martes, 30 de noviembre de 2010

30 de noviembre

Y se nos fue noviembre, tan rápido como el resto del año. ¿Qué es lo que está sucediendo con el tiempo que cada día se me pasa más rápido? ¿Será que cada día me divierto más? ¿Será que cada día me estoy haciendo más viejo? ¿Será que, simplemente, será? El año del bicentenario, 2010, se me ha pasado volando y antes de que acabe de escribir, ya siguen volando los segundos. No entiendo nada. Aunque sé que ha sucedido todo de manera muy precisa, muy calculada.

Hoy es 30 de noviembre, mi primer día de vacaciones, extraoficialmente. Un día en que lo único que he hecho es pensar en nada y tener sueño eternamente. Noviembre, parece extraño que ayer era 1 y hoy ya se acaba. Tuve miedo de que llegara, ahora lo veo alejarse con cierta nostalgia. Tiempo, así es el tiempo: inentendible.

sábado, 27 de noviembre de 2010

E.v.n.i (estrella voladora no identicada)

 A Evelyn Celis.

Estrella voladora no identificada,
da vueltas alrededor de mi mente
y me quita la concentración desde hace años,
ya no sé cuántos,
ya perdí la cuenta.
¿Quizá desde toda la vida?

Una estrella voladora no identificada
que ilumina mi día con una sonrisa
y cuyo abrazo me da tanta alegría.
Cayó desde el cielo
o acaso floreció desde el mar,
solo sé que volaba en mis sueños 
y ahora vuela en la realidad.

Estrella voladora no identificada
sale desde el cerro encendida,
cambia de color en el trayecto
y dibuja una extraña órbita celeste
que hace huir a los transeúntes asustados,
creyéndose víctima de sus encantos.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

De realidades extrañas

Tengo dudas existenciales respecto a la vida y, con el tiempo, empiezo a darme cuenta que son tan retóricas que solo la vida misma será capaz de respondérmelas alguna vez. Tiene que ver con las imágenes, con visualización de sueños y con uno que otro deja vu de ciencia ficción que se cumple en el segundo más inexacto de todos, deja vu a través de palabras ya que también es una forma de visualizar el futuro. Si lo ves, entonces se cumple, si lo ves, entonces ya lo tienes. Y varias veces vi esa meta, varias veces la logre... ahora quiero más. 

¿Por qué lado saldrá el sol el día de hoy? ¿Por qué lado se esconderá el sol el día de hoy? Yo sabía que era por el mar donde se escondía y me producía extrañamiento que saliese desde el mar en el Mediterráneo. Pero he visto lo contrario, he visto un sol que se esconde tras los cerros de Valparaíso a eso de las 19.00 hrs, cuando la radicación no ha dejado de atacar pese al bloqueador y al gorro para protegerse del sol. Bendito Ozono, benditos contaminantes de Estados Unidos que destruyen nuestro ecosistema. Yo sabía que el ozono se recupera cada cierto tiempo, pero dicha reconstitución de las moléculas es más lenta que la destrucción, que puede suceder con tanta rapidez.

¿Que si mi ego es muy alto? ¿Que si mi ego está muy alto? Yo ya no lo sé. Lo único que estoy seguro es que mi ego sí descendió de su nivel del momento luego de ver una obra teatral espectacular en la Plaza Sotomayor... algo que no me acuerdo o Las Mil y una noches del Poeta... creo que así se llamaba. Sí, digo que mi ego fue un desastre al ver la resistencia inagotable de los actores que no paraban de caminar, de saltar, de moverse, de expresar con el cuerpo. ¡Expresar emociones, pensamientos, ciudades, culturas! Expresar expresión. Todavía sigo pensando por dónde se debe estar ocultado el sol el día de hoy.

Quizá una luz marciana aparecerá desde el Cerro Barón. Sí, será una luz extraña, enorme, que pueda confundirse quizá con la de las antenas de telefonía o de qué se yó. Una luz que luego se apaga de la nada y avanza sin desafiar la gravedad, recorriendo la costa de Valparaíso en pocos segundos ante la mirada de dos individuos que, abrazados, comienzan a sentir miedo y apegarse más y más. Caleta el Membrillo parece un lugar lo suficientemente lejano que da tiempo para salir corriendo, tomar la micro, escaparse. Hemos descubierto el encuentro cercano del -10mo tipo, es decir, en que la paranoia de un individuo lo hace suponerse amenazado por un OVNI o OSNI inexistente, lo que sugiere que tendrá pesadillas marcianas. 

(...el sol, efectivamente, se esconde detrás de los cerros porque, en realidad, se esconde hacia el sector de Laguna Verde, donde sí hay mar. Cualquier cuestionamiento respecto a la inclinación de la tierra o efectos de terremoto, es solo casualidad del momento y no guarda relación con la realidad, con la realidad de carne y hueso al menos. De realidades extrañas... eso es otro punto que puede dar mucho para conversar. Tampoco respondo por estrellas fugaces, chocolates alucinógenos, empanadas de queso enormes, besos inquietos, miradas verde-café y todo lo de más).

martes, 23 de noviembre de 2010

Un día como hoy que empezó mmm... antes de las 10 am.

Es extraño pensar que ya llegado la última semana del mes de noviembre y que, con eso, llega también el fin de semestre y de año. Sobre todo para mí, que he tenido un año bastante disfuncional, aunque no por ello menos interesante. Resulta tan extraño acostarse tarde sin estar estudiando o trabajando para algo... y levantarse al otro día, llegar a clases -si es que- y ver que no hay nada que hacer. O, bien, llegar a clases y que te encuentres con que no hay clases, solo que al profesor -en un acto de increíble deferencia- se le ha olvidado avisarlo luego de su anuncio de que hará clases los últimos días para contextualizar un poco más. No sé si esta situación puede ser evaluada con un 'cueeck' o con un 'OWNED'. Tal vez, ambas.

Puse la alarma a las 09.00 am con la intención de levantarme a correr: 2do intento fallido... alarma a las 09.45. Salgo de mi casa atrasado, cerca de las 11 de la mañana y llego a la casa central a mediodía, aproximadamente. ¿Qué me encuentro? Todo el mundo sentado fuera de la sala, esperando lo que ya no iba a suceder: una clase de española. Por ahí, alguien se entera de que no iba a haber clases, pero nunca nadie avisó. Una actitud muy deferente por parte del profesor. Todos estábamos con cara de "qué hago aquí", "qué hago ahora" y entonces empezaron a irse. Me quedé conversando con una amiga, hasta que fuimos víctimas de un ataque religioso. Está bien que haya libertad de expresar lo que uno quiere, sí, hablar de Dios, de todo lo que quieran, bien, hablar del amor de Dios y todas esas cosas, ok. Lo respeto solo porque los veo motivados, que creen en lo que dicen y hay que darles una oportunidad, todo bien. Resulta que este ataque duró algo así como 15 minutos y de invitación pasó a ser un verdadero sermón del cual no hallábamos cómo escapar. Si es que acaso querían que fuera a su charla 'para hablar de Dios', entonces la decisión era que no, porque si me iban a dar la lata de la misma forma, era mejor salir corriendo. Prometo que hice mi mayor intento por escucharla y fui bastante respetuoso, incluso la saturación me la contuve. Pero si quieren convencerte de algo, lo primero -lo lógico- es no darte la lata.

Solo queda otra de las actividades académicas del día: una ayudantía de gramática normativa. Son las 14.33 y no hay nadie acá en la sala, es decir, una vez más, esta gente maleducada me ha hecho venir a perder mi tiempo que podría estar ocupando en cualquier otra cosa. Y así de simple, no vienen, no les interesa y después dicen que no les avisas cuando se lo has publicado en todos lados. Espero que no me vayan a salir pelando después porque me aburrí de sacarles fotocopias y los mandé a que la fotocopiaran por sí mismos, luego dirán que no tenían $30 para una fotocopia. Probablemente hasta se fueron a beber y no me invitaron, qué se yo.

En definitiva, mi agenda no es mas que una lista estimativa de las posibles cosas que haré en un día: cambiaré de certeza a una simple probabilidad, ya no hablaré en futuro perifrástico sino en metáforas de subjetividad, eso es más certero. Nunca me imaginé que hacer ayudantías iba a ser tan relajado, al grado de que durante la ayudantía acabo haciendo cualquier otra cosa. Agradezco la conexión a internet que me permite pasar el tiempo, al menos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Quién es ella?

¿Quién es ella? Sí, la que se me aparece en sueños,
la que se me aparece en la vida misma,
la que por mucho tiempo fue un sueño,
la que desde siempre ha sido una realidad.
Aquella que me robaba la atención en un segundo
y que, sin querer, me tenía pensando nuevamente en ella
una y otra vez,
una y otra vez.

Un constante devenir de ideas,
ir y venir otra vez hacia ti.
Que aunque dije 'no más',
ya yo sabía que serían varias y aún más.
La que por mucho tiempo fue un sueño,
la que hoy es una realidad.

¿Cuándo fue que el sueño empezó a ser realidad?
 

¿Cuando desperté de la realidad y me sumergí en un increíble sueño?

Fotografía: Mirador Cerro Barón, Cerro Barón, Valparaíso.

Sentir

Por más certezas que parezca tener la vida, la constante modalización de probabilidad se transforma en una interrogante gigante que da vueltas en torno a mi cabeza, que no me deja dormir, que me nubla y hace que me cueste entender algunas otras cosas. Sí, dudas de si lo que vas a decir será mejor como una obligación, dudas si es que mejor lo planteas como una probabilidad o como una frecuencia. ¿Acaso todo es parte de un sistema que encuentra un análisis en una grilla sistémico-funcional? Que el día a día no se transforme en un sistema más que pueda ser analizado en torno a regularidades, la rutina es algo vicioso a lo que temo, que me da miedo. 

Incertezas. Probabilidad baja, ¿acaso la responsabilidad pasa a ser del interlocutor? Y es tan fácil, pero no lo es tanto. Tener un sueño en tus manos, algo por lo que trabajaste durante tanto tiempo y que al fin comienza a lograrse. Todo viento en popa, todo marchando de la manera correcta. ¿Qué es eso que, de pronto, te detiene? Guarda ese miedo que lo vela todo y solo se queda diciendo cosas que siempre suenan a tristes, cosas que suenan a olvidar... Lo que suceda, va a suceder igual y eso sí que va a ser una obligación bien obligada, con hartas modulaciones en la cláusula a través de la cual se expresa dicha aseveración que ya no es aseveración, que es un hecho. No dudo de la frecuencia ni de la probabilidad. Psicoanálisis estúpido, dudas estúpidas. ¿Tanto te cuesta convencerte a ti mismo? Y esa seguridad es la que quieres transmitir al mundo... en tu imagen, en ese abrazo que das con gusto cada día, en esas manos que adoras que se entrelacen a las tuyas. En ese hombro donde quieres dormir. 

¿Por qué? ¿Por qué? Por qué seguir cuestionándotelo si tú mismo lo has pensado, si tú mismo sabes que era parte del subjuntivo en el pasado y que ahora es una alta probabilidad de que se concrete. Cuál es ese temor a cumplir tus sueños, a que sean diferentes a los sueños, a que sean realidad. ¡La realidad es una sorpresa y ya! No es distinta, mejor ni peor que los sueños. Simplemente es todo de manera concreta y tangible. Sí, es tangible. Se siente. Y eso es lo que querías, es eso lo que te enseñaron: a sentir. A sentir con el alma, con el cuerpo, con la vida, con las venas... aparta el cerebro de aquí. Muerte a la razón por un segundo. Si sabes lo que quieres, ¿por qué estás estancado? No busques el momento, avanza de una vez, porque sabes que te hará feliz... y va en ti motivar la diversión. Porque, al menos de tu parte, sabes que lo tienes todo, porque te nace. ¡Porque te gusta! Sí, te gusta y te hace sonreír. Que si dejas de racionalizar todo y vives un poco más, sabes que puedes ser mucho más feliz de lo que soñabas. Simplemente, dejarte sentir. Sentir, sentir. Sentir

Fotografía: Divagaciones nocturnas en el pc (mi pieza), Quilpué. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

Lunes

Es extraño despertarme a las 06.28 am, cuando la alarma -programada para las 06.30- aún no suena. Por mucho que deseaba dormir esos dos minutos extra que me quedaban, preferí levantarme por temor a no despertar hasta 2 horas más tarde, situación que me habría significado ser linchado por mi grupo de trabajo por no llegar a trabajar a tiempo. Sin embargo, por situaciones externas, acabé llegando media hora más tarde cuando deseaba golpear al chofer que no se detuvo cuando lo hice parar y al otro que viajó a la vuelta de la rueda. Es lunes, pensé, es lunes y es normal que todo el mundo ande acelerado: llegar tarde al trabajo un día lunes puede ser causal de despido en algunas empresas. Aunque en la empresa 'vida' llegar tarde no es un causal de despedio, sí es un causal de perderte cosas importantes en la gran mayoría de las situaciones. 

Es lunes, me repetí mentalmente, mientras dormía en la micro con la cortina cerrada para que los fans no atacaran el vidrio. Y otra cosa que parece aún más llamativa: es prácticamente el último lunes del semestre. El solo hecho de pensarlo hace que me tiemblen las piernas de temor, que se me vengan a la cabeza todas las historias de este año y todas las actividades académicas que hay que cumplir para este fin de semestre que llegó tan de golpe, como de improviso. ¿Será verdad eso de que cuando uno empieza a crecer el tiempo se pasa más rápido? O bien, ¿será verdad que en Chile el tiempo se pasa más rápido que en el resto del mundo? Y, nuevamente, culparíamos al terremoto por acortar los días y causar otro millón de estragos: así es la naturaleza que nos recuerda que aún no somos capaces de entender ni nuestra propia naturaleza de seres humanos. 

Tan solo una semana -en realidad, dos- para acabar prácticamente con todo y poder pensar en la vida misma, en proyectos personales lejanos a la vida académica que durante todo este tiempo ha absorbido todo. Vienen los tiempos de caminatas vespertinas, de sueños hasta tarde, de noches de fiesta, de pasarlo bien. Vienen los tiempos de reflexión, de valoración, de proyecciones hacia un futuro probabilística o de frecuencia, quién sabe. Tan solo una semana más y el huracán que llegó de golpe habrá pasado, dejando la extraña sensación de paz y de abismo al mismo tiempo. ¿Es posible que todo lo que se ha vivido haya sido mucho más que un sueño? ¿Es posible que estos casi 4 meses que ya llevo de regreso se me hayan pasado con la más completa normalidad? Y solo tengo dudas, me surgen muchas incertezas y no sé nada de posibilidades.

Al ir hacia la micro en Miraflores -no tuve mi clase de teatro, situación que me molestó un poco porque yo no tenía ganas de ir, pero fui igual-, pensaba en que esta sería una de las últimas veces en el año en que iría por esos lugares. Quizá la última vez en la carrera, porque no sé si me alcance el tiempo para tomar otra asignatura general en dicho instituto tan apartado del mundo. Los momentos y los días se pasan volando... sobre todo esos momentos que te interrumpen para bajarte e ir a clases que no se dictan (un enorme y temible FAIL). Y pensé en diciembre. Pensé en el verano, pensé en tantas cosas. Pensé que se acaba el año y aún no acabo de darme cuenta de que había empezado. 

Es lunes, pensé. Si me organizo, todo puede calzar en su tiempo preciso y hasta tendría tiempo de dormir. Pero me siento ansioso, quiero vivir, creo que las ansias no me dejan dormir aunque ande con cara de sueño todo el día y ojeras que chocan como reloj tic tac. 

Fotografía: Instituto de Arte PUCV, Viña del Mar (15 de noviembre 2010) 

sábado, 13 de noviembre de 2010

9 puntos

1. Estuve pensando en lo mucho que me molesta que se politice el arte: que el arte tiene que ser social y toda esa mierda. El arte es por el arte y para el arte: es expresión, es forma, es transgresión de la realidad y extrañamiento. El arte politizado es solo una de las infinitas formas posibles, por tanto, no sea idiota y crea que todo el arte tiene que reflejar lo social. Piense un poquito.

2. Hacía tiempo que no me cagaba una paloma. Sí, estaba así de la nada esperando micro en la Avenida Marina, frente al Estero Marga Marga, y de la nada siento como un goterón que me cae en la cabeza. Obviamente, no estaba lloviendo. Me quito el jockey y me doy cuenta de que un ave había tenido problemas estomacales, afortunadamente, el jockey me salvó de recibir el impacto directamente sobre mi cabeza. Y aunque pueda parecer increíble, me dio risa... aunque si me hubiese caído directo no sé si me hubiese causado lo mismo.

3. Comer 'Abanico Berries' en Bravíssimo es toda una experiencia para las papilas gustativas. Creo que no podré comer nada más hasta el día de mañana, quizá un tecito o un agüita de hierba. 

4. Me di cuenta que puede ser muy interesante leer los carteles que están pegados en las micros. Los mismos anuncios de como hace 5 años, es decir, las mismas dudas respecto a cuál es la tarifa 'escolar' para el fin de semana y la poca credibilidad de la TNE y del sistema de transporte público. Pero, lejos, lo más divertido es intentar descifrar aquellas palabras que se han ido borrando: el conocimiento previo es muy útil para hacer sentido con un texto que se corta a la mitad y que luego tendrá otro afiche pegado encima.

5. Estoy seguro de que mi abuelita me debe haber mirado como loco cuando venía sonriendo así de la nada en la micro. A veces creo que hasta me ponía a reír y, seguramente, hasta me sonrojé. Lo único que puedo decir es que de 'weird' está pasando a 'funny' y es algo que cada día me está gustando más. Entonces, ¿cómo no voy a estar sonriendo todo el día?

6. Debo dormir un poco más. ¿6 horas al día es suficiente? Es que tengo muchas cosas que hacer en esta semana de la muerte y si sumamos y restamos, no he estudiado absolutamente nada para las pruebas. Si se cuenta que hacer los trabajos y actividades sirven de estudio, entonces sí, he estudiado bastante. 

7. Me caen mal los de Entel PCS. Envían ofertas de trabajo con buena paga, pero para puro sacar pica: ¿que acaso no saben que la época de bombardeo final y exámenes es a fin de noviembre? Necesitan trabajadores interesados (estudiantes, porque nos enviaron el mail a nosotros) para trabajar a partir del 15 de noviembre en horario de mall. 

8. Sigo matándome de la risa.

9. Resumir la infinidad de ideas que se me pasan por la cabeza al día, solo en 9 puntos es algo imposible. Pero he aquí.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Vida

¿Y qué sucede con la vida misma? Suceden los días uno tras otro, se pasan las horas como si fueran segundos y los días como si fueran minutos... todo vuela y, de un instante a otro, el sol -que se acababa de ocultar- vuelve a aparecer. Las horas se hacen pocas, ¿te has detenido a contar la cantidad de horas que dedicas a dormir? ¿Acaso forma parte de tu horario? Creo que muchas veces no. Un día duermo 8 hora y al día siguiente dormiré 6 o tal vez 5, qué se yo. El clima cambia: un día 30º y al otro día hay lluvia, luego una semana de frío y amenazas de volver al calor. Ya nadie entiende nada, ya nada entiende. ¿Y nada, entiende?

Lo único que puedo decir es que al fin es viernes y pude regresar temprano a casa para pensar en salir, disfrutar de la vida misma, pensar en cualquier cosa por algunos segundos, ya que luego tendré que volver a encerrarme entre cláusulas (Lingüística Sistémico Funcional, salve Señor Halliday) y gramática normativa (ave, Samuel Gili Gaya). Al fin es viernes, al fin puedo decir que al día siguiente no tengo clases y eso indica que puedo acostarme y, por consiguiente, despertarme más tarde. 

Al fin pude hablar con mi amiga gringa, Ellen, luego de como 1 mes intentando coincidir. Hablamos tantas cosas y, definitivamente, la echaba mucho de menos. Pasan demasiadas cosas en poco tiempo y es importante no dejar de lado a los amigos, da lo mismo a cuántos kilómetros de distancia estén, porque el apoyo y la confianza continúa. Y eso de que queden dos semanas de clases no sé si sea algo para contar con alegría o tristeza, porque son varias las actividades que hay que hacer coincidir en ese lapso de tiempo. Ufff... solo puedo decir: Dios. 

Y eso sucede con la vida misma. De Valparaíso a Quilpué en 1 hora, de las 2 de la mañana a las 8 en un minuto, de una asignatura a otra en un paso. Party will have to wait, I guess.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El momento

El año se me está pasando demasiado rápido y los acontecimientos se suceden tan rápido que apenas puedo simular que entiendo lo que sucede. ¿Tener más tiempo? No, disfrutar el paso de los segundos ahora que la vida me sonríe como nunca, en un año en que la vida se volcó sobre mí para sonreír todo lo que -según creía- no me había sonreído hasta entonces. Cada día tengo la fortuna de ver una sonrisa hermosa, una mirada increíble y sentir un abrazo que me hace volar y del cual no quiero escapar.

Me cuesta creer que han sido muchas las experiencias en tan poco tiempo. Ya queda poco tiempo para que suceden tantas nuevas cosas y es inevitable sentir un poco de miedo. Sí, porque esta vez la ansiedad está trasladada no a mi propia vida, sino a la de otra persona. Esta vez, el viaje físico ya no lo hago yo, pero siento que, de alguna forma, también me proyecto con ese viaje, también puedo crecer mucho a partir de ellos. De pronto el temor se me mete por los pies y comienza a hacer temblar todo mi mundo. Vuelve a mí la ansiedad, pero esta vez se transforma en esas ganas de adquirir energía y de vivir, de soñar, de echarse a volar en ese abrazo y en esa sonrisa. Es el momento de pensar en el futuro, es el momento de soñar. ¿Es el momento de tomar ciertas decisiones que quiero, pero que me producen cierto temor? Aunque sé que no será el temor el que me detenga esta vez, porque sé que ahora soy otra persona que dejó la debilidad a un lado, que ahora tiene mucha más fuerza.

¿Es este el momento? Y sino, ¿será conveniente inventar el momento?

 Fotografía: Jardín Botánico, Viña del Mar.

martes, 9 de noviembre de 2010

Olas de colores

Las olas de colores existen y aparecen cuando menos te lo puedes imaginar. Incluso diría que ya no es ni necesario que te las imagines, porque están ahí ante tu visión un poco sorprendida mientras avanzas por la Avenida Marina a eso de las 7 de la tarde cuando quieres llegar a clase y vas un poco atrasado, producto del taco de la hora y de algún mal consejo de que tomaras la micro en vez del metro, aunque, a decir verdad, te interesa un comino ir atrasado en esos momentos al sentir una extraña sensación en el estómago, por lo cual solo te limitas a sonreír.

No sé si las olas de colores fueron un invento de tu parte para mi visualidad, para creer que podría lanzarme al mar a esquivar las olas y perseguir el arcoiris con la finalidad de encontrar el balde de oro al final. Aunque el balde de oro creo haberlo encontrado ya, pero quién sabe si puede haber otro más. ¿Tú inventaste las olas? ¿Tú inventaste el mar? ¿Tú creaste aquel momento improvisado luego de esperar algunas horas para cumplir algunos de tus deja vu? Seguro tú creaste la esencia para hacerme sonreír de improviso, seguro me envías energías positivas a cada rato para que me eche a reír sin parar y sin entender bien por qué.

Las olas de colores divagan en el mar y yo divago en torno a cada momento, a cada abrazo, a cada palabra de tu nombre que he pronunciado durante tanto tiempo y que he soñado por mucho. Las olas de colores se pierden en la avenida Perú y la micro sigue su camino alejándose cuando lo único que quiero es sentir tus manos acariciándome el cabello.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Things

Why do you make me smile all the time? I don't want to know, I don't want to think about it. I just want to feel it and it's something I really like.


Fotografía: Dunas, Con Con.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Miedos y ansiedades

 A Evelyn Celis.

¿De que si tuve miedo? Claro que en algún momento tuve miedo. Lo mejor que pude hacer fue no pensar y dejarme llevar por la situación, sonreír, hablar y hasta echarme a reír. Porque nunca sabes realmente todo lo que ello implica. Siempre, de alguna u otra forma, se siente miedo al momento de comenzar un viaje de cualquier índole y más aún cuando este significa un crecimiento personal inmenso. 

Recuerdo ese 26 de enero en que ingresé al Aeropuerto Comodoro Arturo Merino Benítez y comencé a darme cuenta de que no era tan grande como lo veía antes -y que luego lo consideraría una cosa minúscula en comparación con el de Madrid, por ejemplo-, que todo comenzaba a suceder tan rápido que se me agotaban las palabras, los sms, los llamados telefónicos de despedida y de buenos deseos. Quizá el momento más complejo fue el momento de la despedida de mi familia: un abrazo enorme, la sonrisa, el llanto, las buenas vibras. Todo indica que será un viaje espiritual, un viaje que te hará crecer, un viaje que te hará mejor persona. Solo tienes que disfrutarlo y aprender de cada nueva situación.

Cruzando el control migratorio, miré a mi familia agolpada en la puerta, despidiéndose de mí, yo creo que aún nadie entendía bien lo que iba ocurría: 6 meses en Europa. Creo que sentí un poco de miedo, de lo que significa, de lo que iba a suceder, porque todo gran paso siempre da cierta perspicacia. Y subí al avión, cuando cerraron la puerta y comenzó el despegue entonces, recién, comprendí que los sueños adquieren alas y se alzan muy alto, vuelan y llegan tan lejos como tú mismo quieras llevarlos. Y lloré, lloré de emoción, de felicidad, de vértigo, de temor... lloré de sensaciones miles, de ansiedad de saber todo lo que iba a vivir. 

Y ahora es tu turno. Madrid te llama. Disfruta cada momento del proceso, sí, cada trámite, cada paso. Cada uno de esos pasos te hace acercarte a tu sueño. Disfruta de esa ansiedad, de la espera, porque verás que todo ha valido la pena.

  

Fotografía: Cruzando la Policía Internacional, Aeropuerto Comodoro Arturo Merino Benítez, Santiago de Chile.

martes, 2 de noviembre de 2010

De poesía... nada

Con la garganta en la mano escribo estupideces que se desdibujan solas. Inflamaciones varias y delirios inequívocos que se traducen en mareos matinales, aeronautas cósmicos e intentos frustrados de vuelos. Chocar contra la pared, acabar rendido sobre el lecho -como un moribundo- mientras las figuras en el techo atormentan tu mirada que se cansa. Y me digo una y otra vez que la poesía no es lo mío, que intente con otras formas. Que me dedique a... dibujar. 

Creo que me dedicaré a dibujar estrellas en el techo o a pintar palabras en lienzos. Crear, crear. Destruir, quizás, para poder volver a crear. Pero de poesía... nada. Porque no soy poeta, porque no soy un Dios. Porque no tengo visiones delirantes que me dicen el futuro de lo que va a pasar. Porque no me siento iluminado por los dioses, porque no consumo drogas alucinógenas que te elevan a un 'estado superior de la mente' desde el que, supuestamente, estos pseudopoetas escriben. Me dedicaré a la vida misma, a ver qué encuentro en ella, pero de poesía, nada.  

lunes, 1 de noviembre de 2010

Penicilina

En una clase escuché a un profesor decir "venga tosido a clases". Ok. He tosido como loco, con un dolor de cabeza que me tiene delirante. Una situación que podría transformarse en la perfecta excusa para ponerse divagar, pensar en la inmortalidad de las anacondas o en la eternidad de las hormigas que mueren aplastadas cuando las piso. Me duele la cabeza y, según dicen las malas lenguas, tengo fiebre. Lo único que sé es que siento un calor horrible. Afuera hay como 30º... no puedo moverme mucho porque me duele la cabeza. Cada vez que toso, siento una clavada en la frente que me marea, me hace caer sobre lo primero que encuentro para quedarme echado por lo menos unos 5 minutos. Parezco un anciano a los 21.

Penicilina, sí, penicilina. Diclofenaco, paracetamol, tapsín caliente noche y caliente día. Agua por millones, dolor de cabeza, tos, tos, tos. Nauseabundo. 9 de la mañana. Dormir. Por favor, dormir. Calor. 30º C o tal vez 32º o qué se yo. Y la madurez sintática gramatical se va a la mierda. Garganta mutante. Amigdalitis del demonio. Un lindo fin de semana largo en cama, con fiebre, sin poder hacer nada y un poco delirante. Se me escucha raro, no sé si voy a hablar. 1.200.000 UI de Penicilina. Penicilina.

Penicilina. Penicilina.Penicilina. Penicilina.Penicilina. Penicilina.Penicilina. Penicilina!!! Amigdalitis del demonio.