miércoles, 28 de marzo de 2007

Ciencia del Lenguaje

Cuando se agolparon sobre mí las ofertas y opciones de estudio, lo primero que pensé fue quitar de mi vida todo lo que tuviese relación con números y con ciencia, asignaturas que se encargaron de quebrarme la cabeza durante muchos años, de las cuales creí que podría prescindir y que nunca más me volvería a topar con ellas, por lo cual decidí estudiar Castellano y Comunicación, una carrera que, hasta el momento, es espectacular, en la cual sólo se orientaría a la visión de la literatura y el mundo de las palabras que tanto me ha gustado desde pequeño. Pero bien dicen que de la matemática nunca te podrás desprender, pues bien, de la ciencia tampoco.

Ocurre que también existe la lingüística, otro de los apasionantes parajes que nos da el lenguaje, y resulta un tanto contradictorio para mí, pero es una ciencia. Y así es, me cuesta aceptarlo como tal, debido a que me agrada, y que leo artículos con gusto, en que el cansancio no es más que una parte de disfrutar lo que he decidido estudiar. Y entonces surgen los textos asociados a conceptos un tanto engorrosos, hablar de ciencia, paradigma, y de los rasgos que la caracterizan de acuerdo a ciertos autores.

La ciencia del lenguaje, algo que para muchos puede significar contradictorio, ya que el lenguaje no es un objeto tan tangible como lo puede ser una planta, pero no por eso, deja de ser un objeto de estudio de importancia. Y vengo llegando de una prueba de eso, del ramo de Fundamentos de Lingüística y Literatura, por lo cual, aún algunas neuronas siguen revoloteando por ahí, manteniéndome activo e inquieto.

Entonces, me doy cuenta que no podemos prescindir de nada, porque, inconscientemente se ha de ocupar la matemática para algo, y la ciencia, incluso, para trabajar en lo que más me gusta. Es extraño darse cuenta de eso ahora, mientras antes sólo quería olvidarte de eso.


Saludos!!


Kinkan ®
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sábado, 17 de marzo de 2007

Tiempo

Tiempo se va de mis manos
Cuando intento acercarme a tus labios
Y tu alma se escapa volando
Cuando sólo quería llegar a tu lado.
Tiempo en segundos volátiles
En que corrí por imágenes gastadas
Que se pierden en frases acentuadas
Por las líneas escritas al azar,
Sólo buscando el instante de encontrar
Una buena nube en la cual flotar,
Un bello paisaje para caminar
O una sombra en la cual reposar,
Descansar los pensamientos que vienen
Y de agolpan en una mente agotada
Que no descansa cuando ha de hacerlo,
Que sigue activa
Porque es ese su único anhelo.
Tiempo pensando en todo esto
Y que las horas se hacen segundos
O las milésimas una eternidad,
Cuando añoro una palabra final
Que me haga poder soñar
Con la cima a alcanzar,
Donde no hay más tiempo,
Poder soñar despierto.



"Tiempo"
Cristian Briceño González
Un Regalo Especial
09 - 03 - 07


Kinkan ®
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viernes, 16 de marzo de 2007

Inusuales Sorpresas

En un principio, sentía que los días parecían alargados, como si una fuerza divina estuviese interviniendo en el tiempo, al puro estilo griego, pensando que el Dios Cronos se estaba poniendo en mí contra y hacía que el cansancio se prolongara más allá del tiempo disponible para descansar, para reposar sobre un lecho y permitir a la mente ordenar toda la información que había tenido en el día, conceptos de diferencias tan sutiles que uno comienza a comprender luego de mil años, ya que nunca antes se los había cuestionado… eso indica que nunca es tarde para echar a volar la mente, para aprender nuevas cosas y hacerlas parte de tu propia realidad.

Una de las cosas más temidas por los alumnos que entramos por primera vez a la universidad y cursamos nuestro primer año es el ya conocido mechoneo, del cual muchos no han salido muy bien vistos. El primer día nos anuncian que no sería tan terrible, pero nos encontramos con una nota alusiva al tema, con un mechón de pelo pegado al papel y el anuncio “se viene fuerte”. Recuerdo que pasé rapidito hacia la sala, pero sabía que no iba a ser ese mismo día. Luego, viernes, en plena clase de Etimología, cuando, de improviso, sentimos risas en las afueras de la sala, y luego comienzan a golpear las paredes con violencia, sumado a una carta con el mismo mensaje de siempre: “mechón” y un mechón de pelo pegado. Fue sólo el susto, y luego los encontramos a todos sentados en el pasillo riéndose de nuestras caras de susto. Siguiente alarma: lunes 12. Una extraña reunión de la carrera en la cual los dos paralelos se juntaban, todos asustados, pero no ocurrió el temido episodio del cual todos queríamos arrancar, estábamos ya casi esperando el “ataquen”.

Llegó el miércoles 14 de marzo, cuando los ojos ya estaban puestos en todos los agentes extraños que pudiesen interrumpir nuestro proceso de aprendizaje. Ataques de paranoia, cualquier grupo muy junto ya nos daba miedo. Todos los días con la peor ropa, y ya me estaba aburriendo. Hasta que, finalmente, termina la clase, abrimos la puerta y los de 2do aparecen diciendo: “¿adónde van?”. Luego se paran frente a nosotros y nos indican la salida, que dejemos las cosas, que van a estar cuidadas y nos vayamos al patio. Creo que me reí todo el instante, cuando tuvimos que irnos tomados de la mano hacia el Muelle Barón y nos comenzaron a rayar la cara. Sinceramente, me hubiese gustado ver mi cara, para poder reír aún más. Luego nos pidieron nuestra propia presentación y un juego ocioso. Eso fue todo… no hubo corte de ropa, ni salir a pedir plata como todos pensábamos. Simplemente, fue un gran susto… pero creo que fue lo mejor.

Creo que fue una bienvenida que quedará con un buen recuerdo, porque no fue una humillación como la que han tenido algunos. Lo único malo, será volver a retomar el orden de las cosas para la próxima semana, ya que hemos estado demasiado relajados. En fin, todo vuelve a la normalidad pasado un tiempo.
Saludos!
Kinkan ®

domingo, 11 de marzo de 2007

¡¿Tardes de estudio?!

Claro está que estoy viviendo uno de los momentos que esperé durante toda mi vida. Consciente estoy de que yo mismo lo estuve deseando desde que por fin encontré números aceptables que me indicaran que ya estaba adentro. Más que por sabido doy el hecho de que, cuando por fin estuve matriculado, uno de los cuantos pensamientos que había en mi mente era con respecto al año, de qué tendría que hacer, cómo era la vida universitaria. Contrario a todo esto, estaba la experiencia y los “consejos” de mi hermana que me decía, “cuando estés dentro, sólo vas a querer salir para tomarte vacaciones”. No sé si es tan así, ya que tuve unas vacaciones muy buenas, pero de que dan ganas de tomarse vacaciones pronto… ¡dan ganas!

Tan sólo una semana de clases y el cambio de visión de las cosas puede tornarse un tanto más compleja. Y claro está, 154 páginas de lecturas obligatorias de una semana para otra. Si hubiese tenido que leerme tal cantidad de contenidos durante la época escolar, seguro habría protestado, acudido a UTP y hacer un reclamo por considerarlo excesivo. Digamos que ahora lo acepto, y lo hago, pues ya terminé de leer todo, hasta de hacer resúmenes y todo lo relacionado con la aprehensión de los contenidos. Y hasta me di cuenta de que no era tan terrible, de que es algo completamente factible de realizar en mi propia persona, aún cuando eso significase una tarde de estudio, la primera tarde de estudio que haya tenido en mi vida.

Si bien, cuando estaba en educación media estudiaba un tiempo razonable –escuchando a mi hermana que me decía que en el colegio no se estudiaba, porque eso tendría que hacerlo en la universidad- nunca pude decir así que me tuve que matar estudiando para una prueba. Siquiera en las asignaturas más conflictivas para mí, como lo son las ciencias, estudiaba tanto. De hecho, prefería sacarme una nota mediocre antes que esforzarme demasiado en algo que no consideraba útil. Si en matemática no me iba bien y sólo formaba parte del promedio era porque no daba mayores esfuerzos, estudiando una materia que no entendía de un día para otro, con los consiguientes resultados de una nota 5. Pero lo que me ocurrió ayer superó mis expectativas: estar toda una tarde estudiando diferentes documentos para la semana entrante. Es decir, ocupar un día que antiguamente ocupaba para salir a tomar oxígeno, enclaustrado bajo una luz y mil papeles por leer. Lo bueno, es que leo cosas que son de mi interés, y no cosas obligatorias de todo un poco como lo era en el colegio.

Y es así como comienzo a acostumbrarme a los primeros grandes cambios de etapas. Como una profesora me decía, “ahora tendrás que estudiar un poco más”, pero no es algo a lo que le tenga miedo. Más bien, el cansancio de hacer cosas que gustan es agradable y satisfactorio, y creo que con el paso del tiempo, podré acostumbrarme mucho mejor al sistema de cambiar tiempo de entretención por aprendizaje.

Saludos!


Kinkan ®
http://fotolog.com/kinkan

viernes, 9 de marzo de 2007

Primera Semana

Las cosas sucedieron un tanto distintas a lo que tenía pensado. Primero, porque pensé que iba a tener aunque fuese un poco de tiempo de ocio para sentarme a escribir pensamientos en word para luego poder subirlos al blog. Segundo, y que forma parte de las causas que desencadenaron lo anterior, tuve clases desde el primer día, incluso falté a la primera clase porque pensé que no había y luego me enteré de que sí, al menos no pasaron materia, pero luego el susto de perder una clase fue suficiente para que nunca más se me olvide alguna clase.

Primer día de universidad se inicia con el desayuno en la Cafeta de la Casa Central, y hasta me entregaron una invitación para la entrega de las Becas el jueves. Tarde: clase de fundamentos de lingüística y literatura, nótese que era el primer día. Luego de deambular por muchos lados, Valpo – Viña – Valpo, comenzó el Encuentro al Atardecer en el Muelle Barón. 19.00 horas con un sol impresionante ingresando y luego viendo los shows bastante buenos, sobre todo el de teatro. Luego el recital de Sinergia que fue espectacular. Resultado: 23.00 horas, llegando a mi casa a estudiar el texto que tenía para el miércoles. En resumen: primer día, miles de cosas, pero lo pasé bastante bien.

Martes, día interminable, inicio a las 8.15 hrs y término a las 20.30. De Valpo a Sausalito, un día extremamente agotador que se ha convertido en el día que más “amo” de la semana, claro. Me ha costado un tanto acostumbrarme, puesto que todos los días me he acostado tarde, y al otro día me cuesta despertar, pero creo que con el tiempo me acostumbraré.

Miércoles se inicia el temor, pues ingresan los alumnos de 2do año, y aumentan las probabilidades del temido mechoneo. El primer susto fue el lunes, cuando nos encontramos con carteles alusivos al tema. Luego, hoy viernes, a las 9 y algo de la mañana, cuando, sorpresivamente, comienzan a golpear la pared, y luego lanzar una pequeña nota por debajo de la puerta. Obviamente, lograron llamar la atención de todos y de que no pudiese volver a tomarle atención a la clase. Y luego, sólo era un susto, pero de que se viene, se viene.

Y así ha sido esta primera semana universitaria, con muchas emociones de todo tipo. Escribo esta pequeña bitácora para que sepan algo de mi existencia, de que aún sigo con vida ja ja ja, pero la próxima semana les aviso si definitivamente sigo exhalando el CO2 del cual luego consumirán las plantas.


Saludos!



Kinkan ®

domingo, 4 de marzo de 2007

Un Nuevo Mundo.

Me resigno a pensar que las vacaciones comienzan a quedar atrás, aunque en el momento que escribo esto, estoy tranquilo pensando que aún queda 1 día para disfrutar, siempre viendo el lado optimista del asunto, pues así estamos más alegres y vemos la vida de una mejor perspectiva. Todo voló, como ya lo conté en un comentario, y ahora sólo me queda aceptar la nueva etapa que se viene, una etapa que por mucho tiempo creí imposible, “no, si aún falta mucho para eso, de ahí a que yo llegue… “ pero me doy cuenta que ya llegué, como si hubiésemos dado un estirón de tiempo y no nos diésemos cuenta de ello, y es, precisamente, esa etapa a la que estoy a punto de ingresar.

Mentiría si digo que estoy al 100% tranquilo, pues estoy con todas las ansiedades y los miedos de algo nuevo que comienza. Universidad, suena como una palabra tan grande, tan potente, tan llena de misterios e ideas de las cuales me haré parte, me siento ingresando al universo del conocimiento, estando casi a un paso de conocer lo que será el resto de mi vida. Claro, todos te dicen que es la mejor época de tu vida, y espero vivirla de ese modo, pero el temor a lo nuevo es algo casi instintivo. Y más aún en mi caso que tiendo a ser un poco hiperbólico con las situaciones, y ya estoy sintiendo algunos efectos típicos del nerviosismo. Sólo espero estar totalmente apto para rendir aquellos exámenes que muchos temen, o, mejor aún, eximirme, una palabra que creo que adoraré cuando la logre.

Y por el lado de la enorme ansiedad que siento, debo decir que siento ciertas ganas de empezar pronto, aunque durante el año sólo quiera regresar a mis vacaciones, tiempo de ocio extremo, dormir hasta la hora que quisiera como hoy, que desperté a la 1 de la tarde, y no sé en cuanto tiempo podré volver a hacer eso. Tener el tiempo disponible para mí, para hacer lo que quiera, para poder sentir un arrebato de inspiración a las 4 de la mañana y hacerle caso, sentarme a escribir hasta que me diga basta, es todo por hoy. Creo que durante el año será un poco más difícil hacerle caso, pues de hacerlo, me jugaría en contra durante el día, pero bueno, ya estuve acostumbrado a dormir 5 horas diarias alguna vez, aunque no sé si sea lo mismo. Volviendo al principio, quiero entrar para conocer mis salas, mis nuevos compañeros y mis asignaturas, saber cómo va a ser todo, y sentirme parte del nuevo mundo al que hemos llegado.

Ya me estoy imaginando cómo será el día de mañana, descendiendo del bus, caminando hacia la Casa Central de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso, mirando a todos lados, mirando la gente que pasa a mi lado y tal vez me mira con extrañeza, pensando “¿eres nuevo aquí?”, lo que será cierto. Me veo ingresando y sintiendo el aire de toda una generación que llegará hasta mis pensamientos y quedará en mi corazón, preguntando hacia donde debo ir, y luego, comenzar a sentirme alumno de una institución que había sido para mí un sueño durante toda mi vida. Los sueños llegan aunque se demoren, comienzo a darme cuenta, es bueno proyectar los sueños a un tiempo, porque el tiempo pasa y, a veces, nos ayuda a darnos cuenta de que el tiempo no pasó en vano.

De momento, sólo escuchar la música de siempre, como si nada hubiese cambiado, aunque en realidad, sólo piense en eso. Quiero que sea una gran etapa de mi vida, conocer gente, conocer parte del mundo, y, si Dios quiere, romper barreras de fronteras y conocer el mundo a través de mis palabras.

Saludos!


Kinkan ®

sábado, 3 de marzo de 2007

Camino de Luces

Campos de fuego
Se mantienen intactos,
El sonido de pasos
Como lejanos,
Estando cercanos,
Sumido en el mundo
Que sólo puede verse
Con los ojos cerrados,
Callados,
En confianza,
Resignado
A que Dios
Está siempre de nuestro lado.
Luces eternas
Que brillan
En nuestra presencia
Y tal vez ausencia,
Eternamente,
Si así se quiere,
Sintiendo la caricia viva
Y su calor candente,
Un abrazo escondido
Por siempre añorado,
Invisible,
Espiritual
Y cercano.
Todo unido
En un pequeño minuto
Que corre
Sin saberlo,
Que corre desprevenido
Y tranquilo,
Por primera vez,
Quizás,
Que se olvida
Que siempre fue regido
Por barreras secretas
Que le cuesta entender.
Camino de luces
Que viene desde lejos
Y acercándose
Los miles de recuerdos
Que vienen y van
Del pasado
Al futuro,
De un lado a otro
Sin tener detención,
Dejando fluir el río
Y el corazón,
Viendo el alma
En su máximo esplendor
Y su sangre viva,
Apasionada,
Renovada,
Bella,
Luces eternas
Se mantienen intactas,
Para caminar
Y volver
Una vez,
A su recuerdo.


"Camino de Luces"
Cristian Briceño González


Kinkan ®
http://fotolog.com/kinkan

viernes, 2 de marzo de 2007

Adiós vacaciones...

Ya parece el cuento del lobo, en que ocurren las cosas tantas veces que, al final, uno ya no lo cree. Tal vez, en este caso, no es una mentira ni nadie que nos haya estado presionando o llamando en momentos inoportunos, o eso espero, sino que, es el mismo tiempo el que nos comienza a jugar de una manera loca. Fugit irreparabile tempus es como sería definido en latín, y en español actual, lengua romance derivada de él, la irreparable fugacidad del tiempo.

Ayer me puse a observar fotos de todos los tiempos que tenía guardadas en un CD. Y uno se da cuenta como ha cambiado sin notarlo, incluso encontrarse con las fotos de amigos que también han crecido junto a uno, pero sólo la gente que no nos ve a diario podría darse cuenta de ello. ¿Acaso nos hacemos insensibles a los cambios? O tal vez, simplemente, los hacemos parte de nuestro esquema mental diario, aunque ahora puede que no veamos a diario a nuestras amistades de la época escolar, lo que no significa que vayamos a perder su confianza y cariño.

Me encontré con unas fotos del mes de julio, cuando por primera vez, y luego de molestar a mucho gente en el intento, tuve mi sesión “metro-gráfica”, con mi amiga Romina. Recordar ese día es como loco, porque pareciera que no hubiese pasado mucho tiempo. A eso de las 5 de la tarde me dice que salgamos, y nos juntamos como a las 6 para partir. Fue muy chistoso, pero lo pasamos genial, y nos quedó a ambos un muy buen recuerdo. El tiempo me ha enseñado a conocer a la gente, y a descubrir grandes amigos.


Otro hito importante en este tiempo fue la licenciatura, PSU, año nuevo, resultados, postulaciones y matrícula, todo tan rápido que apenas nos dejó descansar. Un paseo con amigos al camping “Los Torreones de Quillayes”, camino a Colliguay, la llegada de febrero y otro 14 de febrero acompañado de mi ángel del amor ideal, que me he dado cuenta que abarca muchas más cosas que el amor de pareja, lo que es bueno (siempre se aprende algo nuevo, esperando que sea bueno). La despedida de un amigo, caminatas, salidas improvisadas y algunas gotas de inspiración que vienen en momentos extraños, tal así, como en amanecidas en que uno pretende dormir, pero las letras no paran de juntarse en nuevas composiciones que son vistas como primicia por el reloj, que sigue girando, y marcando las 4.17 de la madrugada, mientras todos duermen. Yo no dormía, pero soñaba de todos modos.

Finalmente, la playa, las toallas tiradas en la arena y las huellas que quedan, que son borradas por el mar que pasa. ¿Es posible olvidar los malos ratos, el rencor, el dolor, las tristezas y todos los fantasmas del miedo, en sus distintas formas, que aparecen en nuestra vida? A veces quisiera ser así, olvidar muchas cosas, pero me he dado cuenta de un triste defecto que pretendo aprender a limpiar: el rencor. A veces puede ser por un poco de orgullo que es necesario, pero cuando se va al extremo, suele ser dañino, para uno mismo y para quienes te rodean. Caminar y sentir las olas, sentarte y respirar la fresca brisa marina, contagiándote de esa buena onda, del aire limpio que te invita a soñar y quedarte en ese pequeño paisaje terrenal, ves como la gente desaparece, ya no es la misma cantidad que había en enero, no, ya todos han regresado a sus casas, a sus trabajos, a la conquista de nuevas metas. Todos se van, para darle vida a otros motores, pues el trabajo también es vida, aunque cueste aceptarlo, el trabajo de cualquier forma, ya sea la profesión o el estudio, ambos con igual de importancia, unos más “productivos” que otros.

Pero lo que nunca dudaré es sobre los sueños, pues las vacaciones no son destinadas para ellos al parecer, y eso está bien. Cada día, aunque sea de estar bajo el sol bronceándose para exhibir alegre el verano en tu cuerpo, es una lucha más por tus sueños. Una oportunidad, pues, a la vuelta de la esquina, sin saberlo, puede estar la compuerta secreta que te lleve a lo que siempre quisiste lograr. A la vuelta de la esquina debe estar el ángel que te hará volar más allá de todo lo que siempre pensaste, sólo es cosa de salir y buscar, sin miedos, sin apuros, porque en el momento menos esperado, llegará.

Los sueños no se van de vacaciones, aunque el cuerpo si lo haga, aunque el cuerpo si lo necesite. Nunca impedí que mis sueños fluyeran tal y como venían, para luego ser plasmados en mi piel y mis cuadernos. Vendrá la lluvia y el frío, los días en que agradeceremos estar en casa durmiendo, los días en que degustaremos las comidas típicas de invierno, días en que no tendremos ánimo del mundo, pero aún así, hemos de seguir. Después de todo, todos los años nos hemos sentido así en algún momento, pero la vida siempre nos prepara algo mejor para la siguiente vez, ¿quién podría negarte que este puede ser uno de tus mejores años? Que desde hoy en adelante, todos tus días serán los mejores de tu vida…

Saludos!


Kinkan ®