lunes, 17 de febrero de 2014

Precipicio

El precipicio se extiende a pocos metros de aquí. Me han dicho que debo tener cuidado ya que en cualquier momento puedo caer. No sé, no sé si creerles. Llevo varios días caminando a la deriva y ya comienzo a angustiarme: no entiendo lo que sucede. ¿Por qué debemos huir? ¿Cuántos kilómetros más debemos caminar? Y hablar en plural parece una falsa cortesía... mis huellas han estado solo acompañadas de esa sombra que cada vez se hace más fina. Teme desaparecer. He visto pasar tantas luces, pero nadie ha sido capaz de verme. ¿Acaso será lo mejor? Acaso tendré que seguir aquí caminando hasta encontrar algo.

Mis pisadas se pierden en la arena, me hundo, creo que desaparezco. Abro los ojos y el ruido de un motor se acerca. Electroshock. No reacciono. Electroshock nuevamente. Línea continua, no hay movimiento. Todo desaparece.

martes, 11 de febrero de 2014

Fitness y esas cosas saludables

Dicen que hay que dejar el pan. Dicen que debes tomar 2 litros de agua y nada más. Que el arroz, que los fideos, que la coca cola... Lo único que sé, es que tengo ganas de comer todas las cosas mencionadas, excepto la coca cola porque claramente se bebe... aunque tampoco realmente muero por dicha bebida. Dicen tantas cosas, pero creo que pocas personas realmente se atreven a hacer algo que requiera acción: creo que la mayoría se centra en dejar de comer en vez de ver todas las cosas que se puede hacer.

Llevo 15 días haciendo un circuito de ejercicios que encontré, curiosamente, en la App Store -también disponible en Play Store para Android- un día en que me dio la locura y descargué varios juegos: Minion Rush es tan adictivo como Candy Crush. La aplicación es llamada "Seven" (siete) e incluso tiene el número para que no te sea difícil encontrarla: consiste en circuitos de 7 minutos y 50 segundos con una serie de ejercicios que prometen mantenerte en forma. Si lo digo así, claro que suena fome y poco creíble, pero luego de que haces el primer circuito y quedas con la lengua afuera, te das cuenta que ese tiempo no resulta tan inofensivo. Fue tal el nivel de pánico en el cual ingresé al ver que me costaba tanto, que ese mismo día salí a correr, para elevar un poco la moral: gracias Runtastic por contar los 4 kilómetros de aquella tarde y las no sé cuántas calorías. Y es que la tecnología es realmente amiga en estos casos.

Fue así como no he vuelto a salir a correr (cuec), pero sí me ha mantenido más de dos semanas cumpliendo el circuito de casi 8 minutos: es realmente poco tiempo y completamente realizable para cualquier persona. No necesitas gimnasio (aunque parezca cartel publicitario) para darte energía y cuidar un poco el cuerpo. Tengo la convicción de que el ejercicio es realmente saludable para el cuerpo humano y que en vez de limitarnos tanto la comida, es mejor hacer algo para quemarla. Claramente que si comes 5 completos por día y hacer ejercicio un día a la semana, no ayudará de mucho. Todo tiene que ser con mesura. Por el momento, hemos decidido dejar el pan... veamos cuánto tiempo sobrevivimos. 




jueves, 6 de febrero de 2014

Fugacidad

Te sientas frente a la ventana, ves la cortina flamear al viento. Ves los colores de un silencioso y calmo atardecer, ves el valle, ves las montañas, ves el cielo, ves las nubes, ves los árboles, ves el mar. Pues el mar se esconde a la vuelta de la esquina, aunque no sea evidente en el cruce de cualquier peatón que se acelera por llegar primero. El mar deja su huella junto a las pisadas de los soñadores que se detienen al ver a una pareja abrazada, ante la sonrisa de una persona que no sabe por qué ríe, ante una estrella fugaz que iluminó el cielo como si fuese mediodía. El mar deja su huella en la fugacidad de los minutos que se aceleran de pronto, que se detiene y luego vuelven a dormir. 

El tiempo pasa tan rápido, pasan los días, se va el tiempo. La vida es tan rápida. La vida es deliciosa.


Fotografía: Quilpue, Región de Valparaíso.