domingo, 30 de septiembre de 2012

Joven y alocada


Hace unos días, a propósito del Festival de Cine Chileno de la Provincia de Marga Marga, fui a ver la película chilena que hacía poco prometía causar bastante polémica debido a su publicidad y aparente irreverencia. "Joven y alocada", efectivamente, es la historia de una adolescente bastante alocada, encendida y, por qué no decirlo en buen chileno, caliente en el más puro y completo sentido de la palabra: quizás insaciable al punto de "ir a todas". Y cuando decimos "ir a todos", se nos viene a la cabeza el concepto de "le sirven todas las micros" y uno nuevo que me llamó mucho la atención: "le gustan las empanadas de pino y de queso". Y ya veremos de qué se trata este tipo de gustos culinarios.

La historia comienza cuando Daniela se despierta en una fiesta adolescente, recostada sobre un muchacho semidesnudo que duerme: al parecer, la fiesta ha sido demasiado intensa que todos han acabado durmiendo unos con otros. No se explica nada más, pero es claro que se ha tratado de un carrete desenfrenado de esos que dejan recuerdos de todo tipo... o quizas, amnesia completa. Cuando acaba de despertarse y ver que su madre la ha llamado una y otra vez, Daniela da cuenta, por primera vez, de su insaciable apetito sexual, del "choriflais en llamas", introduciendo su mano en su entrepiernas. El contraste se produce cuando la joven acude a una celebración evangélica en la cual todos cantan y bailan, como típica imagen de fanatismo religioso. Es expulsada del colegio porque alguien le avisa a la directora que ella ya no era vírgen (qué pecado perder la virginidad antes del matrimonio, ¿verdad?) y que no representaba los ideales del colegio, que era una vergüenza para Dios y para sus padres y blah blah blah. Lo típico. Su madre la quiere enviar a Ecuador, pero su tía intercede por ella. Su principal apoyo es el personaje denominado como tía, mientras su madre parece ser el enemigo máximo.

Se salva del viaje a Ecuador, pero acaba trabajando en un canal evangélico junto con Antonia y Tomás, jóvenes igual que ella que se convierten en sus amigos. Luego de un tiempo, comienza una relación de pololeo con Tomás, nombre de apóstol que le llama la atención, y no tardará en aburrirse de que aquel novio mantenga la convicción de la virginidad hasta el matrimonio. Así es como comienza a gustarle Antonia, lo que acaba en una consumación sexual. Luego continuará con Tomás a quien finalmente convence. Y así, comienza a entablar una relación con dos personas a la misma vez, desarrollando su gusto por "la empanada de pino y la de queso". Todas estas historias quedan registradas en su blog jovenyalocada, suponiendo que nadie de sus cercanos se enteraría, hasta que todo colapsa cuando Tomás se entera de la verdad, al igual que su madre: excomunión de la familia. Un dramón.

Si bien, la película tiene partes entretenidas que te hacen creer que estás frente a una comedia, poco tiempo pasa para que te des cuenta que la historia misma no sabe bien hacia dónde va. Es un tanto difícil entender si lo que la directora quiere hacer es una comedia, un drama, una película de acción o quién sabe qué diablos: es como si hubiésemos tomado una cerveza, un satélite, un Biblia, una micro del Transantiago, un celular, un ticket del Metro de Madrid, una zapatilla, un pelota de fútbol... etc, para hacer un guión. No se sabe bien cuál es el propósito de la película y eso que tenía varias líneas en torno a las cuales poder polemizar: el excesivo fanatismo religioso, el desenfreno de la juventud, el amor homosexual en un ambiente acomodado, etc. 

Dentro de los aspectos destacables, a mi gusto, es la banda sonora con artistas chilenos emergentes e independientes, alejados de lo meramente comercial. De igual forma, las reflexiones de la protagonista resultaban interesantes en cuanto al cuestionamiento a ideales religiosos tan extremos y cerrados. 

En definitiva, una película cuyo guión pudo haber sido trabajado de manera más profunda, porque abarcar demasiado no siempre resulta.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Otro viernes: agotado.

Al fin termina la semana. ¡Al fin! Definitivamente, no fue una de mis mejores semanas en cuanto a ánimo, lo que es perfectamente atribuible a que se trató del regreso a la normalidad luego de tres semanas bastante irregulares. Y, digámoslo también, no estoy para nada conforme con el sistema educativo "colegio" porque lo encuentro demasiado estupidizante y denigrante, sobre todo porque nadie valora lo que has estudiado: ¿acaso estudiamos cinco años para que mis conocimientos se reduzcan a luchar con alumnos para que capten tu atención? ¡A la mierda! Si quieren escuchar bien, si no, bien también. El problema es que luego llega el apoderado a defenderlos, ¿cómo es posible que fomenten su irresponsabilidad? Hace poco me enteraba que los "pobres alumnos" no habían podido leer un libro que está hasta en internet: claro, tienen tiempo para meterse a facebook, youtube (incluso durante las mismas clases), pero no tienen tiempo para descargar y leer un libro. Definitivamente, uno de los grandes problemas de la educación actual es el apoderado.

Cada día me convenzo de que no me gusta el sistema y no tiene nada que ver con este establecimiento: todos siguen una dinámica más o menos similar. De hecho, el establecimiento actual me agrada por el hecho de estar rodeado de naturaleza y eso me relaja, a diferencia de otros colegios que están encerrados entre puro cemento que solo logra ahogarte... esa sensación de cárcel que quizás uno pudo haber tenido también cuando era estudiante. No sé, durante varios días quise tomar mis cosas, saltar por la ventana y escaparme del colegio corriendo... lejos, escuchando los gritos de los directivos rogando que no me fuese. Pero, claro, a ellos les importa un reverendo: mientras mantengan su misma mediocridad en cuanto a su gestión, difícil es que se logre algo. Fue así como escuchaba un consejo en que sé que no llegaremos a nada al fin y al cabo y que el próximo año sucederá lo mismo. 

Y en ese sentido, creo que el problema soy yo. No le echo tanto la culpa al sistema porque sé que es así y que con el paso de los años parece venirse peor. Lo único que quiero es poder volver a recuperar la energía que esta semana he perdido: quiero volver a soñar con un mundo mejor y que, claramente, este no es mi futuro laboral. Que habrán cosas muchos mejores, quizás incluso alejadas totalmente de la carrera profesional. Quiero volver al arte, quiero escapar cuanto antes de aquí. 

Y ya comenzará otra semana... veamos qué nos trae. Haré el intento de empezar con una mejor disposición, quizás eso ayude. Aunque,de todas maneras, ya he comenzado a contar los días que faltan para que los alumnos se vayan de vacaciones: ¡ansío ese dichoso día!

miércoles, 26 de septiembre de 2012

No te dejes vencer

Renaceremos de las cenizas, como el ave fénix
aunque arda el cielo y las nubes se caigan,
aunque el viento sople en contra
y nos invada la confusión.
La mirada en alto, hermosa, valiente, precisa,
aunque el avión tenga turbulencias
y las aves se adhieran a las hélices,
aunque el viento sople en contra,
sigue adelante, que llegarás lejos.

No te dejes vencer,
eres grande, fuerte, valiosa,
con tus temores y virtudes,
con tus sueños y pesadillas,
con tus locuras y corduras.

Lánzate al vuelo, deja todo atrás,
abre los ojos y ve que el camino es enorme:
estamos en la mitad del camino
y aún queda mucho por caminar.

Puedes soñar, puedes volar,
puedes llegar tan lejos como quieras.

Puedes ser lo que quieras,
puedes ver que los sueños tienen una base real.

Eres pequeña en un mundo turbulento e inmenso,
pero lo suficientemente fuerte como para soportarlo.
La vida te pone pruebas que podrás cumplir,
allá vamos, allá vamos, allá llegaremos:
tan lejos como nuestros sueños quieran.

Que la oscuridad de la envidia no te confunda,
que la virtud de tu alma te cubra.

Que la calidez y fuerza de mi abrazo te cobije:
estás en casa, ya no hay nada más que temer. 

lunes, 24 de septiembre de 2012

Regreso post dieciocho

Regresar a la vida normal luego de una semana de casi 80% de desconexión parece un poco complicado, sobre todo considerando que es volver a ver lo mismo: alumnos sin ánimo de escucharte porque simplemente no les interesa nada, ni siquiera sacar una carrera para mantener a sus hijos (muchas alumnas y alumnos ya tienen hijos y ni siquiera eso les hace querer superarse); volver a escuchar los reclamos de profesores contra directivos y el típico "es que me quieren cagar"; enterarte de que existen apoderados que defienden a muerte a sus niñitos y de que el único malo de la película es uno... etc. Como los chistes de Coco Legrand en que solo quieres "que te abracen" y no hacer nada más, quedarse acostadito durmiendo -porque en la mañana todavía hace frío, de manera inexplicable, y luego te mueres de calor en la tarde- para luego ver que el cielo es cada día más brillante... ¡qué sé yo! Hace rato que me vengo dando cuenta de que me estoy alejando del camino que había trazado en un principio y eso me duele un poco: ¿dónde quedó aquel muchacho soñador que escribía todos los santos días, hasta el amanecer, para dejar plasmado su mundo en un papel? Claro, seguramente se perdió luego de las pésimas clases de literatura dictadas por la PUCV y, también, porque la vida es más acelerada de lo que uno piensa. 

En fin... las dos primeras horas típicas de día lunes en que cumplo horario y no hago nada: lo agradezco, en realidad, porque sería terrible ingresar directamente a encontrarme con caras de culo. Sí, al final me estoy haciendo la idea de que es muy fácil ganarse el odio de los alumnos y de que te reclamen de que eres fome, pero cuando sabes que nadie te va a escuchar si ocupas otra metodología entonces decides que te importa una mierda si se aburren o si miran cómo se aparean las moscas en el aire: mi pega es hacer la clase para el que quiera escuchar... y que escriban la diapositiva que seguramente luego podrían encontrar en internet (después de todo, me sorprendieron gratamente al ver que son capaces de entender que puedo haber buscado el material en internet y que ellos podrían hacer lo mismo). Me importa un pito (como diría Oliverio Girondo) si quieren escuchar o no, porque si no pescan la clase, el rojo que tendrán no se los va a quitar nadie. Como el caso hoy de una alumna que, para peor, cree que uno es tonto: no hacen nada durante todo la hora y al final lo copia. Se llevó un lindo 1.0 de regalo para la casa, sin concursos ni sorteos y ahorrándome la pega de revisar una prueba. Otro caso es el de una chica que dijo que sus compañeras la "ayudaron", claramente, no es lo mismo "ayudar" que "copiar textualmente" una respuesta: ¿qué tienen en la cabeza estos niños? ¿O es que acaso Los Wachiturros, Yingo y la marihuana están asesinando nuestro progreso como sociedad? Si buscamos advertencias de que se acaba el mundo, creo que ya las estamos encontrando.

Es inevitable entender que la profesión docente conlleva el hecho de que no te pongan atención y de que muchas veces crean que lo que haces a diario es nada. ¿Acaso a alguien le causa alguna duda de que muy pocas personas quieran quedarse haciendo clases en un colegio? Es que el sistema, en sí mismo, es estúpido y estupidizante: estudiar 5 años para acabar diciéndole a un alumno que "por favor" te escuche... es como para decir que mi título no vale nada. Que todo lo que sé quedó en un baúl y lo único que hago es domar bestias, como dijo alguna profesora del colegio en el cual hice mi práctica final. Hoy es uno de esos días en que me doy cuenta que he crecido en algo: ya no me importa en lo más mínimo si aprenden o no, si pongo 30 rojos o si pongo 1. Me dieron infinitas ganas de decirles que sacaran una hoja y que los evaluaba en ese mismo momento, de tan chato que me tenían, pero no, porque es trabajo extra. Finalmente, solo me dedico a jugar a ser profesor y ni siquiera me creo el cuento, salvo cuando me llega el pago a fin de mes, que me resulta completamente sorprendente. Así es la vida, lo bueno es que ya entramos en la recta final y, al igual que como lo hiciera cuando era alumno, ya comienzo a contar los días que faltan.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Explosions in the sky (fly away)

I want to see the sky when it's dark,
I want to feel the midnight in your eyes.
I want to fly away by your side,
I want to take a rest on your soul.

All it's full of peace,
the life's full of green,
heavenly coloured smiles,
stars are crushing outside.

Just look outside, fly away,
feel the sunrise, fly away,
feel the breathing,fly away,
there's nothing else to loose.

Take me to your eyes,
take me to the stories we've created everytime,
we're so far away from here, far away,
fly away, fly away with me.


When the world's ending,
I want to stay by your side.
When there's explosions in the sky
I will be kissing you, once again.


 

sábado, 22 de septiembre de 2012

Lugares para pensar

Caminando, de repente, te das cuenta que cualquier lugar es bueno para sentarse a pensar. Incluso, la vida misma se encarga de entregarte la comodidad.


Fotografía: Avenida España,  Recreo, Viña del Mar (8 de agosto de 2012).

viernes, 21 de septiembre de 2012

Encuentros casuales

Cuando la vio frente a la mesa, no pudo contener su admiración ante aquella mirada conquistadora y sensual con la cual ella bebía su trago. Quiso acercarse a la mesa donde ella estaba sentada, pero tuvo miedo; por un instante, la violencia de un recuerdo lo hizo caer de golpe sobre el respaldo de su propia silla. Bebió el vaso hasta el final y el ron pareció ser un poco más fuerte de lo que acostumbraba: seguramente sería la estrategia empleada por aquel cabaret para que los hombres acabaran llevándose a las mujeres lo antes posible. Así era el negocio: optimización de recursos y, obviamente, el tiempo es siempre uno de los más preciados.

El golpe lo estremeció. La mujer cantaba enloquecida sobre la tarima, mientras las luces recorrían el público. La música hacía bailar a los jóvenes que ya habían conquistado a alguna dama que, próximamente, acabarían desnudas sobre una cama, a pocos metros de aquel escenario. Esa no sería su noche, estaba seguro. Pero ella se acercó hasta el asiento e introdujo, sorpresivamente, sus delicadas manos a través de su espalda. Sus miradas se entrecruzaron de improviso: ya sabía que ese encuentro no sería casual.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Recuerdo

Enciendo una vela en el silencio de una noche de septiembre, fría y confusa, con Slow Show de cortina musical que me trae el recuerdo de una situación en la cual nunca habría escuchado una canción como esta, es más, siquiera sabía de la existencia de dicho grupo musical. Qué sé yo, qué sé yo. Quisiera saber muchas más cosas de las que sé en este momento para saber cómo actuar, hacia dónde ir, tener la mirada ágil y precisa para saber hacia dónde lanzar la flecha tras la cual echar a correr a toda velocidad. ¿Hacia dónde voy? No lo sé, no lo sé: la vida misma es un viaje que nos lleva a recorrer diferentes paisajes concretos y místicos, diferentes episodios de la vida que luego se unen para proyectar esa línea de tiempo persistente e iluminada que recorre el camino.

Me acuerdo de tiempos que quedaron atrás, hace varios meses, años, décadas. Recuerdo que en algún momento fui adolescente y vi el mundo con temor. Recuerdo que fui niño y vi el mundo con sorpresa. Recuerdo que fui bebé y vi el mundo con confusión al no entender todas las cosas que habían en él. Recuerdo que ayer vi el cielo, el atardecer y hoy veo el cielo, el sol, otro atardecer. Recuerdo que la vida sigue y trae sorpresas. Recuerdo que tengo sueño y que, finalmente, no quiero pensar.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Ascensores

Ascensores que suben y bajan, edificios que se mueven, paredes que parecen ser más resistentes que lo que aparentan. Y me sumerjo en aquellos sueños, fantasías surrealistas en que no entiendo lo que sucede: voy de un lado para otro, camino por nuevas rutas en busca de ese destino que creo conocer, pero que a veces se hace confuso. Veo la niebla una y otra vez y he aprendido a adorar el enigma, el misterio, la oscuridad de no saber hacia dónde vamos, porque la vida misma es un interminable torbellino. 

Y el ascensor a veces sube, a veces baja. El tren siempre parte en alguna dirección que, muchas veces, desconozco. El cielo, al fin y al cabo, siempre acaba despejando para revelar el celeste profundo sobre el cual floto. La vida sigue siendo una sorpresa.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Noches iluminadas

Noches del silencio, del canto de los ángeles.
Noches en que escuchamos los ruidos de la tierra
y, de pronto, comienza el movimiento a nuestros pies.
Noches en que el sereno corroe los cristales
y, sonriendo, dibujamos paisajes en la ventana:
allá vamos a París, allá vamos a Roma,
a perdernos en las calles de Londres,
a dormirnos en los colores de Valparaíso.

Noches en que pensamos el uno en el otro
cuando nos damos un abrazo antes de dormir,
un beso de buenas noches y una sonrisa,
una caricia sorpresiva y el latido acelerado:
cuando aumenta el pulso al sabernos el uno al lado del otro.
Noches en que las estrellas iluminan el camino de regreso a casa,
cuando el silencio se pone de nuestro lado
y las luces del universo protegen nuestras pisadas:
vamos por buen camino,
avanzamos hacia un destino.

Noches iluminadas en que las tinieblas desaparecen
y la oscuridad confusa se convierte en certeza
de que los caminos no son inciertos.
Noches iluminadas en que vamos de la mano
hacia algún lugar, no importa cuál,
con la única finalidad de sentarnos a observar el cielo,
de encontrar las estrellas,
de encontrar el universo,
de encontrar...nos, una vez más. 

Fotografía: Observatorio Mamalluca, Vicuña, Valle de Elqui, Región de Coquimbo.

Colapso stand-by: descargos necesarios

Es extraña la sensación de colapso en que, finalmente, acabas en stand-by, haciendo nada: mirando el cielo y sin la más mínima expresión. Incluso, parece que ni siquiera te molesta: como que te importa poco porque las expectativas que tienes ya están demasiado bajas como para poder causarte alguna minúscula preocupación. Ya pronto cumplo un mes de corrido trabajando en este mismo lugar y creo que me he ido adaptando de a poco a la realidad: los alumnos, aunque les hagas fuegos artificiales en clases, no tiene interés en aprender. No sé, se sienten demasiado encerrados en una burbuja y piensan que venir al colegio es una pérdida de tiempo, que es mucho mejor salir de carrete, drogarse, tener sexo y hasta embarazarse. Prueba de ello es que me sorprendió, un poco negativamente, ver que había demasiadas niñas con bebés en la actividad del día sábado. Y es lamentable, porque tu labor como docente es enseñar, pero llega un momento en que ya deja de importarte porque sabes que no quieren, entonces, ¿qué más puedes hacer? Admiro la paciencia de los profesores normalistas que, de alguna forma, te hacían captar la atención, pero la formación actual no da para tanto. 

Hoy fue uno de esos días en que me desilusiono de algunos cursos. Fue tanta la mala disposición que interrumpí la clase a la mitad, dos veces. La primera fue la advertencia de que no iba a continuar revisando contenidos si continuaban en esa actitud e incluso me detuvo por 3 minutos, regresé por el compromiso de continuar si mantenían la calma. Lo más lamentable fue que una de las chicas que había pedido que continuara la clase, continuara con el desorden: detuve la clase y no revisé un solo contenido más. Que se saquen todos un 1 en la prueba, qué se yo, que estudien por su cuenta, pero yo no me pienso desgastar peleando con gente que no va a llegar a ningún lado. Y no hubo tercera oportunidad, porque no hice caso de las peticiones: lo paradójico es que, finalmente, se quedaron tranquilos, quizás esperando que yo continuara la clase o no sé. No continué y mañana seguiré mis contenidos, sin importarme si toman atención o no: ya se percataron de que no me dio ni un asco poner varios promedios rojos, aunque ni la nota les importa. Quizás sea por el hecho de que es septiembre: la semana anterior fue de aniversario del establecimiento, la siguiente es fiestas patrias... qué se yo, siempre tienen excusa para no poner atención.

Y sucede que es esta la gente que luego andará reclamando por educación de calidad, cuando no han sido capaces de aprovechar lo que ya tienen. Gente que reprueba todo (que lleva varios años en una carrera) liderando causas que si bien son justas, acaban perdiendo su sentido porque solo se convierten en la excusa para continuar aletargando. ¿Dónde está el aprendizaje, la educación que buscan, si no son capaces de valorar y aprovechar lo que tienen? Todo es un círculo vicioso: los alumnos no quieren aprender y los profesores se aburren de rogar por impartir aprendizaje. ¿Que acaso estudié 5 años para acabar diciéndole a un alumno "oye, escribe, saca tu cuaderno, siéntate bien"? Definitivamente... no. 

Luego de este descargo necesario, creo que he quedado en un estado de que no me importa nada: que pase el mes, que sigan las clases (aunque nadie ponga atención), poner puros rojos (si es necesario), que me llegue mi sueldo a fin de mes y continuar la vida en busca de un futuro mejor. Lo importante es desgastarse lo menos posible, total, ni eso parece interesarles. Evitar involucrarse y continuar, pues, finalmente, se acabará el año y solo Dios sabe qué sucederá con sus vidas. Espero que algo positivo y que algo hayan aprendido para poder hacer de este mundo un mejor lugar para todos. 

martes, 11 de septiembre de 2012

Somos luz

Sale el sol desde la ladera y se esconde en el mar, o detrás del cerro. Porque todo lo absoluta pierde credibilidad cuando te das cuenta de que, en algún lugar, todo puede ser perfectamente al revés: entonces verás el sol que sale desde el mar como una sirena lanzándose sobre el horizonte, para luego continuar la trayectoria y esconderse detrás de una montaña cubierta de hielo bajo el cual se esconden nuevas historias. Pero más allá, mucho más lejos, las luces que causan destellos dejan ecos en el tiempo: huellas marcadas a fuego sobre una superficie estelar que muta, luces que viajan por años y años hasta llegar a nuestras miradas: ya la naturaleza sabe inundaranos de la fantasía de una historia que ocurrió hace tantos millones de años, de un cielo latente que ocurrió hace tantos años. Y en ese sentido, que no nos parezca extraño que nos interese tanto el pasado para entender cómo nos constituimos hoy en el presente: caos y construcción en un gran sistema que se expande, galaxias que se extienden, planetas que renacen y llenan de color, que nos llenan de vida.

Y así vamos hacia la estrella inicial, vamos hacia el origen y continuamos avanzando hacia la eternidad. Porque somos energía, somos luz, somos vida: somos una muestra más de que la naturaleza no se equivoca y de las coincidencias no existen. Somos las estrellas que merodean alrededor de un núcleo y, posiblemente, seremos el eco de una gran historia global que nuestros descendientes querrán entender. Somos el mundo que está sembrando el futuro, entonces ¿qué es lo que vamos a proyectar?

Fotografías: Vista de Coquimbo desde La Serena, Región de Coquimbo.

lunes, 10 de septiembre de 2012

En busca de nuestros sueños

Cuando alzamos la mirada, el mundo se detiene en el instante preciso en que los latidos del corazón se aceleran tanto que estamos próximos a presenciar una explosión. Solo entonces nos evitamos ver el cuerpo convulsionando en el suelo, con el pecho abierto y la sangre a chorros que tiñe de colores las hojas del otoño que ya comenzaron a caer en aquel extraño invierno que comienza en diciembre. Invierno en enero y el frío estremecedor que me congela los huesos... en enero. Nieve cayendo sobre mi cabeza, en marzo... veranos inagotables, en junio. Porque todo el mundo es al revés y a veces me cuesta entenderlo. Cuando cerramos los ojos vemos que los pasos se pierden en la hierba: caminamos, caminamos en busca de nuestro destino. En busca de nuestros sueños.

¿Qué hay cuando te das cuenta de que muchos ya se han cumplido? Seguir buscando nuevos sueños, nunca agotarse de vivir.

Fotografía: Febrero de 2010, Albacete, Castilla-La Mancha, España.

El pasto verde del túnel

And when I'm swimming in
through a tunnel....
I shut my eyes.
 
(Green Grass of tunnel - Múm)

La ciudad se duerme cuando la noche se avecina y las luces de los astros dibujan palabras en un cielo estrellado, congelado, cubierto de las nubes que pronto se convertirán en precipitación. Y ahí yazgo sentado sobre el pasto, mirando las brujas que sobrevuelan Valdivia, justo antes de que la enorme luna llena se pose sobre el horizonte oculto de algún puente por el cual tantas veces crucé corriendo, soñando con lanzarme a nadar por el río para poder llegar hasta el mar. Pero las aguas tranquilas son siempre inciertas, los peces que llegaron hasta la orilla navegaban desorientados en busca de la infinidad que, entre árboles frondosos, se convertían en el paraíso añorado. Allí, sonriente, me recostaba a mirar el cielo celeste como puerta de entrada a los misterios más profundos que se extendían sobre el universo: era un punto pequeño en medio de una vorágine inequívoca, pero incierta; inalcanzable, pero finita; abstracta, pero concreta.

Mis manos recorrieron aquella verdad que se confundía con las pisadas de tantas transeúntes que se recostaron a dormir bajo las ojas de tantos colores que caían una a una, formando un colchón. Allí me dormí: allí cerré los ojos y eché a volar.

Fotografía: Jardín Botánico Universidad Austral de Chile, Isla Teja, Valdivia, Región de los Ríos.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Me duermo


 Me duermo abrazado a tu silueta inocente,
a tu mirada inquieta
y a tu piel suave.
Me duermo sonriendo de saber que estás a mi lado
y de que los abrazos a distancia
son tan fuertes como los presenciales.

Me duermo para soñar contigo
y que tu voz me acurruca mientras viajo por el mundo,
cuando nos tomamos de la mano
y cruzamos el océano:
volando, nadando, corriendo, caminando,
no importa.
Cruzamos el mundo en un parpadeo
y volvemos al mismo lugar, sonriendo.

Y al despertar, sé que estarás en tu cama,
también sonriendo.
Sé que sonreirás de saber que yo también estoy sonriendo.
Sabes que sonreiré al saber que también estás sonriendo.
Sabes que luego hablaremos,
nos besaremos y abrazaremos
y sabremos que nos amamos hasta en los sueños.

Fotografía: Vicuña, Valle de Elqui, Región de Coquimbo, Chile.

Alineación

Cerrar los ojos de pronto, dejar que la energía comience a fluir. Permitir que los espíritus hablen: vislumbrar esas imágenes que provienen desde algún lugar, amaneceres, atardeceres, mar, cielo, nubes, música, astros, giros y viajes. ¿Qué es lo que sigue, qué es lo que vendrá? Luces, caminos iluminados, sensaciones únicas que antes nunca pensaste que existían: experimentarás la locura momentánea y no entenderás nada, pero luego saldrás sonriente y alegre de saber que todo sigue. Que a veces todo da vueltas, pero que ya pronto volverá a su lugar. Hierba de limón o viajes al cielo, viajes al universo en busca de la estrella con la cual se conecta tu alma, alineación y silencio. Alineación y sonrisa. Alineación y palabras nuevas. Alineación, explosión e inicio de un nuevo vuelo. 

Alineación: el mundo se ve en alta definición. ¿Nunca antes te habías dado cuenta de que, efectivamente, podíamos volar?

Fotografía: Desembocadura Río Limarí, Pichidangui, Los Vilos, Región de Coquimbo, Chile.


sábado, 8 de septiembre de 2012

El regreso a casa.

Bésame en la piel,
bésame aunque viva a través del papel.
Bésame en las palabras y en el ensueño,
dame la mano y llévame a volar a las nubes.
Somos un tragaluz que ilumina la confusión,
somos dos almas que se convierten en una.
Somos un abrazo, un refugio...
el regreso a casa.

Adverbios de tiempo en modalidad exclamativa

Fotografía: Cerro Playa Ancha, Valparaíso.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Otro viernes

Llega el fin de semana y creo que estoy absoluta y completamente conforme con esta semana en la cual tan solo llevé a cabo 2 clases. Exacto: ni más ni menos, tan solo 2. Todo gracias a esas adorables actividades de aniversarios y demases que tienen a los alumnos con las neuronas enfocadas en la distensión absoluta y que, por lo tanto, te impide traerlos de regreso al mundo real para intentar hacer clase. En definitiva, es cosa de saber toma la decisión correcta: "chicos, no se preocupen, trabajen en lo de la alianza para que les vaya bien". Y es inevitable acordarme de mi práctica cuando aquél personaje, al momento de la evaluación, me reclamó de que "no había estado involucrado" con los alumnos durante su semana de alianzas y demases; finalmente tomé su consejo y les di el tiempo de mi clase para trabajar... ¿o no era a eso a lo que apuntaba? Qué sé yo, la cosa es que ha sido una semana de profundo letargo en que me he pasado la mitad del día haciendo nada, aburriéndome en gran parte porque no me invitaron a ninguna alianza y solo me quedó observar lo que sucedía, reírme de vez en cuando y escaparme más de alguna vez a la sala de profesores para gestionar algún tipo de trámite personal.

Y así se cumple la cuarta semana de trabajo, se acerca la quinta que también promete ser disfuncional: alrededor de 40 alumnos de media estarán fuera por giras de estudio y eso implica que habrá menos estudiantes por sala, lo que creo que es bueno. Además, se avecina un cambio de horario momentáneo producto de esta situación y dos cursos que pasarán a ser uno: tiembla, mundo, que ya me pongo tiritón de pensar que en una sala tendré que soportar a 38 alumnos, en circunstancias que la costumbre me da para tan solo 25. Pero así es la vida y se acerca una recompensa bastante grata: semana de fiestas patrias, comida, carrete y algún terremoto, quizás.

Después de todo, septiembre me trae tan solo 1 semana 'normal'. Luego ya se viene fin de año y es todo un tema...

jueves, 6 de septiembre de 2012

Viaje a una estrella

En la oscuridad del silencio comienzan a dibujarse las siluetas vibrantes de los cerros que se elevan, que se forman, desde los cuales comienzan a surgir los ríos que llevan los mensajes en dirección hacia la urbe. Desde la cima congelada y cubierta de nieve donde los astros aterrizan, nacen las historias que vagan confusas por sobre las nubes, se entremezclan con los halos de luz que cada noche descienden sobre la tierra y que solo pueden ser captadas por las miradas inocentes de transeúntes nocturnos que se duermen a la deriva del cerro, en busca del secreto. ¿Cuál secreto? El tesoro mismo de la existencia y de las voces de las almas que desfilan desde el cerro, que se pintan de colores, que saltan y bailan a través de los arcos iluminados que avanzan sobre nuestras cabezas.

Y la noche no se acaba, la noche es eterna. La noche se llena de estrellas que pintan el cielo con miradas provenientes desde otras galaxias, desde otros tiempos, desde otras percepciones del universo. Cosmovisiones son miles, perspectivas también. En medio de la nada, se elevan la mirada y la urbe se hace pequeño, allá arriba, allá a lo lejos, desde donde el mar parece una odisea proveniente desde el horizonte, allá donde las luces comienzan a elevarse y los astros se convierten en las palabras que se unen a los pensamientos. Allá vamos, más arriba, el cielo es un gas que se congela y se te pega en las manos, allá donde las miradas de las otras galaxias se confunden con la existencia del cuerpo que cambia de forma, de color, que es capaz de percibir sensaciones que en tierra ya no podía. Los espirales rodean los cuerpos, lo iluminan, renuevan la piel. Las galaxias son diversas y los planetas que quedan de un lado parecen puntos en medio del inmensidad. 

En el horizonte, ya se comienza a vislumbrar la estrella.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Nuevos Ministerios

Como esas veces en que, de improviso, nos pillamos sentados uno al lado del otro mientras esperábamos el próximo carro del metro, en la estación Atocha, donde se agolpaba la gente luego de bajarse del ferrocarril interurubano. Cuando me mirabas detrás del papel de diario que relataba los nuevos aconteceres mundiales y, de paso, te enterabas de la constante fluctuación de la bolsa: arriba, abajo, al centro y adentro, como esos tragos que nos mandábamos una y otra vez cuando íbamos por unas tapas de queso frito con mermelada de arándano. Como cuando me di cuenta de que llevabas esos zapatos cuyo taco era de no sé cuántos centímetros, tantos que me imaginaba que debías subirte a una escalera para poder ocuparlos. 

Y es que mirarte a los ojos me hacía tener, ante mi mirada, el recuerdo inequívoco de algunos atardeceres cerca de la Avenida de América, donde alguna vez creí haber visto a Penélope Cruz rozándome el hombro de casualidad. Fue esa mirada que se me acercaba para sentarse a mi lado la que me hizo caer en cuenta de que Madrid no era tan grande como parecía y de que las coincidencias, por muy extrañas que parecieran, existían. Ahí estábamos el uno frente al otro sin saber bien qué decir, pero teniendo la plena conciencia de que en cualquier momento ya no podríamos contener la sonrisa que se esbozaba en nuestros rostros al saber que aquel libro no mentía: las palabras eran capaces de tomar vida cuando el resto del mundo se detenía y nuestras manos se entrelazaban casi por magnetismo, sin pensar. No nos dimos ni cuenta cuando mis brazos te atrapaban al momento en que mis manos ya comenzaban a jugar con tu cuello: tu mirada cambiaba de color cada vez que me acercaba a pocos centímetros de tus labios como simulando un beso en el aire y tu mirada se me presentaba con un brillo que me encantaba. Aunque suene extraño y muchos pueden malinterpretarlo, más de alguna vez pude ver que de nuestras manos salían chispas. 

El carro se detuvo en el andén y guardé el diario en mi bolso. Eran las 11.20 de la mañana y el calor de la urbe era aún peor en el interior de aquellas estaciones subterráneas. Ingresé al vagón y, a través de la ventana, observé a los pasajeros que se situaban en el otro andén, con dirección a Nuevos Ministerios. Porque, en el fondo, yo ya sabía desde antes que serías tú quién pronto vería eso mismo que yo estaba viendo, pero con tu mirada propia, con tus manos que hacían florecer a la naturaleza. Porque yo ya sabía que pronto estarías tú en el otro andén observando hacia el mío, buscándome: porque tú ya sabrías que yo estaba ahí contigo, como siempre.

lunes, 3 de septiembre de 2012

El caminante

Las hojas de los árboles cambian de color y el silencio de la noche se asienta sobre la mirada del caminante que, luego de todo un día de trayecto, se recuesta sobre la hierba a congelar su mirada bajo los campos de estrellas que emergen desde la siembra. El ruido de la tierra es persistente, como si las voces de los muertos comenzaran a hablar: la luz se refleja en la niebla que aparece de antesala a la luna más llena del último tiempo. El caminante se recuesta a descansar: es de noche, está oscuro, pero la brisa cálida no ha amainado. Sobre la hierba, se revuelca en busca de humedad con la cual refrescar su piel: varios kilómetros han quedado bajo sus pisadas que solo quieren llegar a un destino. ¿Cuál es ese destino? Se cuestiona a diario si es que el camino que recorre es el definitivo o si solo es una parte del proceso para llegar a la meta.

Y no sabe si son 200, 20.000 o quizás millones de kilómetros que aún debe recorrer para lograr lo que busca. No lo sabe, pero sigue adelante: sumerge los pies en el agua del río para luego continuar. Ya mañana las aguas estarán congeladas y, entonces, podrá cruzar hacia la otra ribera. No sabe lo que le espera, pero quiere saberlo. Cierra los ojos sonriente: sabe que las aventuras aún están por empezar.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Llegó septiembre

Es increíble mirar hacia atrás y ver que ya han pasado muchas cosas: estamos en el noveno mes del año y ya cada vez nos acercamos más a un próximo año. Y con la llegada de septiembre, a nivel nacional, empezamos a ver el fervor con el cual nos acordamos de que somos chilenos, de nuestras raíces y de que en el fondo somos buenitos para comer y beber hasta reventar. Ya lo notaba ayer, cuando caminaba por los alrededores de la Plaza Cívica de Valparaíso cuando noté que comenzaban los campeonatos de cueca y la gente bailaba en la plaza -algunos realmente sabían y otros seguían el ejemplo del simpático Lagos Weber que es un ejemplo de lo que nos sucede a la mayoría de los chilenos cuando nos sacan a bailar cueca de improviso- y, además, las típicas banderitas que ya ponen en los carros del MERVAL, dándole un toque bastante chic. En definitiva, el aire de septiembre ya se hace notar en los volantines que los niños empiezan a elevar -en el buen sentido, no sea mal pensado- y en el olor a asado que se huele en algunas casas. Si los chilenos somos buenitos para comer, no se le olvide... y, obviamente, para beber. Ya se hacía la predicción de varios terremotos y con casi una semana de festejos, me imagino que los epicentros y las réplicas serán varias.

Comienza septiembre y se nos viene la primevera... pero ya está nublado de nuevo y parece que hará frío, no sé si llueve o qué. Un mes raro, caluroso, pero frío: 'terremoteado' e inquieto. Quién sabe, quién sabe. Solo sé que es momento de preparar los estómagos porque se nos viene el festejo de nuestra chilenidad, de nuestra independencia... y la serie de excusas para celebrar lo que sea y comer como si fuera el fin del mundo. Es que con esto del 2012, uno no puede fiarse. Allá vamos... tiki tiki ti.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Diálogos urbanos

Hace algún tiempo me encontré con ese mismo rayado, el cual fotografié e incluso subí. Sin embargo, hace unos días volví a pasar por el mismo lugar y me encontré con la respuesta. Como siempre, Valparaíso tiene cosas nuevas que uno nunca acaba de descubrir. Simplemente, genial.


Fotografía: Pasaje Bavestrello, Cerro Alegre, Valparaíso.