viernes, 31 de octubre de 2008

Silencio, espera, desconcierto, no sé...

La noche oscura y las estrellas en el cielo cubiertas de nubes que pasan de vez en cuando. El aullido del perro del vecino que no se calla, que quiere salir a la calle a morder a la gente. La tibia brisa que mueve las cortinas mientras escribo. "Boof N Baff N Biff" de Thievery Corporation sonando por los parlantes con su estética lounge autoproclamada. Silencio, espera, desconcierto, no sé...

Dicen que en las nubes vuelan las almas de otros mundos, las que ya partieron, y que en cualquier momento puede ser tu momento de saludarlas: de preguntarles cómo están. Seguro han de tener muchas historias, pero quién sabe si son de verdad. Las nubes corren por encima de la Luna, tratando de decirme algo quizá. ¿Acaso llegará el esperado momento en que se habra un halo de luz en el silencio para decirme cuál es el paso que seguirá? Si la cabra que anda perdida en las alturas quiere bajar al valle, por fin, para saber cuál es su nueva vida, ¿qué será eso tan importante que los astros le tienen que contar?

domingo, 26 de octubre de 2008

Mi deseo electoral

Suena el despertador a las 9.30 de la mañana y el sol ya entra por mi ventana: es día domingo y no son muchas las ganas que tengo de levantarme tan temprano. Apago la alarma y me doy vuelta, esperando seguir durmiendo, pero oigo voces desde el living de mi casa: el movimiento ya ha comenzando y no podré seguir durmiendo ya que en cualquier momento vendrán a decirme que ya es la hora.

Al fin y al cabo, de nada servía levantarse tan temprano si no tomas tu lugar en la ducha; la excusa del desayuno no es muy productiva a la larga, cuando te dan casi las 11 de la mañana y todavía esperas. Finalmente -y en una situación que pocas veces se produce- me demoro menos de 10 minutos en la ducha y en algo así como 3 minutos ya estoy vestido, esperando que baje mi madre del segundo piso para partir.

Hace calor: el anuncio de un día nublado falló otra vez. Salimos los 5 a esperar locomoción colectiva, pero nos encontramos con la sorpresa de que lo poco que pasaba a esa hora estaba ya lleno. ¿Colectivos? Llenos. ¿Una micro? Repleta. La solución mesiánica de mi padre que anuncia que irá en busca del auto; 3 minutos después nos subíamos al vehículo de color rojo (rojo puto, según llaman algunos) para partir hacia el centro de un lugar llamado Quilpué.

Una ciudad colapsada llena de carabineros y calles cortadas. La puerta dice "mesas 99 - 132". Sonrío: estoy en la 131. Veo uno que otro anuncio, busco el lugar y me encuentro con una inmesa fila que a poco me hace creer que el segundo piso va a colapsar. Son las 11.40 cuando soy el último de una enorme fila. Sigue llegando gente, son las 12 y lo que he avanzado es considerable: faltan 2 vueltas más. Son las 12.30 y al fin veo la mesa de vocales que me entregan el bendito papel que expresará mi primera decisión cívica que, a la larga, ¿servirá de algo?. Entro en la "cámara secreta" -que en realidad debe estar llena de cámaras a través de las cuales identifican tu postura- y marco mi elección: 15 segundos, con suerte. Voy a la urna y deposito mi voto: ¿alguien me va a tomar una foto? No, no soy de farándula... ok.

Y al final, cumplí mi mayor deseo electoral: acabé muerto de la risa y de calor, comiendo grissines que me recuerdan la primera vez que vi eso de votar, como a las 6 o 7 años.

viernes, 24 de octubre de 2008

No me des la razón

No me des la razón, te lo digo por tu propia seguridad. No mes des la razón aunque tengas la más absoluta certeza de que la tengo, no lo hagas por tu propio bien o tendrás que asumir las consecuencias de haberme dado ese poder incontrolable que ahora me hace acreedor del mundo y de mil verdades escondidas que antes sólo eran fruto de mi observación y mi molesta; de mi mala experiencia y de la tristeza que en algún momento me hizo ver el mundo gris. Puede que de un momento a otro me sienta un Dios capaz de modificar el camino y las especies; un Dios al que muchos querrían adorar y apoderarse del verdadero culto para apoderarse de todas tus acciones y ponerlas en su propia favor, olvidándose de su motivo inicial. Todo esto podría suceder si de un momento a otro me dices que sí, que sí tengo la razón y de que mi forma era la mejor; que pese a que era cierta, nadie más la había podido ver y ahora que tú también la sabes, me dices que en realidad era un vidente. Ten cuidado, si me otorgas el poder de la verdad puede ser tan nefasto que el mundo puede comenzar a girar en dirección contraria.


No, no me des la razón aunque yo te lo diga una y otra vez, aunque sepas que lo que te digo es verdad, aunque mi vaticinio sea 100% certero y de que lo que diga se cumpla. Dime, tal vez, que sólo fue una coincidencia y de que mi estoy volviendo un demente, de que lo que digo son sólo estupideces de un ser corroído por las deseos que le arrebataron cuando quiso ayudar a una humanidad que no piensa más que en sí misma y que difícilmente pensaría en ayudarme de vuelta. Dime que es sólo una forma de ver el mundo y que puede que me esté equivocando. Aunque sé y sabes que lo que digo es verdad, aunque también has comprobado que lo que yo decía era cierto.


No mes des la razón, no me des el poder de tener la verdad, no me des el poder de ser un pseudo Dios automático con forma humana, no me des del poder de decir que sabía lo que iba a pasar. Dime que fue sólo coincidencia: no me des el poder de saber que lo que ya pensaba era una realidad porque, pese a saberlo desde siempre, no pude intervenir para que eso no ocurriese más.

viernes, 17 de octubre de 2008

La primavera graciosa ha muerto.

Se han dormido las esperanzas,
se han dormido los sueños,
se han dormido las ganas que tenía de verte.
Se han dormido todas las noches que te soñaba
y las mañanas de angustia cuando despertaba
porque el recuerdo de tu celestial mirada sólo era un sueño,
se ha dormido cada palabra que te dedicaba en secreto.

¿Quieres acaso decirme qué fue lo que pasó?
¿Quieres acaso darte un tiempo para los dos?
Pero estás tan ocupada entre papeles y dibujos
mientras sueñas con algo que no sabes si va a llegar;
se ha agotado la espera y es mi momento de marchar.

Se han dormido mis deseos de tenerte,
se han dormido los días,
se han dormido las caricias con las cuales quería sostenerte.
Se han dormido los silencios de mis propios pensamientos
y la música dulce que en ese trance te componía
para ver si algún día las escucharías y te vería sonreír;
se ha perdido la vida que a tu lado quería vivir.

¿Quieres acaso decirme si fue mío o tuyo el error?
Dame fuerzas silenciosas para acabar una historia que nunca empezó,
dame una mirada y una mano para levantarme
porque el viento sopla fuerte y no puedo contra el sol.
Se ha agotado la esperanza y el cuadro se destruye en su dolor.

Tu irritable mirada se ha perdido entre palabras descuidadas;
la rosa del huerto se ha secado,
la primavera graciosa ha muerto.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Soñar todo el día sin dormir

No pensaré en lo que estoy diciendo,
no pensaré si es que acaso estoy haciendo lo correcto.
¿Para qué gastar el tiempo en mirar ese presente pasado
en vez de dejarlo ser libre y correr?
No pensaré siquiera si me dirigo hacia la montaña o hacia el desierte,
no pensaré en que mi cuerpo me exige descansar.

No te diré las palabras que tengo en mente,
no te diré los pensamientos que se escapan cuando los pretendo escribir.
No intentes acercarte para que te responda:
es inútil, nada de esto tiene solución...
y tampoco quiero que la tenga.
Soy feliz de correr libre entre los versos que no controlo,
soy feliz de soñar todo el día sin dormir.

Y no duermo pensando en lo que te voy a decir,
soñaré todo el día algún día podré estar cerca de ti.
¿Es acaso un pecado desearte con locura?
¿Es caso un pecado no querer dejar esa pasión correr?
Puedo escribir mil palabras en tu nombre,
pero la historia sólo en tus ojos comienza a nacer.

Tú yo, musa celeste que no me deja dormir.
Tú y yo, palabras que vienen a mi mente sin regulación.
Tú y yo, sinceramente no pienso en cómo pueda acabar esto que digo.
Tú y yo, un abrazo apasionado entre las letras y el mundo verosímil que te soñé.
No es necesario pensar que el camino queda atrás,
las huellas en la nieve me sonríen a la espera de verme avanzar.

No es necesario que me hables:
sabes que puedo mirarte a lo ojos y saber lo que me vas a decir.
No te vayas de mi lado, no te alejes de mí,
¿que no ves que es a ti a quién canto hasta en mis sueños?
¿que no vez que de tu mano no me suelto?
Soy feliz de que me abraces entre valles oníricos por los cuales hemos de correr,
soy feliz de soñarte todo el día sin dormir.