para hacer una previa o quedarse conversando y bebiendo toda la noche, pero en caso de pistas de baile, es mejor acudir en busca de otros lugares que abundan a poca distancia. 

El reencuentro con Salvador Donoso de la 1 am me hizo recordar que el clima es completamente inestable durante la primavera: me hace mucho sentido la alergia, la congestión nasal y agotar tantos paquetes de pañuelos desechables por día. Estos son los momentos en que lamento demasiado haber perdido el milagroso Aller Defense (http://www.youtube.com/watch?v=03_48s1_M-8). Caminamos por Bellavista percibiendo el ambiente festivo que se encontraba en Cumming en el contexto del Carnaval de los Mil Tambores por Violeta. Cruzamos por calle Esmeralda encontrándonos con la fuerte presencia policial del momento para resguardar el orden público, claro, con un poco de alcohol muchos se descarrilan y acaban destruyendo el inmobiliario público: las pulsaciones más salvajes del ser humano y su falta de civilización, por esencia. Caminamos, caminamos, caminamos... cruzamos la Plaza Sotomayor que se encontraba iluminada de una forma muy particular por las vibras de la música de los locales de fiesta cercanos. 

El Bar La Playa nos esperaba con las puertas abiertas y un ingreso subterráneo que nunca antes había descubierto... ¿acaso estaremos en clandestinidad? Pensé. Sin embargo, era dónde debíamos pagar los $2.000 de entrada con pase escolar (con derecho a cover). Un precio razonable para ingresar a un local de buen ambiente, buena música y buena gente (leáse, "no flaites"). Al ritmo de música de todos los estilos. Fabulosos Cadillac, Soda Stereo, varios ochenteros y noventeros... la noche se nos pasó volando. Acabamos la fiesta a eso de las 04.30 cuando el festejado se agotó (dejándonos con ganas del after que nunca sucedió, pero bueno...). Lo siguiente, caminar de regreso, encontrarse dinero, sentarse a conversar en la Avenida Brasil y ver los cerros iluminados. Acabar tomando la micro de regreso a casa a las 06 am y llegar a las 07 am, cuando ya está amaneciendo.


Bonus track: La promoción internet móvil gratis de Entel PCS de 7 a 9 am, horario en el que no pensé que iba a estar despierto.

sábado, 8 de octubre de 2011

¿Intervenciones 'publicitarias'?

¿Será acaso que estarán probando in situ qué tan absorbentes pueden llegar a ser las toallitas higiénicas? Al parecer, en este caso, no mucho, porque estuvo varios días flotando alrededor de la pileta.


Fotografia: Plaza México, Viña del Mar.