lunes, 26 de octubre de 2015

Superior

En el silencio se corrompen las mentes,
se duermen en laureles encendidos
que, sin saber, cosechan en el olvido.
Todo es futil.
Todo es incierto.
Clichés inventados por milenios
y los ingenios corroídos por la sangre.
¡Sueñan una mentira inventada,
claman la libertad malentendida!

Todo es mentira,
todo es incierto.
Ficciones creaba para sonreír
al creer que algo se podría hacer:
a veces se pierde la esperanza,
a veces es mejor empezar a correr.

Se abren nuevas ventanas
desde las cuales se quiere observar.
Hay miedo, miedo, miedo.
Hay riesgo, incierto, miedo.
Miedo a hacer las cosas bien,
miedo a olvidar lo que realmente se es:
miedo al olvido de tus sueños.

Claman comprensión quienes no comprenden,
reclaman respeto los intolerantes,
hablan de libertad quienes oprimen.

Gritan himnos poco melódicos,
cantan quienes no tienen voz,
cierran las mentes quienes suponen abrirlas.

Y aunque veces tolere las intolerancias,
olvida los discurso de odio prefabricado.

Odiar al otro no te hace mejor.

Ve y supéralo.
¿O acaso no te sientes superior?


Fotografía: Parque Forestal, Santiago de Chile. 

viernes, 2 de octubre de 2015

Soneto experimental

Un balcón carcomido por el paso del tiempo,
vapor de la humedad silenciosa, fulgores
de las cascadas claras, fuimos observadores:
nuestras huellas marcadas después del entretiempo.

Que los sueños no fuesen solo un pasatiempo,
sin saber cómo nos convertimos en cantores.
Quizás arrancamos de algún par de roedores:
solo sé que se nos pasó tan rápido el tiempo.

Cascadas luminosas cayendo desde el cielo
en cada romance convertido en sonrisa,
nuestros cuerpos flotaban sobre luces de hielo

sin importar quien merodeaba en la cornisa.
Raudas noches en que emprendimos aquel vuelo:
noches de tonalidades frescas, imprecisas.





martes, 11 de agosto de 2015

La odisea de llegar al trabajo

Dije que lo iba a escribir y estoy aquí, luego de no sé cuánto tiempo en que ya no sé ni qué escribir en el blog. Proceso creativo orientado a la sequía o más bien, simple cansancio. A veces creo que no sé qué decir, como si se me estuviesen acabando las palabras. En fin, como terapia paliativa ante esta situación compleja, he decidido volver a estas pistas y comentar algún suceso de la vida, por muy estúpido e irrelevante que pueda parecer. He aquí.

Este fin de semana hubo un tremendo temporal que dejó todo en desorden. Algunos dicen que fue un huracán encubierto -algo así como que no lo han dejado salir del clóset- y otros que fue la corriente del Niño y blah blah blah. Lo cierto es que nunca había visto olas tan altas ni calles costeras hechas polvo. Y como tal, hubo consecuencias bastante complejas como el colapso del sistema regional de metro que se ha convertido en mi medio de transporte diario. Podría tomar micro y dejar de quejarme, es cierto, pero realmente es mucho más cómodo el transporte semi subterráneo (semi, porque son solo cuatro estaciones subterráneas y el resto en superficie). 

Habían dicho que nos quedaríamos sin servicio por una semana como menos, lo que ya resultaba abrumador. Pero gracias a sus buenas gestiones -lógicamente, la empresa siempre se va a echar muchas flores y tratar de quedar como héroes- lograron que funcionara un tramo que para mi alegría, es el que utilizo. Maravilloso. Anunciaban una frecuencia de 12 minutos y, saliendo el primero a las 06.37. Confiado, llegué a las 07.09 porque correspondía uno a las 07.13. Sucedió que el tren en cuestión no pasó hasta las 07.24 cuando ya mi paciencia colapsaba. De haber pasado a la hora, hubiese llegado a la hora a mi trabajo, situación que no fue así. Al fin y al cabo llegué cinco minutos tarde.  No es tanto, lo sé, pero para una persona extremadamente cuadrada como yo resultó terrible, pensando que puedo tener descuento y todo eso. 

En definitiva, me dieron ganas de golpear a quienes dieron mal la información. Ahora no sé si mañana arriesgarme a tomar el tren nuevamente o vivir la adrenalina de viajar en micro. Y pensar que antes no me hacía ningún problema. ¿Qué ha sucedido conmigo? ¿La adultez y sus odiosidades se han apoderado de mi vida? 

Creo que debería aparecerme más seguido por estos lados. 

jueves, 2 de julio de 2015

Bailando en el silencio

Las siluetas confundidas se duermen.
Me quedé dormido sobre la alfombra
escuchando a las gaviotas que lloran.
¿Oyes el canto de su silencio?
¿Oyes el murmullo que está creciendo?
Salen las sombras a bailar sin control
cuando la música explota bajo el sol,
las palabras desaparecen...
el amanecer empieza después de las siete.

Mis huellas quedaron en la escarcha
y los tejados se olvidaron ya de mí.
Caminé tantas veces sobre la nieve,
¿todavía se acuerdan de mí?
Son las nubes las que bloquearon el camino,
otra vez me quedé dormido,
déjate llevar por lo que sientes,
en alto siempre tu frente.

Te encontré en la inercia incipiente,
me abracé a tu sonrisa angelical.
En el mar, de pronto, me vi inmerso,
bailando en el silencio.


Fotografía: Archivo personal. 

miércoles, 3 de junio de 2015

El paso del tiempo

Me duele el paso del tiempo y ver que las cosas van cambiando. Sí, aunque suena una incoherencia considerando que he dicho varias veces que estoy buscando que las cosas sean diferentes, pero me duele cuando sucede con algunas que quería que se mantuviesen inmutables. Así como el signo lingüístico, la vida tiene cosas que se mantienen y otras que no y, en teoría, es fácil de entender. Me siento como un extraño dentro de un mundo en el cual cada vez tengo menos cabida, donde cada vez me empiezo a sentir más solo. 

Extraño esas salidas de fin de semana a caminar por Valparaíso, cuando no tenía miedo de ser asaltado y pensaba que la vida no era un riesgo. Hacerse viejo implica sentir miedo, querer encerrarte en tu casa y pensar en tener todo controlado, ¿no es así? Cada vez me cuesta más escaparme del "espacio de comfort" y arriesgarme, pese a que lo he hecho en este último tiempo y, en ese sentido, puede que esté un poco más relajado. Pero el ritmo de vida hace que las personas se distancien por uno u otro motivo. Eso es lo que me duele, que cueste tanto coincidir y, además, que haya personas cuyo proceso sea el motivo del alejamiento, de manera inevitable. La gente evoluciona de manera diferente y otros, al parecer, no quieren evolucionar. 

Es triste sentir ese vacío y es un proceso que me ha costado un poco. Más que nunca quisiera tener el tiempo para poder desaparecer dos días enteros, sumergido en literatura. Ya quiero que llegue ese momento en que mi proceso creativo sea el sustento y no deba alimentar otras ilusiones que no sé dónde van a llevar. Es hora de aprender que la gente realmente importante es muy poca y, en el camino, parece que el número se va reduciendo. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Discrepo

Ojos abiertos en silencio,
El susurro es inquieto
Y a veces tan diverso.

No me muevo porque no quiero.
Simplemente, discrepo.

La claridad entra de a poco
Y los idiomas son diversos,
Todo es tan intangible,
Todo es tan visible,
Todo es tan infinito.

Manos congeladas de fuego
Y las venas inquietas enceguecen.
Camino porque escribo el vuelo
Y pienso en las nubes
Que cantan otras historias.

Sueño, dibujo, siento.
Escribo, divago, me pierdo.

martes, 19 de mayo de 2015

Let go

Olvidaré, escribiré, seguiré. Como si nada no, porque no es mi estilo. Como si nada no, porque así no me defino, porque en el fondo de mi mismo sé que nada dejaré para el olvido. Sé que hay cosas que suceden, cosas que se van, cosas que se escapan: nostros decidimos lo que se va o lo que sigue. Olvidaré, escribiré, seguiré, porque la vida sigue adelante y no me detendré. Seguiré siendo auténtico, seguiré estando intacto: mi esencia propia no se contextualiza.

Lloraré, quizás y no me da vergüenza decirlo. Me lamentaré muchas veces, no por lo pasado, sino por lo que pensé que sucedería: la única razón de la desilusión es la confianza, pero tampoco me arrepiento. No me creo una buena persona, no me creo excelente, no me creo un Dios: solo soy un ser común y corriente buscando un camino, buscando su mejor situación. A veces pierdo la calma, a veces recupero la fe, aunque en realidad, no lo sé.

No sé por qué lo escribo, no sé por qué lo pensé. Sí me importa, lo repito, aunque ya sea parte del silencio. Olvidaré, escribiré, seguiré. Seguiré escribiendo, pero no olvidaré.

viernes, 24 de abril de 2015

Nada.

Al moverte en el silencio, las siluetas se confunden en un aquí y un allá. ¿Qué es eso? ¿Qué es lo que veo? ¿Qué es lo que siento? Por un instante, huelo el hedor a vino que corroe las mesas olvidadas por el paso de los viajeros; las historias se cuelan en las bisagras que van y vienen como los vasos de alcohol proveniente del infinito. Las luces psicodélicas del recuerdo se confunden con un beso que nunca se concretó y una persona que jamás volvió a aparecer. Bailas a la deriva, te mueves sin pensar, haces el ridículo y no te importa. Estás poseido por el ritmo del vaivén de las olas del mar, de la espuma en la que duermes, de la nebulosa que tu mirada pierde en el horizonte.

No sabes dónde vas, no sabes lo que va a pasar, no sabes nada de nada. Tienes el futuro a la vuelta de la esquina y, por un instante, crees que tienes el control de todo: pero no sabes nada. No has visto ni la mitad de la realidad. No has visto más allá de tu burbuja, no has visto más allá de ti mismo. Pronto te enterarás de muchas cosas: la búsqueda terminará en un destino sorprendente y alegre. Hermoso y desconocido. ¿Los viste esta vez? Seguro, hablaste incluso, solo que no lo recuerdas.

De pronto, despiertas. No sabes lo que ha sucedido. No sabes dónde estás. No sabes nada. Nada. Nada de nada. ¿Flotas en el mar o a la deriva del pavimento sobre el cual ya comienza a quemar el sol? Comienzas a distanciarte de los años 20.

miércoles, 8 de abril de 2015

Go on!

Changes. Maybe, this year will be the time for changes. But, what do I want to change? Many things, all the time I've been thinking that my life isn't enough. I'm looking for satisfaction and now I think I'm getting it. I've learned to find happiness in small details of daily life and it's making me feel better. Now, I'm closer to face a new change and it scares me, anyways. 

Change to somewhere better, that's for sure. So, what's the problem? It's time to go on!

martes, 7 de abril de 2015

Espuma

Doy un paso hacia adelante. Está nublado. Doy dos pasos hacia la niebla que, en breve, se acabará convirtiendo en nieve. Blancura, hielo condenasado cubriendo los callejones, hielo transparente olvidando las huellas de aquellas transeúntes que duermen en el río que se pierde en el mar. Correr hacia el destino, correr hacia el presente. Creo que el futuro ya sucedió. Las huellas quedan en la nieve, la humedad corroe los edificios, la ansiedad inunda las habitaciones; la alegría llena los adoquines, mis pies tocan el suelo, vuelo, vuelo, floto en el silencio. Floto en esta nueva vida: mis pies desaparecen en la espuma.

domingo, 5 de abril de 2015

Más allá de la cima de las montañas

Era como si algo en ese silencio le recordara a otro lugar. Algo así como una carretera extensa e interminable, algo así como una huida. ¿De qué huía? ¿De quién? Nunca en su vida había conducido un vehículo como aquel, acostumbrado solo a pilotear naves espaciales, pero era como si lo hubiese hecho toda su vida. ¿De quién huía? Sentía su corazón inusualmente acelerado: quizás no huía, sino que iba en busca de alguien. ¿Para qué? Las líneas de una carretera oscura perdida conducían hacia un cúmulo de luces que comenzaban un poco más allá de la cima de las montañas. La ciudad, la ciudad: la perdición. Levantó la vista en busca del espejo retrovisor y encontró una mirada que no era la suya, pero en la cual se encontraba. Fue en el momento en que se levantó del suelo y se dio cuenta que, por poco, hubiese muerto ahogado en una de sus clásicas apneas de sueño. Sintió el ruido de unas pisadas que se acercaban a ver que todo estuviese bien.

- ¿Sigues ahí?
- No hay muchas opciones de movimiento.
- Muy bien.

Nuevamente la soledad y frialdad de aquel calabozo subterráneo. Las cadenas en sus manos y tobillos lo hacían la presa más indefensa de cualquier bestia nocturna, de esas que abundaban en aquel desconocido planeta. Quizás, en algún momento, alguien se acordara de traerle ropa un poco más gruesa. El hielo colgaba a través de las paredes, donde veía el contorno de cuerpos congelados en el olvido. No, a él no le sucedería lo mismo.



miércoles, 1 de abril de 2015

Abril

Con el paso del tiempo, marzo se me pasa cada vez más rápido. Definitivamente, creo que es algo muy positivo ya que dicho mes no suele ser conocido por sus bondades: fin definitivo de las vacaciones y el regreso al colapso constante del transporte, de la ciudad y de todo. En mi caso, me doy cuenta de que todos los servicios funcionan pésimo y es algo que me produce tanto dolor de cabeza que a veces me quiero tirar por la ventana. Y entre reclamos, furia desatada y más de algún ataque extraño, llegó abril... "algo" mil. 

Recuerdo que en mi infancia aplicaba el dicho "abril, lluvias mil" porque era el inicio de la época de precipitaciones, del frío, de la ropa impermeable y todas esas cosas. Era la época en que aún llovía, ahora el clima está tan extraño que ya no se sabe. Finales de marzo nos sorprendio con una tormenta eléctrica en medio de temperaturas muy cálidas, cosa bastante rara en estos lados. Ahora ver las noticias y pensar en el desastre del norte de Chile, lamentable. Las lluvias se vuelven locas. Lo que sé es que, en esta fecha, ya no debería hacer el calor que todavía hace: 28 o incluso 30 grados. Se supone que ya debería empezatr a bajar y que este año la corriente del niño, blah blah. No sé. Quizá hasta haya un terremoto. 

Hoy empieza, nuevamente, otro mes de abril. No sé si tengo expectativas (sí, claro que las tengo, siempre las tengo), pero creo que dejaré que las cosas pasen.

lunes, 30 de marzo de 2015

Oportunidades

Es cierto que a veces uno ruega por tener oportunidades que tardan mucho tiempo en llegar, incluso, a veces no llegan. Es cierto que en esos momentos lo único que haces es reclamar por todas las cosas malas y se te olvida que, al fin y al cabo, la vida es lo suficientemente sabia como para entregarte lo que necesitas en el momento justo. Creo que a veces lo peor es tener demasiadas opciones, porque siempre que optar por algo tienes que, obligatoriamente, dejar otra cosa de lado, lo que te deja el inevitable cuestionamiento de qué hubiese sucedido si hubieses elegido ese camino.

Este año, según he leído, será un año bastante intenso: el año del infinito, el año de cambios, el año de los deseos. Creo que lo he notado desde un principio, al haber cumplido varios sueños desde un comienzo. Incluso he sido lo suficientemente atrevido como para pedir cosas de manera desesperada con la convicción de que iba a ser escuchado y, nuevamente, salgo sonriente. Comencé el año sintiendo que se avecinaba un cambio: había una serie de coincidencias que hacían que mi estado actual no calzara. Algo estaba mal y no había caso, no quería resultar. Fue el momento de que se encendiera un deseo fuerte y de recuperar la confianza; fue el momento en que se gestó un cambio tan rápido que apenas tuve tiempo de asimilar. Un cambio que merecía, sin lugar a dudas. No se trata de jactarse de un supuesto poder, sino que se trata de recuperar la confianza. Pensar en cambios trae a la mente una serie de fenómenos que pueden ser, incluso, un poco violentos: terremotos, cambios de clima o cualquier otra catástrofe natural. Pensar en cambios también significa dejar que el pasado se quede en donde está para poder mirar hacia el futuro: el futuro es la oportunidad, hermosa y desconocida. Pero lo mejor de todo es sentir que tienes la capacidad de ser tú mismo quien ejerza dichos cambios, o al menos que puedes formar una parte importante en la gestión de los mismos. ¿Quién puede cambiar tu vida si no eres tú mismo? 

Creo que el destino no se ha cansado de enviarme señales potentes de lo que puedo hacer, de lo que soy capaz. Más allá de un ser en potencia, es hora de comenzar a ejercer la acción: el movimiento. Podemos modificar nuestras circunstancias si queremos, es más, es casi nuestro deber llegar más lejos. Cerrar los ojos y ver mucho más allá, sentir que los pies dejan el suelo y alcanzan esas alturas que parecían imposibles. La sensación es realmente gratificante cuando, pese a que tienes algunos puntos negros externos que empañan tu tranquilidad, haces el balance y ves que todo sale a favor: la suma es positiva.

Ahora, el problema es el tema de las oportunidades que aparecen en tu horizonte. ¿Qué pasa cuando, luego de que encuentras la estabilidad, aparece algo que hubieses querido con ansias en otro momento de tu vida? Está en tus manos ejercer el cambio, pero algo en ti te dice que no, que no es el momento o, más bien, que no quieres. Por un instante quieres descansar y detenerte, poner los pies en el suelo por un tiempo para poder respirar y recargarte de energía. Hay mucho por hacer, está claro, pero vamos de a poco. Y ese es el momento en que decido que no, que dejaré pasar una oportunidad que podría ser buena. ¿Cuál es la razón? El corazón. Pensar con el corazón me ha traído muy buenas consecuencias, me ha traído las mejores oportunidades. Es difícil estar en ese momento en que vislumbras un escape que anhelabas, pero tu corazón te dice que aún no. Sé que eres sabio, corazón, tienes una sabiduría infalible, sé que vislumbras algo mucho más allá.

jueves, 26 de marzo de 2015

Vivir en el silencio

Las luces de la ciudad se iluminan cada noche y son tantas las almas que deambulan sin saber por qué. ¿Por qué despertarse a las seis de la mañana, por qué levantarse, por qué tomar transportarse, por qué trabajar? ¿Por qué? Argumentos que a veces no se entienden, argumentos que, incluso, muchas veces siquiera existen. Volver a ver las mismas caras que amas y odias a la vez, resignarte a que quizás estás encontrando algo bueno. Sentir que vas bien, pero te da miedo pensar que las cosas pudiesen ser aún mejores.

Soñar con cruzar el oceáno, otra vez, soñar con escapar definitivamente. Vivir en el silencio como un ser que pasa desapercibido, sentir que tienes un sueño que parece no tener espacio. A veces me deprimo. Sí, claro que me deprimo pensando que me ilusioné demasiado con ciertos proyectos que si bien están funcionando, no lo hacen de la forma que quiero. Es que acaso soy un inconformista y que siempre quiero reclamar por algo, o acaso todavía siento que falta algo que me sigue provocando un corto circuito. ¿Por qué será que nos da miedo estar en un buen momento, por qué siempre pensamos que no va a durar? Creo haber aprendido a invocar los cambios, a saber pedirlos y valorarlos cuando se transforman en algo bueno para ti, cuando al fin ves que las cosas empiezan a repuntar. 

Vivir en el silencio huyendo de los miedos que a veces viven a pocas cuadras de ti, ¿es necesario escapar? Es difícil recuperar la confianza, pero no imposible. Es dificil volver a creer y a recuperar la tranquilidad, pero se puede. ¿Acaso también es difícil pedir algo que vibra en tu pecho, pero que aún se niega a señalar el camino? Quizás no lo he recorrido por completo, pero siento que algo ya se ha trazado: siempre es importante cada paso. Me doy ánimos pensando que falta menos que en un principio, que ya hay semillas y que de a poco empezarán a dar frutos. El problema es que, a veces, me cuestiono la valoración que tengo de mi mismo. Creo que es normal. A veces creo que puedo y otras, no. Vivo en silencio, pero, en realidad, no quiero vivir en silencio. Tengo muchas cosas que dejar plasmadas, muchas huellas que marcar. 

Muchas huellas extendidas en un camino que se pierde a lo lejos.

Fotografía: La Barceloneta, Barcelona, España (febrero 2015)

martes, 24 de marzo de 2015

Encuentro

La observación persistió durante algunos instantes, era necesario captar cada detalle por muy pequeño que fuese. Se mantuvo en silencio a la espera de cualquier movimiento que, durante un tiempo prolongado, se remitía al vaivén del diafragma que se proyectaba tras su sombra. Era inevitable poner atención al extraño e inusual tatuaje en la planta del pie, algo que pocos se atreverían a hacer. Tuvo la intención casi instintiva de tomar un teléfono y llamar al resto del equipo para avisarle de que estaba próximo a cumplir la misión, pero el resto del equipo no existía. La soledad era su más fiel compañera en cada una de sus incomprendidas andanzas. Siempre era difícil lidiar con uno mismo.

Un movimiento encendió el estado de alerta al instante en que la sombra se levantaba y sacudía la toalla. Observó con más detalle el cuerpo de la víctima: era perfecto. Pensó en la carne, en los huesos, en los músculos, en las venas y en el flujo de sangre. Sus miradas coincidieron varias veces de improviso, sin darse cuenta. La sombra se alejó, dejando huellas que desaparecerían rápidamente tras la espuma. Se acercó corriendo, sin darle tiempo a decir nada. 

Cuando abrió los ojos, yacía sobra la mesa de disección junto a un paraguas roto y una máquina de coser a medio funcionar, a punto de clavar sus púas sobre la piel blanca y limpia cuya inusual marca se reflejaba en el espejo.


miércoles, 18 de marzo de 2015

Rodalies

La estación era gigante, mucho más de lo que pude haberme imaginado en un primer momento, casi como una visión surrealista. Caminamos, caminamos sin saber hacia dónde, sin saber por cuánto tiempo. Quizá esperábamos algo, pero lo que sí es seguro es que estábamos en busca de algo: eso que solo tú y yo sabemos denominar, aunque todo el resto ya se ha dado cuenta de una u otra forma. Caminamos por ese pasillo y conversábamos de la vida, de nuestra historia, del futuro. El pasillo blanco reflejaba la excelente iluminación de un sitio que parecía salido del futuro. Pero no: el futuro es diferente según los lugares en los cuales te encuentres, pues en algunas zonas el futuro llegó hace rato y, en otros, el pasado no se quiere ir jamás. 

Estábamos en el piso 9 y había que llegar hasta el primero. Nunca entendí cómo podía haber tantas líneas superpuestas en todos esos niveles. ¿Cómo aguantaba el peso? ¿Cómo no se caía? ¿Acaso en algún lugar se encontrarían en una misma línea recta? Solo pensé en el vértigo de una caída libre: la modernidad es acelerada en cada detalle de sus acciones. La cápsula descendió rápidamente, casi sin darme tiempo a sujetarme o a digerir ese anterior pensamiento. Llegamos al lugar y el bullicio era inexistente. No estabas a mi lado y no sé por qué, pero sabía que ya estabas por llegar. Quería que te apuraras antes de que el tren partiera. Rodalies. Eran diferentes a lo que me había imaginado, más bien parecía un antiguo vagón de tren parecidos a los del metro de Nueva York, según lo que muestran las películas. Estaba un tanto distante del andén, aunque eso no parecía ser razón suficiente para escuchar el melódico "tenga cuidado de no introducir el pie entre el coche y el andén". Llegaste, ingresamos de un salto. No sé por qué, pero recuerdo tus zapatos negros. Saltamos juntos antes de que la puerta se cerrara y el tren comenzara el viaje.


miércoles, 11 de marzo de 2015

Huir

Huir no.
Moverse, volar, abrir las alas.
Mirar el horizonte desde lo alto,
cruzar el mar a toda velocidad.

No quiero huir.
No tenemos motivos,
no hay nada de qué escapar.

Soñar con las cimas más altas
y alcanzar más plenitud,
sí, alcanzar lo mejor,
lograr nuevas metas,
lograr ese sueño que no nos deja dormir.

Huir, no.

Si es necesario romper vidrios, los rompemos.
Si es necesario no dormir, nos mantendremos despiertos.
Si es necesario hacer locuras, enloqueceremos.
Si es necesario irse lejos, prepárate para el viaje.

Huir, no.

Moverse, abrir las alas, volar...
Soñar, cambiar...

Pero huir no.
No escapamos de nada,
no hay nada de qué temer.

El Sol está de nuestro lado.


Fotografía: Cielo de Madrid, España (febrero 2015)

jueves, 5 de marzo de 2015

Haber

He debido romper la realidad un par de veces. He debido dar saltos, recibir y provocar heridas, seguir adelante, saltar y vivir el riesgo de caer. He sentido la adrenalina al oír el rugido del motor de un avión a punto de despegar y luego he volado sobre las nubes: he visto el cielo azul desde ultramar. He soñado, he pedido, he atraído.

No ha sido fácil, no, las decisiones siempre son difíciles. Partir implica dejar algo, pero también es ver un horizonte nuevo. Comenzar de cero cada vez quizás no sea sano, pero me resulta necesario de vez en cuando. Que difícil es sentirte parte de algo, que difícil es creer. Que difícil es saber que eres el motor de tus propios cambios.

Son tantos sueños. Es tanta la esperanza.  Hoy, quizá mucho más que en varios momentos, siento que algo grande está por suceder.

lunes, 26 de enero de 2015

Que la vida nos deje

Es difícil empezar cuando ya ha pasado mucho tiempo: el silencio es una condena, las rejas impiden ver más allá, aún cuando sabes que el mundo exterior es tan grande y diverso. El mundo está esperano tus movimientos y empiezas a recordar que tienes el control: you can do anything you want. Cierras los ojos y eres capaz de visualizar, imaginar, soñar. Vuelves a soñar aunque tienes miedo, siempre es difícil volver a despegar los pies del suelo cuando ya has estado mucho tiempo fijo. No es fácil volver a abrir las alas, no es fácil levantar la mirada y ver un horizonte iluminado de historias: de Quijotes, de palabras, de historias que llegaron hasta ti.

Pensar en el viaje que se acerca es pensar en el sueño que se cumple, otra vez. Pensar en tantos otros sueños que siento, como nunca, que se van a cumplir. ¿Es el momento en que llegará la oportunidad de dar ese tremendo salto que he estado esperando? ¿Podré, al fin, acercarme a lo que realmente quiero hacer? Es paradójico pensar que la vida misma también puede ser una ilusión, aunque de esa ilusión has logrado ver tantas sonrisas y recibir tanto amor. Quiero dar el salto y el querer es una magia muy fuerte. La magia de las palabras se torna tan fuerte y poderosa que sé que lo podremos lograr. 

Que la vida sonría, que la vida nos haga felices, que la vida nos deje escribir buenas historias.