lunes, 29 de septiembre de 2014

Siento

Y en medio de la fiesta me detengo,
mis pies saltan de dos en dos,
de tres en tres
y el conteo de las sílabas se confunde
entre los vasos de vino arrojados al azar,
manchas etéreas flotan en el aire
y las miradas se confunden de color.

Nadie sabe lo que pasa,
un, dos, tres,
nadie sabe lo que pienso,
cuatro, cinco, seis,
nadie sabe cuándo caerá la nieve,
siete, ocho, nueve,
diez, once, doce... explode!

Siento que comienzo a correr,
que mis pies se pierden del pavimento,
que mis brazos se confunden en el vuelo.
Siento que comienzo a correr,
que me pierdo sin saber por qué,
que no sé dónde voy a caer. 


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Seres que roban energía

Recuerdo que alguna vez leí un libro que hablaba de los seres de luz, de los ángeles y de los demonios. Esta última palabra suele ser asociada a algo maléfico y diabólico, cuando en realidad puede ser algo completamente cotidiano. Muchos discuten si la maldad es natural al ser humano o si la sociedad es quien inculca este deseo, sin llegar nunca a un completo acuerdo. Personalmente, no me cuestiono el origen, si no cómo somos capaces de evaluar si eso produce o no algún daño: lo que mueve al ser humano es el deseo de algo, de manera natural, sin tener el prejuicio si produce bien o mal, conceptos que han sido establecidos por consenso y, aún así, presentan muchas dudas.

Me interesa el tema de los demonios, pero para ello, hay que comenzar por los ángeles. Los ángeles son seres bondadosos que suelen ser entendidos como un guardián o protector. No se necesita ser un vidente para percibir que en ciertos momentos existen fuerzas ajenas al ser humano que le brindan apoyo... o al menos yo suele sentirlas. No necesariamente tienen alas ni son mágicos: se trata de personas que mediante un consejo acertado, logran colaborar con alguien. Sin embargo, ese mismo ángel puede convertirse en un demonio sin saberlo y, muchas veces, de manera inconciente. Así como podemos asesorar a alguien para que haga el bien, nuestro libre albedrío nos permite conducir a alguien al mal. 

Por otra parte, me cuestiono por qué hay gente que, simplemente, podemos considerar mala. "Mala de adentro", que disfruta del mal... gente que, en realidad, solo busca provocar daño. ¿De dónde aparecen? Suelen acercarse al identificar una víctima débil que, muchas veces, no está en su mejor momento. Una vez que se quedan, es muy difícil librarse de ellos, pues se pegan como si fueran verdaderos parásitos que roban la energía... a veces de manera radical. Suelen disfrazarse de simpatía, para luego no perdonar. Seres que suelen causar conflictos con tus cercanos para hacerte creer que son la única solución, llevándote casi a un secuestro. Lo que me causa más duda es el motivo de este robo de energía, puesto que tampoco suelen mejorar luego de esta adquisición de energía.

Me he dado cuenta que he tenido personas de esas características alrededor de mí y, afortunadamente, se han ido. ¿Qué buscan? ¿Por qué aparecen? ¿Serán seres de otros lugares? ¿Serán fuerzas externas? Mis cuestionamientos son muchos y aún no encuentro una respuesta clara.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Mitad de septiembre

Siempre se ha dicho que el año acaba en septiembre, pese a que es evidente que aún queda bastante tiempo hasta los fuegos artificiales que dan origen al nuevo año. Sin embargo, a nivel funcional, cada vez siento que el año se me hace más corto: parece que esto de la vida de adulto hace que, efectivamente, los minutos vayan más rápido, o bien, tenemos demasiadas cosas que hacer y nuestro día se hace nada. Es extraño ver que ya estamos en el día 15, es decir, exactamente en la mitad de estos treinta días que prometen pasar volando. 

Afortunadamente, tengo la semana libre por completo debido a las recuperaciones que tendremos. El tema es que al regresar ya será 22... en un parpadeo se habrá ido el mes de la patria y comienzan tantos otros preparativos personales que me inquietan. Se acercan las vacaciones y un cambio importantísimo en mi vida. Si bien, marzo siempre ma hace desear las vacaciones del próximo verano, me parece inquietante que el tiempo se me esté haciendo tan corto. Pienso en que debo escribir, continuar con mis proyectos literarios a la espera de que algún día sea ese mi exclusivo trabajo. 

Solía hacer predicciones respecto a lo que sucedería después, pero no me animo en estos momentos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Terrorismo?

Recuerdo que hace algunos años- bastantes, en realidad, pues fue en el año 2005- reflexionábamos en clases de historia respecto a las distintas amenazas internas que podía tener un estado y cómo esto podía poner en riesgo el orden público y la integridad de las personas. En ese sentido, recuerdo que divagamos respecto a si era necesario legislar al respecto y qué era lo que debía llevar a cabo cualquier gobierno para resguardar la seguridad, por sobre todo. Esta semana he vuelto a ese cuestionamiento en relación a los últimos acontecimientos que no dejan de sorprender a la opinión pública y que, claramente, están produciendo un pánico colectivo generalizado. Pero, ¿podemos hablar de terrorismo? 

La palabra terrorismo es fuerte y produce, lógicamente, temor. Se trataría de grupos organizados cuya finalidad es la de producir disturbios con la finalidad de causar miedo en la sociedad, pero no un miedo gratuito, sino más bien una amenaza: una negociación radical, claramente. Si bien ya había quedado impresionado por lo sucedido en Escuela Militar el día lunes 7, ahora me llevo la sorpresa de otro bombazo acontecido en Viña del Mar. Lo que me parece más lamentable es que sea gente inocente la que se vea afectada, gente trabajadora que saca adelante a su familia. Si lo que buscan estos grupos es llamar la atención de las autoridades, no sé si lo logren en realidad más allá de lo mediático en que claramente saldrán hablando, pero cuyas acciones reales no siempre serán muy convincentes. 

Hacía algún tiempo veíamos esta situación como algo lejano y considerábamos a Chile como un país seguro. Los bombazos se han visto desde hace mucho, sobre todo en el sector alto, pero eran detonados en horarios en que no provocaba heridos. Esta vez estamos hablando de catorce personas, incluso algunas con riesgo de amputación. ¿Qué sucede en estos momentos? ¿Qué es lo que debemos creer? No puede ser posible que uno salga a la calle y tenga miedo de una explosión. ¿Qué hacer? Se llenan la boca con la ley antiterrorista, pero no sé si realmente dé algún resultado. Quizás sea el momento de que a las autoridades pongan mano dura, como tantas veces han prometido.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Dejar ser

Dejar ser y dejar que la vida juegue a actuar. Sentir que observas las miradas de gente ausente, sentir que no confías en nadie. A veces te das cuenta que has cometido errores, a veces te das cuenta que te alejaste bastante de la realidad. A veces, realmente, te topas con verdaderas mierdas de persona. Luego te detienes, ves la hora que pasa, deseas que siga avanzando.

Piensas en un deseo, quieres soñar, quieres que se cumpla. No sabes cómo desear: es difícil evitar el negativo. Quieres, pero es difícil acertar al modo. Soñar, desear, temiendo por lo que debas dejar atrás.

Miradas, corazones, amistades, sueños, confianzas, vínculos que aparecen de manera imprevista y que se vuelven realmente importantes sin que te hayas dado cuenta.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Septiembre y los aros en el cielo

Nunca he entendido bien por qué se dice aro, aro, aro cuando se cantan las cuentas... o se dicen las payas, ni siquiera eso tengo muy claro. Es que es muy notable el cambio ambiental cuando llega septiembre, el aire se impregna de olor a asados everywhere y no solo te da hambre, sino que empiezas a subir de peso al punto que cuando tomas conciencia, ya es demasiado tarde. Por eso siempre octubre es el mes de la desintoxicación y por más que digo que me controlaré durante las fiestas patrias, nunca logro dicha intención. Creo que lo he escrito varios años y aún no lo logro. 

Y con tanto aire a septiembre, me llama la atención una serie de predicciones que andan circulando. Una de ellas es la de un supuesto megaterremoto para Chile durante este mes, según los planteamientos del ingeniero Pedro Gaete, quien hace algunos años le achuntó un poco a un sismo: él anunciaba un cataclismo con fecha y hora, pero solo se trató de un evento de 5.5 richter y tuvo un desfase de una hora. Curioso. Ahora se atreve a decir lo mismo y que debemos estar alerta durante 46 días, periodo que comenzó el 1 de este mes. Las interpretaciones son muchas: fiestas patrias siempre tiene terremotos (vino pipeño con helado) que deja mareados y tiritones a muchos, con sus consecuentes réplicas. 

Por otra parte, me he encontrado con varios aros en torno a la luna y el sol. Según la tradición popular, el aro en torno al sol significa "aguacero o temblor", mientras que el aro en torno a la luna sería "novedad ninguna". He visto ambos durante este fin de semana. No sé qué pensar, ya que muchos se animan a señalar que los últimos sismos han sido provocados artificialmente, aludiendo a que han sido todos durante el fin de semana. Algo de ello es cierto, sin embargo, el último terremoto ocurrido en abril de 2014 en el norte de Chile fue un día lunes. Tampoco pasa desapercibido que este año ha habido varios sismos fuertes en la zona -aunque la autoridad siempre le baja el perfil-, la mayoría cercanos a los 6 grados. En cualquier país del mundo se considerarían terremotos, excepto acá. 

En el último tiempo, la mayoría de veces que he visto los aros han tenido relación con algún tipo de fenómeno natural. ¿Quién sabe? Creo que anunciar un sismo para un país que suele tener megasismo casi cierto periodo de tiempo no es algo tan nuevo, pues es claro que en algún momento va a acontecer.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Nueve meses

Han pasado nueve meses y no he asesinado a nadie, eso es un buen comienzo. Por más que empuño el cuchillo, no logro canalizar la energía para cometer un crimen. Quizá ya estoy demasiado viejo, quizá me estoy convirtiendo en un individuo socialmente aceptable. Aunque no lo niego: ganas no me faltan. Y no tiene nada que ver si su aspecto es desaliñado o de la mayor elegancia y sofisticación; para mí, esos son detalles completamente fútiles. Lo que realmente me exaspera es escucharlos hablar, descubrir su escacez de razonamiento y su absurda creencia de superioridad. ¿De qué superioridad me hablan, por favor? Son solo un grupo de imbéciles buscando qué hacer con sus vidas. Pero, espera... yo tampoco sé qué haré con la mía.

Hoy fue un dia especial. Al cruzar la calle divisé sus figuras y tuve la intención de acercarme, llevaba el cuchillo guardado, pero no me atreví. Uno de ellos se dio vuelta a observarme, notaron mi presencia inmediatamente y me saludaron con su cinismo de siempre. Mierda, otra oportunidad perdida. Seguí de largo, invocando a sus ancestros. Estaba pensando en planificarlo -como tantas otras cosas en la vida- para encontrar el momento exacto en que nadie se diera cuenta, al menos por el instante. Después de todo, la vida de ser normal ya me estaba aburriendo.

Me detuve de pronto. Mi cuchillo no estaba por ninguna parte. Ya sabía el resto. Escuché sus carcajadas cuando vi un chorro  de sangre que caía sobre la mesa.