martes, 30 de diciembre de 2008

Adiós 2008, aunque me cueste creerlo.

Qué difícil me parece en estos momentos darme cuenta de lo rápido -y lento a la vez- que se ha pasado este extraño año, cuya numeración corresponde a 2 - 0 - 0 - 8. Me cuesta creer que haya vivido tantas cosas en un año muy agresivo, extraño, "sufrido", alegre y extravagante.

Por más que diga que fue un año de mierda, no puedo decir que lo fue del todo. Si bien cometí errores graves que iban contra mis propias palabras, haciéndome pecar de incoherencia, creo que siempre se puede rescatar lo bueno.

En lo académico no me quejo, pero sí siento que aún tengo una gran deuda conmigo mismo respecto a lo emocional. ¿Ya habrá tiempo para ello, llegará su momento? Algunos me dicen que me siente a esperar, pero ya me doy cuenta de que es momento de dejar que las cosas pasen, de vivir y ser feliz; en el camino las sorpresas alegres abundan, sólo hay que saber aprovecharlas.

Este año conocí grandes personas, grandes amigos y también me di cuenta de otros que no lo eran tanto: la naturaleza vuelve al equilibrio y todo recupera su orden y armonía en el universo. Sí es que estoy en lo correcto, creo que también estoy descubriendo cosas que no sabía que podía hacer.

Finalmente y que tal vez se convierta en el suceso más extraño -para muchos una enorme sorpresa, algo que no se esperaban y que era casi virtualmente imposible-, es un suceso de anhelada (pero no reconocida) reconciliación. Sí, creo que lentamente comienzan a cerrarse heridas del pasado para dar paso a un nuevo ciclo, mucho más alegre: eso es lo bueno de las caídas, que uno aprende a levantarse.

Un año que tuvo de todo. Un año que no pasará en vano, pero que si deja gusto a poco, que hubiese sido mejor. Pero me quedo con lo bueno, con lo que me hizo crecer y me alienta a continuar en esa misma línea el 2009, que según el horóscopo me sonríe.

Adiós 2008, aunque me cueste creerlo: se cierra una página con un punto final, pero que sabe que volverá a ser releída.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Cambio y fuera

Teenager-end
Tweenty-start.

Se va todo de pronto, nadie lo entiendo. ¿Acaso yo?

------Silencio------

Teen... twenty... what do I know?

...................................

Se acaba un año, comienza otro con la manecilla del reloj que ya avanzó. ¿Cuál es el pasado, cuál es el presente y cuál el futuro? La línea que los divide es efímera; a cada instante se vuelve a mover dejándonos con la duda de qué es lo que sucedaré otra vez.

Y no lo sé.

Tampoco Elvira me quiere decir la respuesta, aunque sé que ella ya lo sabe.


Una nueva forma de ver el mundo, una nueva forma de conocer.
¿Una nueva forma de saber? La sustancia y la forma alteradas en un sentido desconocido

(Sólo dejo que mi alma fluya tal y cuál es,
que diga lo que quiera,
lo que piensa y lo que siente)



SÓLO SÉ QUE NADA SÉ.
¿Qué es lo que sabes tú?


------------------Stop, cambio---------------

Todo fluye, ¿fluye todo?
Cuál es el sentido del sin-sentido... ¿estar perdidamente entretenido?
en un juego de palabras perdido.


No sé cuándo sea el momento en que hablaré otra vez.
TODO A SU TIEMPO, todo a su tiempo.

Teenager-end.
Twenty-start.



CAMBIO Y FUERA.-

domingo, 14 de diciembre de 2008

Some words to try to make you fall in love.

Yesterday is a Beatles song,
yesterday night is when I started to think about you without fears.

Fears?
Of course I've got fears... too many.
I'm afraid to stay only in a fantastic dream. What's a dream?
You're a dream.

You're just like a dream like The Cure song sings.

I look outside the window and I wonder how to make you love me?
How to make you live the same dreams?
How to make you feel the same feelings?
How to make you look at me?

My head's just an atomic bomb close to destroy the world.
Do you know how to dismantle an atomic bomb? Ask U2 if you want to get some guidance.

Do you want to come here to watch my dreams?
Do you want to know what's my best dream?

Bécquer said that you're the poetry,
but I say that you're my best dream.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Realidad

Son los susurros de tus palabras los que no se me olvidan al dormir y me hacen tener tan dulces sueños en los cuales me acompañas a caminar por el mundo, en los cuales eres lo que me falta y me guías a esos paisajes oníricos que tantas veces te he escrito: me haces sentir que lo que escribo tiene atisbos de realidad.

Me haces sentir vivo cuando estoy muerto, me haces querer la muerte cuando no te tengo, me haces escribir sin pensar y me curas de mis heridas en el momento preciso. Pero no sé lo que tú piensas en realidad.

Eres música para mis oídos, una gran película ante mis ojos, un cuadro perfecto y sonoro, una metáfora nueva y perfecta, tan deliciosa como el sonido de tu nombre. ¿Quién eres en realidad?

A veces sé que pasa a mi lado tu sombra, a veces sé que lo sueños se pueden cumplir. Pero a veces no se si eres quien creo en realidad, ¿eres real?

Tal vez sólo otro de mis sueños, otro de mis versos, otro de mis llantos.
Tal vez eres otra de mis ilusiones, otra de mis ensoñaciones, otro de mis mejores deseos, otra de las veces en que mi mirada no quiere dejar de seguir la tuya.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El pasado que vuelve a tocar mi puerta

Es el pasado que vuelve a tocar mi puerta, desde una manera silenciosa y un poco temerosa, mirándome de reojo con intenciones de decir algo más, pero atento a las palabras y miradas adversarias que yo pueda darle, atento a cómo someterse ante mi régimen dictatorial entregado por el poder que la razón me ha dado en el tiempo. Razón, ¿qué razón? Si el pasado que vuelve me quiere decir que todo error siempre ha tenido una solución que no cuesta tanto, sólo un poco de tiempo, sólo un poco de tu parte, sólo un poco de mi parte, sólo un poco de tiempo para escuchar eso tan importante que sé que puedo oír: tal vez sea lo que quiero escuchar, tal vez no, pero creo que ya es el momento de limpiar la mancha de aquella página que escribí sin darme cuenta y que ahora no quiero arrancar. Creo que es parte del libro de mi vida y ahí está para quedarse, ahí está para demostrarme que he crecido, ahí está para demostrarme que en algún momento fue una sonrisa... ¿puede volver a serlo?


Quiero creer que sí; estoy dispuesto a trabajar porque así sea. El pasado golpea a mi puerta y, ¿debo hacer oídos sordos? Una vez más peco de incoherencia, pero siento que es lo mejor. Será un respiro, será un alivio, tal vez una lágrima, un abrazo, una palabra, una sonrisa... seguramente volverá a ser una sonrisa y una página muy bien escrita, releída y subrayada; una lección de vida que perdura.

Sí, eso es lo que quiero.