martes, 28 de abril de 2009

Cadenas

Cuando caminaba por la ciudad sentí que cadenas se amarraban a mis pies descalzos, de manera muy extraña, puesto que llevaba mis zapatillas al salir de la casa. Todo era tan extraño cuando miré el cielo nublado, el frío, abril-lluvias-mil que no ha dado más que 0.5 mm de precipitación en una época que se decía lluviosa. Tengo frío, frío, frío... ¿dije que hacía frío? Los edificios altos -que no eran tan altos- se contrarrestaban con una realidad muy pequeña, que tampoco era tan pequeña: tal vez, sólo en su justa medida; sin significado, sólo pensando en un "saber hacer".

El chofer de la micro se burla de mí y sigue de largo, le golpéo en la micro y se enoja; según ellos, es uno el malhumorado. Finalmente viajo, pensando en un sinnúmero de palabras que le diría, pero que la compostura racional me detiene. Duermo, duermo, duermo. No me acuerdo si es que soñaba, tal vez sí, sólo sé que era agradable dormir cuando se ha dormido tan poco durante estos tiempos; dormir, sí, abrigado como un oso polar sin preocuparte de los otros pasajeros que pasen en otra micro mirándote dormir. Abro los ojos: ella me mira. Sí, ella, una chica silenciosa a la cual miraba de reojo. ¿Me miraba? No lo sé. Recuerdo las mechas de color rojo de su cabello, era bella y silenciosa.

El horóscopo dice que está cambiando mi forma de ver el mundo. Mis pensamientos me dicen que, como nunca, sé qué es lo que quiero y no lo puedo encontrar... otra vez. Me duelen los tobillos por las cadenas que me tienen atado a responsabilidades y trabajos, mis pies quieren correr sobre la hierba fresca de primavera, dormir sobre un campo de lavanda. Si sé qué es lo que quiero, ¿por qué se pasa la vida y no aparece? Mis deseos y la realidad me convierten en un preso, la cárcel de las responsabilidades, la cárcel de la vida de no sonreirte como crees que debería.

La chica de cabello rojo me miraba, me gustó el perfil de su mirada. Seguramente sabía lo que yo pensaba, ¿por qué sonreías? ¿Tenías alguna respuesta? Tampoco se lo pregunté.

sábado, 25 de abril de 2009

Tóxico

Venía pensando en Street Spirit de Radiohead, pero acabé sonando como Toxic de Britney. Un cambio un tanto radical y muy poco coherente, una mezcla de una extraña sensación musical de polos opuestos. Aunque desgraciadamente, me siento más tóxico que como un espíritu callejero perdido en el silencio de cualquier cosa, de una canción de Basement Jaxx que busco y en el reproductor no me habla. Al menos me contento de que Last FM está de vuelta. Hey U.

Soy tóxico, ¿soy tóxico? Parece que sí, mi mirada, mi mirada tóxica, mis pisadas, mis pisadas tóxicas, mi silencio, mi silencio tóxico... aunque no sé de dónde ha salido toda esa toxicidad que parece quedar como huellas en la arena de la playa por la cual quiero caminar. Seguramente en ese deseo de ser alguien que no soy o esa transposición didáctica que Anita habla con tanta belleza, pero que en realidad es una tontera. Tal vez esa extraña transformación post-adolescente que estoy sufriendo: no quiero crecer, no quiero ser adulto... quiero vivir y quiero amar, pero ¿cuándo? Sí, esa transformación después de tantas vivencias, de tanta gente que ha pasado a mi lado y de los que se han quedado.

En estos momentos pienso en que me gustaría estar en la buena contigo; ese sentimiento que tenía hacia ti, después de todo, me motivaba y me alegraba, pese a que no tuviese ninguna correspondencia y que, más bien, tu presencia y tus palabras mentirosas acabaran haciéndome daño. Sí, en cierta medida te extraño y -también en cierta medida- demasiado. Pero ya lo sabemos, caminamos separados y es imposible que volvamos a caminar juntos: no de la forma que yo hubiese querido. Al fin y al cabo me resigné, habría sido muy nefasto: después de todo, ustedes dos son tal para cual, tan estúpidamente falsos e interesados.

En fin, te echo de menos, lo admito ¿y qué?. Pero no volvería a cruzarte la palabra a menos que tú lo hicieras, but you won't. Quisiera salir a hablar tonteras como en los viejos tiempos. Quisiera tener una mujer a mi lado con quien compartir mi vida, a quien dedicarle lo que hago. Sí, caminar por la playa juntos, dejando las huellas atrás. Pero entonces me despierto: realmente, ¿con qué tiempo? Con suerte sé soportarme a mí mismo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Indio

Indio quejumbroso,
indio del silencio y de lamentos,
¿dónde han quedado tus historias y tus juramentos?
¿dónde ha quedado esa vida regalada por la tierra?
Tu sangre corre por las venas de la tierra,
tu vida aún sigue haciendo ecos en las cruces de las iglesias,
tu amor por la Madre aún sigue latiendo en el silencio.

Indio que eras tan feliz,
indio que te vinieron a subyugar,
indio, indio, indio,
indio que en su amor nunca quiso atacar.
Mil veces habría querido darte una mano,
dar un disparo desde tu lado,
salvarte de la cruz en la cual te han crucificado, indio.

Indio que aún cantas cuando llueve,
que aún sonríes cuando el sol aparece,
indio, quiero que sepas,
que tu alma jamás será sometida a la cruel muerte.
Indio náhualt, maya, inca, mapuche,
indio que no eres indio,
indio latinoamericano que bañas con tu sangre la tierra y los ríos.
No has muerto, indio,
no has muerto.

sábado, 18 de abril de 2009

Hemos venido a sufrir.

Se supone que debiese estar estudiando 24 horas de corrido, sin respiros, sin pensamientos, sin agua ni ningún elemento vital que me pudiese distraer. Pero heme aquí, otra vez, sin poder siquiera aguantar el deseo de dejar una memoria viva y escrita de lo que circula por mi cabeza; de lo que se me ocurre cuando las neuronas chocan y hacen sus sinapsis, esas imágenes o esos mundos extraños que surgen cuando divago en el tunel de la imaginación. Y claro, un poco es eso, esto sería casi como una introducción tardía a todas las entradas en las que he señalado que corresponde a "Divagaciones".

Hacía poco comenzaba a pensar en el motivo de mi nacimiento. Pueden haber varias explicaciones: mis padres andaba un poco cariñosos, Dios se le ocurrió que alguien como yo tenía que llegar al mundo o bien, la naturaleza (que también es Dios) hizo concepción y... se hizo la vida. Y tengo algunas razones para creer en eso de que las cosas que tienen que pasar, pasan: al menos dos pudieron cambiar la historia, pero no va al caso (cuando ande depresivo las señalaré para levantarme el ánimo). He escuchado de algunos filósofos que señalaban, por ejemplo, que los seres humanos habíamos venido a sufrir. Y ese fue el pensamiento que me estuve rondando por harto rato.

Puede sonar un poco extraño, pero sí creo que es una respuesta válida. No se trata de ser un masoquista o que adoremos ver correr sangre, pero cabe cuestionarse por qué estamos acostumbrados a ver matanzas por montones y destrucción en masa sin causarnos ningún asco. Podrá decirse que estoy aludiendo al goce del sufrimiento, la visión del que hace sufrir. That's right. Y sucede que, precisamente, venimos al mundo para sufrir, porque es esa la única forma que podemos conocer qué es el goce, así como el ying y el yang. Cayendo casi en una interpretación maniqueísta de la realidad, me he dado cuenta de que es algo efectivo: sólo nos damos cuenta de lo que tenemos en base a lo que no tenemos, sólo sabemos lo que nos gusta en base a lo que no nos gusta, aunque muchas veces es más fácil saber la parte, por así decirlo, "opuesta". Lo importante es encontrar lo que estamos buscando, manteniendo una armonía con el universo. Sí, hemos venido a saber lo que nos gusta y a luchar para concretarlo.
Entonces, sí hemos venido a sufrir, hemos venido a morir, hemos venido a muchas cosas.

jueves, 16 de abril de 2009

Un dos tres cuatro cinco

El siguiente experimento lírico corresponde a un ejercicio realizado durante uno de los ramos que estoy tomando este semestre, "Creación Poética". La actividad consistía en escribir bajo corriente de la conciencia, luego seleccionar las partes con las que pudiese hacerse algo. Y esto fue lo que salió...



Un dos tres cuatro cinco y no sé qué hay

o dónde llego,

me canso me ahogo y no pienso en nada más

que en el silencio infernal de una maldita palabra que oigo como desde el cielo

de pronto se calla y me estreso

porque no sé qué te digo ni qué pienso,

si me canso o si deseo o si Perseo encadenado se cae de su cielo,

cemento y ungüento de un lavado de sesos perpetuo

y la razón no dice nada

no sé si existe que existe ni tú ni yo,

ni ellos ni nada ni el cielo secreto

un fuego artificial

o el mar que aparece allá en el horizonte de pronto.


Me intoxica si pienso otra vez en ella y en el mar

quiero agua quiero un deseo de pronto

prontamente suddenly

y se mezcla el agua con el vino y el aceite y el agua y caboom todo explota.

veo la Space Odyssey y a Kubrick muerto

en la fosa que abraza a Cortázar

en un mundo de argentinas argollas de oro plata

cuando vuelvo a dar vuelta la página

y mi sombra agotada se refleja en el papel.


Ah ah ah ah y el grito de un canto

y la micro se detiene pensando en Bolaño

del año nuevo en un cúmulo de palabras de la golonrima del silencio

que se acaba y al fin me detengo de pronto

aunque la la la lalalealeeeeo

y alguien me pida no stop

la la la la la

piense en Lihn y en el vaso del encuentro con Bolaño

o algún Aguirre que aparezca así de la nada

porque no sé qué ha pasado con la carta de Gabriela Mistral

que me llegó el otro día dondee me decía que me amaba

aún desde el pasado.


No sé dónde voy a llegar cuando llegue

y cuando vuelva el perro ladra guau guau

quiero descansar aunque ya no puedo más

y quiero dibujar aunque sé que ellos le muerden los pies

y le rompen el pecho para asesinar su historia

y luego lo plantan y semilla y canto y biblia y ñan ñam

se lo engullen de pronto cuando el aún está gritando

aunque no lo oigan ni sepan donde está en el estómago

las vísceras se cortan y se las comen con pan tostado

y le muerden los dedos y el estómago y las muñecas

se acaba pero no se muere .


Al la la blaliuu no sé qué pasa

a a a a a a

y una línea de ayayay

la la la a toda máquina aunque explote y no sepas nada de lo que dice

y mañana el cuaderno y la nota vegetariana de macdonal va a explotar ja ja ja

y yo quiero aprender a vivir aso de locura perdida

y el cadáver de la vida

y el llamado ring ring

la la la la

no no si tu él yo.

miércoles, 15 de abril de 2009

Eterno sueño




¿Sera sólo un eterno sueño o algún día esa imagen se podrá concretar?
Probablemente, sólo es que sea un eterno soñador.



martes, 14 de abril de 2009

"El vendedor más grande del mundo"

Es increíble cómo el "trainning académico" comienza a crear ciertos hábitos que para algunos pueden ser impensados. Tal es el caso de leer que, en mi caso, fue un hábito que mi mamá me inculcó desde pequeño y no me arrepiento para nada de ello; de hecho, me acuerdo que el primer libro que leí fue "Papelucho Misionero" y que todavía me río cuando, por curiosidad o nostalgia, vuelvo a releerlo. No he crecido, tengo 20 años, pero parezco el mismo cabro chico de 7 años que sueña todo el día y lo único que quiere es escribir como loco hasta reventarse, siempre divagando entre pensamientos ficcionales y mundos sobrenaturales. Aunque no sé cuál sería mi real reacción frente a un suceso de esas características.

Sucede que anoche, luego de un día muy ajetreado entre lecturas miles (como todos los días), vi que me quedaba un poco de tiempo y que quería leer algo suave. Encontré en la biblioteca de mi casa -que está en mi pieza por razones de espacio, de lo cual no me quejo en lo absoluto- un libro llamado "El vendedor más grande del mundo" de Og Mandino. Hacía tiempo que estaba ahí y dije que lo iba a leer, pero lo más que avanzaba era hasta las recomendaciones de gente que decía que el libro lo había influido tanto como la Biblia. La verdad es que no lo es tanto, pero si es una bonita historia valórica para cuando quieres desahogarte un poco; claro está, el exceso de moralismo no es algo agradable en literatura (y de hecho, aburre), pero ahí comienza a funcionar el propio criterio de tomar lo mejor de cada cosa.

En breves palabras, se trata de un vendedor, Hafid, que ha alcanzado el éxito y que es por ende, considerado el vendedor más grande del mundo. La historia comienza cuando este vendedor le pide a su fiel amigo y ayudante vendedor, Erasmo, que comience a ordenar ciertas cosas de su cuenta, ante la mirada extraña del último. Hafid le recuerda lo acertadas que han sido siempre sus decisiones y luego le mencionará el motivo de su éxito y prosperidad. Hafid posee un secreto que desfilará ante la mirada de un lector que, dependiendo de su gusto, puede tomarse literal o no literalmente todos los consejos que señalan. A mi juicio, algunos pecan de excesivo conservadurismo, pero sin por eso disminuir su valor. Hafid le relata toda la historia a su amigo, dentro de la cual destaca un hecho en particular que, si se es creyente, despierta un sentimiento especial.

Mi única crítica al respecto es el moralismo presente en el libro; desde mi perspectiva, la literatura didáctica quedó atrás hace mucho tiempo, no es necesario limitarla a lo que lo "socialmente correcto" necesita, hay que dejarla ser libre. Considerablemente recomendable para cursos de orientación respecto a la temática de la perseverancia; nunca dejarse abatir por un "fracaso". Un libro interesante de ser analizado.

"El fracaso no me sobrecogerá nunca
si mi determinación para alcanzar el éxito
es lo suficientemente poderosa"

(Og Mandino)

lunes, 13 de abril de 2009

Lo mismo

Otra vez me pasó lo mismo: tenía buenas ideas antes de subirme a la micro, pero el cansancio y el reparador sueño del viaje me hizo olvidar las notas mentales que en alguna neurona aún deben estar dando vuelta. No sé si duermo; cierro los ojos, pero mi cuerpo no recupera energía... temo, porque recién estoy iniciando la semana. Me atormentan pesadillas: un perro me muerde, otro accidente me ocurre, el Amadís de Gaula quiere que lo siga, ser como el Mio Cid es inalcanzable, las profecías mayas y no sé qué más. El espacio físico es enorme, pero no sé si el mental así lo sea: ¿dónde conecto todo esto y más?

Estos días son cuando uno más quisiese tener el tiempo de sentarse junto a alguien con quien poder compartir su vida. Hablar estupideces, recibir caricias. Estos días es cuando me darían ganas de lanzarme a nadar por el mar hasta alcanzar el horizonte para ver qué es lo que hay más allá.

viernes, 10 de abril de 2009

No molestar

Soy alegre, pero también soy estresado. Puede sonreír, pero también puedo poner un rostro tan diabólico que querrían salir corriendo todos los corderos de Dios, aún en semana santa. Es que un no se dá ni cuenta como puede pasar un estado de ánimo a otro en poco menos de 10 segundos, anoche fue el momento en que comprobé uno de los principales motivos de que explote luego de mi dulce silencio hasta una estampida molesta ante lo que consideré una brutal, malévola, desquicida, iracunda, insoportable y temible interrupción.

Anoche escribía: fueron 2 horas y 48 minutos para ser exactos, en que ni una mosca osaba volar a mi alrededor (de lo contrario habría muerto de un brutal zapatazo, no dándole ganas a ninguna otra de pasarse por mi lado). Las líneas se dibujan solas, no quiero que me detengan. Pero es lo primero que haceb. Respondí con un "no", no me hablen, no estoy. Me preguntan una estupidez: la respondo, pero ya perdí una idea. Cierro la puera de mi pieza y sólo la música me acompaña. Sigo escribiendo por un tiempo indeterminado, pocas veces mantengo la noción del tiempo cuando escribo. Y suena mi celular y di un salto tremendo que hasta me hizo dibujar no sé qué cosas en el cuaderno. Apagué el celular y lo lancé a lo lejos, subí las escaleras reclamando y más encima, me reclaman a mí de que tengo mala voluntad. ¿Mala voluntad? No tenía ganas ni de hablar, me cortaron la inspiración por 2da vez. Pero ninguna más; apagar el celular, cerrar la puerta y simplemente, no hablar más. Al menos el barco llegó a su final.

Es inevitable sentirse como Jack en El Resplandor, aunque no a tal extremo. Después de todo, lo que único que necesito en esos casos, es silencio. Un buen regalo sería un cartel que dijera "No molestar".

jueves, 9 de abril de 2009

Amor por lo nuestro

Al principio, no me estaba gustando mucho el ramo de "Literatura Chilena e Hispanoamericana" porque sentía que era sólo historia lo que estábamos conversando. Y han pasado algunas semanas y, efectivamente, hemos conversado mucho al respecto de la historia y las tradiciones que envuelven a la belleza de las culturas prehispánicas, siendo inevitable sentir cierto odio por aquellos bárbaros que destruyeron la armonía que se vivía en una América soñada como el Edén. Suena extraña que se dé vuelta un poco el papel, tratar de bárbaros a los colonizadores, pues fueron realmente ellos los inadaptados que no supieron valorar la rica cultura presente en estas tierras. Después de todo, el "indio" fue lo suficientemente civilizado como para respetar otras creencias, no así los europeos.

Luego de tener una cierta base y de haber leído muchos textos uno comienza a ponerse en el lugar de estos maravillosos pueblos con sus increíbles mitologías y literaturas, lo que no puede hacernos pasar por alto la importancia y la intrínseca relación que tenían con la tierra: por ejemplo, la cultura mapuche tenía la conciencia de que vivía en una tierra sacudida por catástrofes y creo que en parte tiene que ver con su leyenda de las serpientes Trentren-Vilu y Caicai-Vilu, siendo importante considerar que eran muy vitalistas y "vividores de la vida". No nos cabe muchas dudas de su influencia en la personalidad del chileno respecto a lo fiestero, pero aún así me llama la atención de que nos hayamos transformado en seres tan depresivos.

Por un momento pensaba que habría sido muy entretenido poder haber vivido en esta época y ver con tus propios ojos esta maravilla creada muy lejos de las historias de la venida de Jesús. Si hubisese habido mayor tolerancia, nos habríamos dado cuenta de que todos los pueblos han tenido siempre una concepción de alguien superior con quien deben mantener una relación. ¿Tan distinto es pensar en un Dios como persona que como el Sol? El Sol es una parte de la naturaleza, ¿y acaso Dios no está en la naturaleza?

martes, 7 de abril de 2009

Un amanecer de colores


Mira el amanecer que nace,
mira el silencio que duerme
y los cantos de tu pecho que me saludan al despertar;
las hojas caen en un otoño acalorado
y te miro con esa ternura que nunca pensé que llegaría a sentir.
Sí, hoy es el día en que te tengo aquí.

Una rosa dibuja un amanecer de colores,
tú los eliges:
lo que digas me hará feliz.
Una rosa dibuja tu corazón y tu alma,
tu esencia se escapa cuando me besas,
pero sólo es tuya y mía en el segundo del secreto que nos contamos.

Sí, hoy es el día en que te tengo aquí.

sábado, 4 de abril de 2009

Todo es un sueño

No sé dónde estás, ¿dónde te has metido? Te busqué por todos lados, debajo de la alfombra o en alguno de los bolsillos, pero has desaparecido sin dejar rastro. ¿Dónde estás? Dame al menos una señal de tu paradero para saber cómo esperarte y cómo prepararme para cuando pueda volver a verte, para ver si en algún momento del camino puedo ver aunque sea tu sombra en una pared aledaña cuando el atardecer nos congregue en lugares distintos.

Hoy soñé contigo, anoche soñé contigo y todas las noches es lo mismo. Siento que te tengo al lado, que te abrazo, que te acaricio, que te beso y que luego perdemos la noción del tiempo; sólo hay noción de labios y de silencios, de respiración y de secretos que ya son de ambos. Aunque estoy bien, en ciertos momentos quisiese poder tenerte para compartir mi mundo con el tuyo.

Pero todo es un sueño. La vida es un poco distinta, me sumerjo en un mar y nado hacia algún lugar; no sé cuál será mi destino.

viernes, 3 de abril de 2009

Nada

Día Viernes al fin, pero parece como si fuese otra vez un lunes. Sabes lo que yo sé y yo sé lo que tú sabes: nada. Sí, nada, nada. Me miras con esa sensación extraña de que en cualquier momento me vas a dar una bofetada y el silencio se hace insoportable, no sabes ya qué hacer y yo tampoco. Cuando te miro tú también me miras, pero ya no sabemos qué decir. Qué hacer tampoco lo pensamos. Simplemente, nada.

Lo que sí sé es que nos movemos hacia un punto fijo, que eso que sabemos -nada- nos mantiene hacia un horizonte común. Tú con tu cuerpo esbelto y perfecto, yo con el mío que ha mejorado con el entrenamiento, nos miramos entre burbujas que de pronto nos dibujan un final. No sé si seas capaz de alcanzarlo y yo tampoco sé si lo logre, tal vez sea un tercero. ¿Acaso atacarlo sería la opción? ¿Serías realmente capaz de abofetearme en medio de la tormenta para ganar? Pues bien sabemos que en la jungla de la sociedad todo se vale.

Ya no importa, queda menos y se acerca la meta. Sabemos lo mismo: nada. ¡Nada que sólo has avanzado 2 metros y la longitud de la piscina es más de 10 metros! ¡Nada si quieres ganar!

jueves, 2 de abril de 2009

Hablar contigo

Es casi un hábito que parece difícil de romper y que cuando eso sucede, es como si algo no estuviese funcionando de la manera correcta. Pasan los días miércoles, ingreso a clases a las 08.15 y salgo a las 13.15, para luego llegar a mi casa a almorzar y probablemente dormir una siesta de no más de 30 minutos (porque dormir más afecta en el sueño que uno tenga para la noche). Se supone que, al tener uno la tarde libre, debiese tomar aunque sea alguno de los apuntes para todas las clases. Y en mi caso parece algo necesario, ya que sólo ayer gasté $1800 en imprimir artículos y demases para mi ramo de literatura chilena e hispanoamericana (téngase en cuenta que sale $25 por hoja). Y al final no sé qué hice; estuve toda la tarde dando vueltas, intentando convertir una película a un formato apto para que el DVD player lo leyese.

Finalmente intenté leer algo, un texto de un ramo llamado "Semántica y lexicografía" que no logró captar mi interés, pese a que el tema no era del todo aburrido. Quise ver las noticias, pero no pude porque estaban aún dando el partido y finalmente me encerré a cumplir mi hábito de todos los miércoles: hablar contigo. Pensé que este miércoles sería la excepción, pero me alegro de que eso no haya sucedido. Sí, ahí apareciste tú de pronto, a eso de las 21.30 con esa mística sonrisa y la suave caricia de tus labios en mis oídos que me contaban algo que no sabías bien qué era, no sabías el final, sólo el inicio y te cuestionabas una y otra vez respecto a si existía el final. Te dijo que no y sonreíste, quedándote a mi lado mientras yo seguía soñando.

El mar sólo tiene un inicio, pero no un final.

miércoles, 1 de abril de 2009

Manual para dejar sus zapatillas casi "como nuevas"

Luego de una ajetreada actividad, llámese carrete o caminata en la arena, usted tendrá la extraña necesidad de quitarse el calzado para ver qué es lo que ha sobrevivido de él. Puede que tenga suerte y sonría al ver que todavía se mantienen con vida, pero lo más probable es que vea lo mucho que se ha ensuciado. Peor aún es el caso cuando usted ha decidido dar un paseo por la playa y luego, al regresar a casa, ve que un cerro de arena cae cuando usted voltea su calzado para intentar limpiarlo. Al respecto, sugiero:

1. Quitarse el calzado y verificar su estado. Puede que no sea necesario siquiera lavarlo: puede que esté limpio o bien, puede que sea necesario eliminarlas de inmediato. Evalúe todas las posibilidades antes de actuar.
2. Quítele los cordones y lávelos por separado (no sea flojo)
3. Proceder a lavar su calzado o, al menos, pedirle a alguien que lo haga por usted.
4. Lávelas con dedicación y calma, ojalá escuchando alguna canción de su agrado; puede traer efectos muy positivos al momento de caminar.
5. Luego, deje secar al sol durante un tiempo que estime prudente.
6. Recupere luego del secado y proceda a volver a la normalidad.
7. Ponga los cordones correctamente. Esto puede tardar desde 2 minutos hasta la eternidad, si usted así lo quiere. No lo haga de noche, porque la necesidad de sueño dificultará aún más el proceso.*
8. ¡Ya está! Su calzado parece casi como nuevo.

*Este punto puede resultar un tanto engorroso si usted no recuerda bien cómo se ponen los cordones o si su calzado es un poco más mañoso de lo normal.

(Basado en una historia, increíble y estúpidamente, real).