sábado, 12 de mayo de 2007

Miedo

Cuando quiero cerrar los ojos
Para ver otros horizontes,
Veo una luz que me cega
Y no puedo ver nada.
Me niego a ver más allá
Por temor a lo que vendrá,
Por temor a lo mejor,
No puedo aceptarlo
Y me cuesta esconderme
De todos a mí alrededor,
Prefiero estar en soledad.
Sé que buenos tiempos vendrán
Y tal vez se aproximan,
Los espero
Pero temo qué harán,
Me he acostumbrado a mi monotonía
Y algo nuevo me ataca,
Sólo quiero huir
Para estar solo,
Quiero correr y gritar
Para que alguien escuche mi enloquecida voz,
Sueño con soñar con ese deseo
De desear un futuro mejor,
Que me alegre
Y m haga ver lo que no veo.
¿Será posible que mi alma pueda al fin ser feliz?
¿Cuánto tiempo he esperado y aún no ha ocurrido?
Todo es triste y me hundo en mí mismo,
Nada me anima
Y me siento morir.
Siento lágrimas que caen
Y no puedo evitar,
Nada he logrado
Y el mundo no gira conmigo,
¿Cuál es el fin?
Quiero salir de este infierno
De torturas y lamentos
En el que he caído,
Todos me ven
Pero nadie se da cuenta
Y nadie ve mi alma,
Estoy encerrado.
¡Quiero salir de aquí!


"Miedo"
Cristian Briceño González


Kinkan ®
http://fotolog.com/kinkan

jueves, 10 de mayo de 2007

Cuando el temor vuelve a golpear la puerta.

¿Por qué nuevamente tengo miedo? En algún momento pensé que sólo se trataba de una época pasada, de una temporada de mi vida en que solía encerrarme en mi habitación para hablar sólo conmigo mismo, para pedirle a mis pensamientos que me explicaran el porqué de las cosas, intentar buscar la ayuda en mí mismo, que a veces me hacía peor, porque me costaba ver una posible solución. ¿Qué hacer? Encerrarme, abrir cuadernos, escribir, escribir, escribir y escribir una vez más, llenar 20.000 cuadernos de garabatos de palabras escritas al azar, como escritura automática, llenarlos de mis sentimientos que nunca han sido aleatorios, siempre con un sentido, aparentemente, trascendental.

¿Por qué nuevamente tengo miedo? Recordando un personaje que me identificaba demasiado, llamado “El Temor”, de una obra, “La Quinta Parte”, que escribí el año pasado para la alianza. Un personaje que repetía una y otra vez: “tengo miedo, tengo miedo”, sólo tiene miedo de la realidad, piensa que todos allá afuera se ríen de él, que todas aquellas lanzas que llevan los guerreros, serán lanzadas en su contra. ¿Será así? Tal vez sí, estos últimos días me he sentido con el ánimo tan extraño, a veces alegre de todo, a veces triste, hasta que alguien me dice (y gracias por el consejo), que no puedes dejar que un sentimiento específico te afecta negativamente. Pues, es cierto, a ratos tenía ganas de llorar, por la distancia, y, a ratos, sonreía porque el corazón se aceleraba un tanto. Más y más dudas, temor, no saber qué hacer, si quedarme sentado o comenzar a correr. ¿Podrías venir tú a decirme cómo proceder? Si es que abres tu puerta para mí, quisiera que sí. A veces me siento solo sentado en una mesa, temiendo por algún movimiento en falso que me pueda hacer caer al suelo, y todos rían, todos se burlen de mí. ¿Paranoia? ¿Desconfianza? Intranquilidad, necesito ordenar un poco mi vida y mis pensamientos, mi camino, en el que quiero que estés.

Quiero correr, romper todo tipo de distancia, llegar a lo que quiero de una buena vez. No puedo pedir que las cosas sean fáciles, porque no tiene ninguna gracia. Cuanto más difícil, mejor es el premio, según lo que dicen. Yo conozco mi premio, pero no sé qué más puedo hacer, sé que está dando vueltas, que piensa, que vive, que tiene sentimientos al igual que yo, pero no sé lo que piensa, no sé si tal vez yo sea su premio. Más miedo, no saber cómo actuar, ¿puedes venir a decirme un sí, decirme que todo está bien, que todo será genial y grandioso, que durará una eternidad y la vida será feliz como en los cuentos de hadas? Tal vez, si me acercara a preguntártelo, muchas cosas cambiarían, un paso que puede marcar una vida.

Con un lápiz correré a tus sueños para dibujar las palabras que quiero que comprendas, con mis manos acariciaré tus silencios para podernos comunicar, correré a ti cuando te vea, cuando me veas. ¿Puede ser así? De momento, sólo creando una historia dentro de las miles que puedo, potencialmente, crear, una historia que quisiera hacer realidad. Tal vez no he podido madurar en el vincit qui se vincit, desprenderme del miedo, de aquel parte de mí que puse proyecté en aquel personaje que se desenvolvió en el proscenio mientras mis ojos soltaban las lágrimas viendo la obra en total. Sí, se puede, tal vez falta un poco más. ¿Vendrías a ayudarme? ¿Quieres salvarme?


Saludos!


Kinkan ®