jueves, 30 de septiembre de 2010

Stuff

He nadado en aguas mediterráneas y pacíficas.
He visto varios amaneceres y noches estrelladas.
He conocido la nieve, el calor extremo y el temporal.
He visto la Torre Eiffel.
He sentido deseos indescriptibles de lanzarme a nadar en los canales de Venecia.

He comido tanto, hasta casi querer vomitar.
He querido a alguien sin ser correspondido.
He querido mucho a alguien y sí he sido correspondido.
Me han querido y no he podido corresponder.
He pensado un sinfín de tonterías cada vez que me siento a mirar el trayecto en la micro.

Y sí, por supuesto, también he llorado un adiós... y lo lloré de veras. He vivido tantas cosas en la vida que, en vez de agotarme, me invitan a vivir muchas más.
Fotografía: Plaza de Toros, Madrid, España.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La música chilena

Hace poco, ha surgido la idea de establecer una ley que determine que el 20% de la programación de las emisoras radiales nacionales deben tocar música chilena. La ley no ha dejado de causar repercusiones y polémicas desde distintos puntos de vista, teniendo la adhesión -aparentemente obvia- de círculos de músicos y, aunque parezca extraño, el rechazo de otros. El principal motivo de todo esto: ¿cómo podemos definir qué es 'música chilena'? A propósito de la conversación que sostuvimos con unos amigos americanos respecto al tema, nos encontramos con la difícil delimitación de lo que es música nacional. ¿Música hecha en Chile? ¿Música hecha por chilenos? ¿Música hecha por chilenos en cualquier parte del mundo? ¿'Música chilena' hecha por cualquier persona, en cualquier lado del mundo? Y así, un sinfín de preguntas respecto a un concepto que se presenta como claro y tajante, sin haber sido siquiera definido.

Leía distintas opiniones y la mayoría de los entrevistados indicaban como 'música chilena' los clásicos folklóricos de la tradición, tales como algunas canciones de Violeta Parra o Víctor Jara. Para otros, tal vez, podría ser música chilena la cueca o tonada, tan típica -y tan reiterada a propósito del bicentenario-, así como los clásicos cantautores. No obstante, ¿qué pasa con la música que artistas nacionales se encuentran produciendo en la actualidad? Sí, incluso a nivel local, hay un gran número de artistas produciendo obras musicales. Lógicamente, uno no puede determinar si se trata de algo de calidad o no, pero si en las radios suenan artistas internacionales de plástico, como Paulina Rubio, ¿por qué no darles cabida a estos artistas emergentes que intentan promover algo nuevo? En la variedad está la innovación, probablemente.

Nuevamente, me queda destacar el tema de la diversa variedad de estilos que incluyen esto de la música chilena. No podemos restringirnos a la típica balada romanticona con reminiscencias poperas. Existe un sinfín de estilos que debiesen ser considerados. No obstante, ¿qué es lo que se va a entender como música chilena si, efectivamente, se logra aprobar esta ley? Es un gran problema, porque por una ley que pretende beneficiar a los artistas nacionales (con un afán nacionalista un tanto dudoso), puede significar un importante sesgo que, en vez de permitirnos conocer más música 'chilena', podría ir en desmedro de otros artistas que se salen del 'canon'.

Fotografía: Gepe tocando en el Centro de Extensión del Ministerio de la Cultura, Valparaíso. 

martes, 28 de septiembre de 2010

Determinaciones

Se alzó frente a todos el rey y, con voz solemne, anunció ante sus súbditos su determinación. Una determinación que, según todos, ya debía de haber tomado hacía mucho tiempo, pues era lo mejor para todos. Una solución que era decisiva para la continuidad del orden y el progreso. Una decisión difícil y, por cierto, bastante polémica de algunos grupos que buscaban sacar beneficio oportunista de cada situación que se les presentaba en la vida.

Anunció con voz enérgica: "¡Córtenles la cabeza! Acaben de una vez con sus vidas, acaben de una vez con sus palabras insensatas y deseos descabellados. ¡Acaben de una vez con sus mentiras! ¡Acaben de una vez con la falsa inocencia que aparentan! Pues ya han perdido la guerra y nosotros hemos sido lo suficientemente tolerantes con sus excentricidades carentes de fundamento. Arrójenlos al fuego, tortúrenlos, descuartícenlos y arrojen sus pedazos de carne a los perros de la calle que, sin lugar a dudas, parecen ser menos lacras que ellos".
La determinación causó inmediatos murmuros de la gente. Los reos estaban sentados en sillones de terciopelo, bebiendo champagne. La decisión les tomó por sorpresa: no podían creer que el engaño que habían mantenido por tanto tiempo, fuese a ser descubierto en algún momento. Porque todas sus excusas eran una mentira. 

lunes, 27 de septiembre de 2010

Me hubiese gustado ser artista


Me hubiese gustado ser artista. Sí, de esos que tienen la habilidad de mirar una piedra y crear una historia con ella. De esos que se sientan en un bar a divagar y pensar en historias super locas y novedosas que hacen volar la mente hasta del ser más escéptico. Me hubiese gustado poder pintar objetos extraños en un lienzo y definirlo como una vanguardia, dar un nuevo sentido a tantos conceptos dispersos en el sinfín de universos posibles, de tantas diferentes opciones que surgen en la medida que das un solo paso.

Me hubiese gustado escribir poemas en las hojas, en la tierra, en la arena. Me hubiese gustado escribir versos, acaso, en mi propia piel, pensando en un amanecer frente al mar o frente a una montaña. Me hubiese gustado sentir la ilusión de descubrir un mundo distinto a este, simplemente, dejando que un lápiz cayese desde el techo hasta el suelo, simplemente dejando que la tinta recorriese los caminos hasta crear una forma-sin-forma.

Me hubiese gustado ser artista, pero solo soy... ni siquiera sé lo que soy. 

Fotografía: Jardín Botánico, Viña del Mar.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Dos Besos

Solo en ese momento me di cuenta de lo hermosa que era y poco me importaba lo que el resto fuese a pensar de ella: que no era cuerda, que estaba loca o que no convencían sus propios argumentos. A mí me dejó pegado esa mirada dulce de la primera vez en que no muchos detalles pude captar. Pero fue de improviso cuando te acercaste a conversar, supongo; la verdad es que fui yo quien te buscaba temas de conversación solo para oír la dulce pronunciación de la z y la c. Incluso me cuesta pronunciar tu nombre lo que lo evito: para mí acaba con una s y para ti con bien marcada z. Aunque bien sabemos que es poco lo que importa ya que, aunque suene extraño, nos vamos a entender igual.

¿De qué hablamos? Estupideces, seguramente. Pero lo suficiente como para dar una mirada general de la imgen física de timidez y honesta belleza, un poco infantil por instantes. Y tus ojos... ¡esos ojos! me encantó tu mirada a partir de ese segundo, me encantó estar a tu lado durante esa tarde de lluvia sospechosa que de vez en cuando se ocultaba tras el sol. Repito una y otra vez el video de tu sonrisa cuando reías y hablabas tan rápiudo que parecías ser la versión femenina de mí mismo y, por eso, te entendía.

Y buscaba argumentos para poder seguir en contacto contigo, aunque fuesen solo aparentes afanes funcionales y utilitarios. Solo aparentes: tras una palabra puede ocultarse un infinito mundo de intencionalidades extrañas, un tanto bipolares. Cuando nos despedimos, anhelaba en demasía el contacto con tu rostro. Pocas veces me concentro, pero esta vez sí: no fuese a ser que chocase con los lentes, ¡no fuese a ser que me olvidase de los dos besos!

(Albacete, 14 de abril de 2010)

Fotografía: Campus Universidad de Castilla-La Mancha, Albacete, España.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

No hay conexiones con la realidad.


No hay conexiones con la realidad. Todo lo que deambula entre las nubes es parte del concreto que se ha desprendido, un poco de tierra que ha volado con el viento, un poco de mar que se quedó condensado. No hay conexiones con esas tardes violáceas de antaño ni con ese violáceo moribundo que llega como un huracán impredecible y sin ser llamado. Busco entre los paradigmas coincidir en número, modo, tiempo y todo lo que sea necesario con tal de llegar al mismo lugar, descender del mismo tren. Al observar desde la altura, veremos que los rieles están chuecos y es probable que el avión pueda aterrizar sobre los edificios aledaños, en el helipuerto. Sí, como cada ave que explota cuando canta Fiona, como cada insecto que muere cada vez que haces un click. Como cada araña que quiero asesinar al verla avanzar por las paredes con esa mirada tan confusa: sus ojos te engañan, te dicen muchas cosas a la vez.

Allá en la Estación T4 me subí a un vagón cuya próxima detención sería Fiumcino. Prossima fermata: Firenze, sexta-feira et plus cuam perfecto. Si je veux, je peux, she told me. i entonces se me confunde cuál debe yr en cual lugar. Sigue avanzando el tren y se detiene de pronto, en un lugar de cuyo nombre no puedo acordarme. Las aves piden el billete, los rieles saludan haciendo formas, las nubes caen de golpe contra los transeúntes, se desarman las paredes, todo es un torbellino, da vueltas, da vueltas, eso, eso, eso que no avanza, que se enreda, que se pierde, pierde, pierde... (GAME OVER). No hay conexiones con la realidad.

Fotografía: Pub "La Locomotora", Valparaíso.

martes, 21 de septiembre de 2010

Pierde la cabeza

Pierde la cabeza sin sentido, sin motivo alguno. Sin razones, sin pensamientos, sin emociones. Déjate llevar por la voracidad del medio, déjate consumir. Deja que abran lentamente una a una tus costillas y vayan sacando, paulatinamente, cada pedazo de piel, cada vena, cada litro de sangre que deambula por tu cuerpo. Pierde toda la piel si es necesario, vuelve a ser aire, tierra o esencia. tal vez, pura energía o pura fantasía. Sí, vuelve a embotellarte en el silencio de esa ficción de la cual formas parte... corre, corre hacia la luz, hacia el tunel. Corre, corre, sintiéndote libre. Corre, corre hasta donde quieras llegar.

Corre, buscando la libertad. Pierde la cabeza de un momento a otro, ya no pienses en nada más.

Fotografía: Vista desde el Cerro La Campana, Parque Nacional "La Campana", Olmué.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Sueño con...

Sueño con romper imágenes, con romper realidades, con levantar los cielos y hacerlos chocar entre sí. ¡Sueño con tener el poder, de ser un mini dios de un universo paralelo que no existe y que solo existe cuando yo creo que existe! Sueño con tener el poder de decidir muchas cosas, de cambiar las cosas, de hacerlas diferentes, tal vez a mi manera. Tal vez, cambiarme un poco a mí mismo.

Sueño con romperme a mí mismo, quebrarme en pedazos y echarlos a volar al viento. Sí, un hueso por aquí, un brazo por allá, los ojos tirados en quién sabe donde. A veces encontrarse con el espejo es una huida extraña, una sensación de vacío, un terremoto simultáneo grado 10 mientras se abren las capas terrestres y divago en un inacabable abismo. Y es que a veces presionar un gatillo parecería la mejor solución para acabar con todo de una sola vez, para cambiar lo que en esta vida parece imposible, para darse una nueva oportunidad de renacer.

Fotografía: Jardín Botánico, Viña del Mar (27 junio 2009)

sábado, 18 de septiembre de 2010

What I've seen


What I've seen it's something I cannot share. What I've seen it's only like a dream.

Fotografía: Avinguda de Menéndez Pidal, Valencia, España.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Sueños compartidos

Creo que no debí haberte recordado, tal vez fue una mala decisión. Sí, decir que te deseaba lo mejor en tu vida -y la risa de alguien que me acompañaba al percibir cierto atisbo de rencor en mis palabras- pudo haber sido la causa para recibirte otra vez en mis pensamientos. No tenía pensado volver a verte, no, es más, si es que acaso te volvía a ver haría como que nunca te había conocido. Pero, claro, sabes esconderte de mí en la vida real o, al menos, sé cómo hacerte invisible si es que algún día siquiera tu olor ha pasado muy cerca de mis pisadas.

Lo que no consideraba es que aún existías como un recuerdo. Se me olvidó por completo de que te recordaba y de que te vendrías a pasear en mis sueños, mientras duermo, sin dejarme siquiera despertar para no tener que saludarte. Y claro, apareciste con esa sonrisa de siempre, disimulando que todo estaba bien, que no había pasado nada... como si todos estos años hubiesen desaparecido y hubiésemos regresado a aquel día de esa última conversación. Me saludaste y hasta me diste un abrazo que sentí real, que evité, pero que extrañaba. Me desperté asustado, sin entender nada.

Luego comprendí que todas esa historia que inventé era solo otro de mis sueños. Tú en realidad no exististe jamás, solo eres una persona que vi en una foto, nada más. Solo eres un sueño... pero de otro.

Fotografía: Playa 'Acapulco', Viña del Mar.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Azares de la vida cotidiana

La vida cotidiana es mucho más divertida de lo que parece. Al menos es lo que he comprobado el día de hoy, en un lapso de menos de 2 horas. Y todo tiene relación, en cierta medida, con la vida académica o con la vida relacionada con el ambiente universitario de caminar de un lado a otro en busca de clases o de hacer la hora para irte a otra clase que, finalmente, decidiste decir 'paso'.

La primera de estas situaciones sucedió en mi clase de Francés y Portugués en simultaneidad a eso de las 4 de la tarde. Entonces mencionan una palabra francesa cuya traducción al inglés tendría relación con 'encourage' y entonces la profesora pregunta qué es lo que significa dicha palabra. En ese momento me sucedió algo similar al inicio de la novela "Cien años de Soledad"... y que en mi caso sería algo así como 'meses después, en una sala de clases, se acordaría de la vez en que, conversando con un polaco, aprendí como se decía incentivar en inglés.." Creo que nadie entendió el motivo de por qué me eché a reír en silencio. Es claro que cada situación y cada aprendizaje, por muy mínimo que parezca, en algún momento va a ser de utilidad; no me imaginaba que esta iba a ser una de las instancias en que iba a notar esa utilidad.

La segunda de las situaciones ocurrió cuando me devolvía caminando por la Avenida Brasil. Fue en un lapso pequeño en que un vehículo dobla por la calle que yo pretendía cruzar y, por consiguiente, me quedo esperando para poder continuar mi camino. Llevaba la ventana abierta y entonces escuché una canción que nunca pensé que iba a escuchar en la vía pública acá en Chile: "Stereo Love" de Edward Maya, canción que escuché hasta el cansancio durante toda mi estadía 'Erasmus' en España. Otra extraña sonrisa en un día soleado con viento, tan característico de septiembre.

Así, en menos de 2 horas, vinieron a mi mente varios recuerdos que no pudieron hacer otra cosa que darme ganas de reír. Me devolví caminando y pensé si, efectivamente, tenía ganas de ir a clases. Me quedaba aún como una hora de espera por lo que, sin pensar demasiado, tomé la micro para mi casa. Creo que voy a poner más atención en los detalles del día a día: puede que me encuentre con muchas otras sorpresas que me tengan sonriendo por mucho tiempo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Despertando de un sueño.

Es tan difícil describir exactamente todo lo que uno siente cuando ha realizado un viaje. En pocas palabras, solo se puede decir que las emociones son muchas y multisensoriales. Efectivamente, como dice McLuhan, al cuerpo no se le puede pedir que deje de sentir, es algo involuntario. Eso es lo que pasa cuando uno realiza un viaje y cumple un sueño, creando la eterna duda respecto a si todo lo que ha sucedido es parte de una fantasía onírica o de una realidad concreta. Es extraño pensar que Madrid ahora está tan distante y que tan solo hace 2 meses estaba recorriendo los alrededores de la Plaza de Toros, con una lágrima en los ojos, soñando con el pasado que se acababa en ese momento, rumbo al Aeropuerto de Madrid-Barajas, de regreso a Chile.

Hace 2 meses que llegué de regreso a mi tierra, a mi gente. Relatar mi viaje de regreso no está exento de situaciones dignas de contar. Desde la partida definitiva de Albacete, el 10 de julio a las 3 de la mañana, las maletas miles que no sabíamos cómo ibamos a llevar -con un chofer que quería que pagásemos un pasaje extra-, la despedida de la gente con quien compartiste todo ese tiempo, la última mirada a las luces de la ciudad que ahora parecía tan triste y nostálgica. Albacete, con sus silenciosos misterios, nos daba la despedida con un abrazo cálido, sincero. Recuerdo la última vez que miré el edificio donde viví y me parecía mentira que 6 meses se hubiesen pasado tan rápido, que todo llegase a su fin... claro, aún estaba a tiempo de arrepentirme, de perder el avión, de quién sabe qué otra cosa. Pero no, 'no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague'... era el momento de regresar.

Sentados en la Estación de Autobuses de Albacete, aún no comprendía de que me estaba yendo. No quería mirar atrás, no quería ver que a mis espaldas se quedaban muchas de las historias más divertidas de mi vida. Solo cuando me subí al bus, comprendí de que me estaba yendo de Albacete, para siempre, pues, aunque vuelva, Albacete ya no volverá a ser lo que yo tuve. El bus se alejaba de la ciudad mientras yo miraba las luces, mientras el monitor indicaba que aún había 21º C. Dormí, resignado a partir, mentalizándome en el regreso a la realidad que estaba próximo. Desperté en Madrid, en la Estación Méndez Álvaro, lugar que me vio tantas veces llegar de los distintos viajes. Nunca olvidaré la primera vez que vi esa estación, con frío invernal y copos de nieve dándome la bienvenida al invierno europeo, el 27 de enero. Llegamos al Aeropuerto y la lucha con las maletas acabó cuando encontramos los carros para poder transportarlas, fue una gran solución.

El aeropuerto fue otra de las escenas que no entendía; el silencio, el sueño de una noche casi sin dormir en el bus, ver a Mariana por última vez. Me costaba creer de que, efectivamente, estaba sucediendo: todo acababa en ese momento, el viaje, el sueño. Era casi mediodía cuando ocurrió una de las situaciones que temí: despedirme de ella, con un enorme abrazo y un interminable llanto, queriendo que ese momento no estuviese sucediendo, que al día siguiente abriría los ojos y me daría cuenta de que todo era un sueño, que todos estaríamos nuevamente de tapas en el Atocha o en 'Tu caña y tu tapa', o en las Tascas.



Me quedé solo, triste, con lentes oscuros escondido en las tuberías subterráneas del Metro de Madrid, línea 8. Llorando, audífonos y música, queriendo no ser visto... 37º C en Madrid centro. Buscando un libro y comiendo comida chilena en 'El Regreso del Winnipeg Chile", me pasé toda la tarde. Fue extraño encontrarse con comida y ambiente chileno en pleno Madrid, regresando lentamente a mi mundo. Regresé al aeropuerto, me encontré con el festejo de los españoles que viajaban a ver la final del mundial a Johanesburgo, Sudáfrica. Yo regresaba a casa. Me subí al avión a eso de las 9 de la noche, sin mirar atrás; creo que ya sentía que todo lo que debía suceder, ya había sucedido y ahora quedaba sonreír. Escribí unas cuantas líneas y luego subí. Disfruté al máximo mis últimos instantes en suelo español, hasta que el avión despegó y, definitivamente, supe que ya regresaba a casa. Me encantó ver Lisboa iluminada de noche, mientras escuchaba 'Forever Young'. Sí, Europa seguirá siendo siempre joven, siempre con esos recuerdos que querré volver a resucitar.

Un viaje de 12 horas a Buenos Aires, cambio de aeropuerto (de Ministro Ezeiza a Aeroparque), mi maleta rota, mi nombre por los parlantes, un pequeño retraso... 2 horas más de viaje a Santiago de Chile. Una que otra turbulencia al cruzar la Cordillera, frío, mucho frío. Aterrizó el avión en el aeropuerto de Santiago de Chile y entonces comprendí que 6 meses atrás, había comenzado un sueño del cual ahora tenía que despertar. Un sueño que me dejó con un sabor tan agradable en la boca, un sueño que viví y sentí con todo el cuerpo (recordando a McLuhan). Un sueño con recuerdos increíbles, tan sorprendentes y maravillosos que me cuesta creerlos. Pero me queda la alegría de saber que estuve ahí, que Venecia tiene un poco de mí, que París me vio caminar por sus calles, que Londres me abrazó al verme con los ojos emocionados de haber cumplido ese sueño, que Lisboa supo quererme como si fuese mi puerto querido. Soy feliz sabiendo que creé mi propia ciudad, mi propio Albacete, un escenario solo mío en el que quisiera volver a interpretar una obra dramática de la vida misma.

Se inició un nuevo presente, renovado, con mucha energía de continuar y vivir. Porque, ¿para qué es la vida? ¡Para sentir con todo el cuerpo!


viernes, 10 de septiembre de 2010

Verdadero o falso en un grito de postmodernidaaaaaad

Las situaciones de cada día me hacen cuestionar aún más el sentido de qué es la realidad, de qué es el sueño y de qué es lo que creo que es y lo que no es porque es lo que es. Sí, tal y como se lee lo que se lee y es lo que es, esa busqueda de un ser que acaba siendo. Como esta mañana en que la micro apenas se detiene para dejarme subir y parte casi cuando estoy saltando -realizando un micro salto mortal en el aire, en cámara lenta, para alcanzar a subirme- y entonces siento un tirón en la espalda... está bien que ahora se promueva la actividad física, pero esto me pareció brutal: ¡todavía me duele la espalda! Finalmente pago el pasaje y no me dan vuelto (esa actitud tan arraigada en los choferes de la línea y que hasta te da lata pedirselas porque puede que te muerdan, si suelen ser unos salvajes).

Llego a la universidad y por enésima vez me reencuentro con don Lyotard en la pizarra, hablándome de las mismas leseras: la postmodernidad, la modernidad, sí, claro, la defragmentación de los relatos... y me la vende con sus pensamientos ahumados, pero me niego a ceder. Ya, está bien, si le creo un poco, solo que no logro llegar a la misma nube, probablemente haya que utilizar algún tipo de alucinógeno, que me niego a utilizar, para siquiera obtener un pcoo del sentido de sus palabras. ¡Postmodernidad! Llego atrasado por segundo día consecutivo y no voy a culpar al chofer que se vino a la vuelta de la rueda, aunque reconozco que salí tarde de mi casa. En fin... entro a la sala y la avalancha comienza, el ataque, Lyotard, los gritos, los golpes, los conceptos, los ataques, ¡Postmodernidaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaad! y un (in)equívoco Verdadero o Falso de esferas superiores a mi captación mental.

Entregan la prueba de Literatura Hispanoamericana 4, y las notas fueron nefastas, aunque no tan terribles. Comienza la lucha cósmica, las paredes tiemblan, probablemente venga un tsunami, tiembla, tiembla... ¡ossssstia! Y sucede que entregan la notas y comienza la hecatombe, el fin del mundo; el profesor defiende su postura y la ¡postmodernidaaaaaaaaaaaaaaaaaad! mientras todos discutimos que no entendimos la ¡pruebaaaaaaaaa! que los verdadero y falso son muy modernos y estábamos hablando de la ¡postmodernidaaaaaaaaaaad! y entonces nadie se entiende con nadie. Pronto comenzarían los golpes, las sillas, los computadores... pero no. Todo volvió a la calma cerca de las 10.40 cuando el profesor dice que sigamos la clase. Después de todo, nada volvió a ser lo de antes. Ahora creo que tendré pesadillas con la postmodernidad y las pruebas de verdadero o falso. Seguramente, me perseguirá una "V" gigante mientras duerma...

(Y... no hace falta que recuerde que las técnicas de copia durante una prueba son útiles siempre y cuando el de al lado tenga el mismo formato de prueba, claro. Para la próxima... mmm... ¿me puedes decir si la 15 es Verdadera o Falsa, porfa?)

jueves, 9 de septiembre de 2010

De la vida misma


Un pedazo de vida paralela, sentada en el cemento frío de una tarde invernal con aspiraciones a primavera. Las palmeras de la avenida Brasil se alzan hacia los cielos con esa mirada siempre festiva, siempre alegre. Se esconden en su silencio los momentos que pasan sin siquiera ser vistos, almas que caminan de improviso, esencias que se vuelan con el viento. Historias de carruajes encendidos en fuego de pasión, rumbo a un lecho carcomido por el tiempo. Escribo porque quiero escribir, porque me siento en el suelo y miro al cielo pensando en esas palabras que se me ocurren y, simplemente, las junto. Tal vez no tenga ningún sentido y alguien dirá que soy un inepto; probablemente, le creo. Más que un inepto, estoy en constante delirio: de recuerdos y de olvidos, de silencios y bullicios, de presencias y ausencias, de momentos y fantasías, de la vida misma.

Fotografía: Avenida Brasil, Valparaíso.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Flashback al pasado y al futuro

Todavía queda soñar, soñar con esa fantasía. Todavía quedan los recuerdos, todavía quedan las emociones, todavía quedan los momentos; la sonrisa, eso que se respira en el aire, esas miradas, ese metro repleto de gente en las vías subterráneas de un imperio, esas ganas de lanzarse a nadar en los canales. Todavía quedan las imágenes de esa vida paralela que extrañamente sucedió en un segundo y que ahora es un anhelado flashback. Flashback al pasado y al futuro, no se sabe lo que ahora pueda pasar. Todavía quedan esas miradas que divagan, enloquecidas, sin creer que es cierto lo que estaban viendo.

Después de todo, nos queda la certeza de que hemos vivido.

Fotografía: Pont Des Arts, París, France.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Ideas claras

Nunca tengo una idea clara de lo que voy a decir. Tampoco sé si cuando tomo la micro, se irá rápido o si se encontrará con un enorme e interminable taco. Tomar el metro a las 5 de la tarde ya no es una experiencia agradable como solía ser hacía algún tiempo: la gente de agolpa sobre los vagones, apenas hay espacio, apenas hay oxígeno, apenas hay un lugar en el cual descansar la mirada sin encontrarte con la de otra persona con cara de qué-sé-yo. La gente se sorprende cuando alguien sonríe aunque sea por cinco segundos, porque vienes escuchando una canción divertida. Y aunque la única excusa que tuviese fuese porque esto es África o cualquier otra estupidez mental que se me viniese a la cabeza en el primer momento. No es necesario decirle a la mente que se ponga a pensar: no es necesario presionar el botón 'play' para que comience a navegar en un arsenal de conexiones fugaces, inalámbricas, cableadas, cabreadas, cansadas o lo que sea. De un momento a otro se echa a volar.

Pensaba tantas cosas al bajarme en la Estación Chorrillos, tratando de dimensionar que, lentamente, el día se comienza a alargar y que en algún tiempo más, veré que hay mucha más luz de la que veo ahora. No digo que ahora sea todo noche, pero tampoco que todo sea día. Quizás, no quiero ni lo uno ni lo otro, pues, ya lo dije una vez, nunca tengo una idea clara siquiera de lo que voy a pensar.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Cuando caminas

Así como cuando caminas de la mano de tus sueños, de las emociones que te evoca un momento preciso. Sí, un recuerdo, una esencia que late, que sigue viva, que perdura aunque los edificios se alcen hasta alcanzar las nubes tan altas como el celeste mismo, como el infinito, como el canto de un pájara que vuela perdido en busca de su rumbo. Las calles iluminadas por el atardecer que comienza con el sol que se oculta en el Pacífico sonriente, que en cualquier instante podría echar a correr, mientras el camino por las baldosas de previas historias emergen desde la soledad misma del silencio. Del aire, del cuento, de la historia, de una novela, de una madrugada que llegará después, de esos días eternos de sol y primavera.

Así como cuando camino solo, mirando el cielo, ocultando la vista del sol que quema, sonriéndole a la brisa que avanza en dirección contraria alavanzar. A veces sueño con estar en otro lugar o tal vez estar aquí mismo, soñando con ese cielo bajo el cual vivo y que me acaricia hasta en los sueños. Las historias nacen en los cerros y van a desembocar al mar, para luego partir en un barco hacia rumbos desconocidos. Las historias llegan muy lejos.

Fotografía: Mirador Barón, Cerro Barón, Valparaíso.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Nostalgias

¿Es correcto que te escriba?
¿Es correcto que te recuerde?

Tengo nostalgia de esas tardes adorables
de calores, tal vez, insoportables,
que a tu lado se enredaban en sensaciones inacabables.
Tengo ganas de sentir cómo sentía ese verano inolvidable
en tierras lejanas, en tierras ajenas.

Nostalgia de tardes madrileñas nubosas,
con lluvia y un arcoiris sobre la Estación de Atocha.
Nostalgia de Granada tan intacto,
de un pasado aún latente donde quedó plasmado ese pasado presente.

Tengo nostalgia de ti, de esa historia,
de tantas historias.
No será necesario que te confiese qué fue lo mejor de nuestro viaje.


Fotografía: Estación de Atocha, Madrid, España.