viernes, 31 de mayo de 2013

New sun

Sometimes I can see you in the dark
when the music is running out with the stars.
Sometimes I can meet us in the otherside of the mirror
like a shadow that's flying through the sky.
I need to know where to go,
where to go, where to stay,
I need to know the right way,
and then I will never stop.

Like a sound, like a thunder
I will run.
Like a horse so fast,
like a building so strong
we're meant to see the shinning new sun.

Fotografía: Jardín Botánico, Viña del Mar (febrero, 2013)

domingo, 26 de mayo de 2013

Temporal

Como un barco a la deriva me arrojo sobre el viento, a flotar como las aves que cruzan a toda velocidad ese horizonte nuboso que se cubre de lluvia. Cruzo las olas de ese mar inquieto, rompo las olas en la medida que se alza al cielo ese vaivén del inquieto océano que me conduce a la deriva: no sé a dónde voy, no sé qué es el futuro, qué es lo que se viene. Si el presente es una línea contínua, me resulta tan incierto como la vida misma: nunca sabemos dónde todo va a parar. Un presente inquieto y yo me cobijo bajo un paraguas que, supuestamente, me cubrirá del temporal: temo por lo que viene, temo por el futuro, ¿qué es lo que sucederá? A veces me detengo sobre ese mar que se mueve y sumerjo mis pies en esa agua gélida, en esa profundidad inexistente. Me voy sumergiendo de a poco, el agua hasta los tobillos, hasta las rodillas, hasta la cintura: mi silueta se confunde con el temporal y el ruido del viento.

A veces desaparezco lentamente bajo la niebla que humedece mi piel acelerada. A veces soy vapor, a veces soy hielo, a veces soy inercia como un movimiento sin inicio ni fin. A veces soy origen y a veces fin. Me voy sumergiendo hasta el ombligo, sumergo hasta los hombros y mi sonrisa ríe congelada sobre el vapor. Soy un cubo de hielo flotando sobre el mar. Soy un barco a la deriva capaz de soportar cualquier temporal.

martes, 21 de mayo de 2013

Neblina en el puerto.

Mis pisadas quedan plasmadas en ese sereno que cae por los tejados de la ciudad que se ilumina antes de dormir. Comienza el amanecer cuando se despierta el atardecer y, por su parte, el atardecer enmudece cuando la luna se esconde en algún lugar. Y los soles de la noche cantan canciones que no entiendo, cuando las sirenas escondidas aparecen nadando en la orilla de la playa para acompañar a los navegantes que perecieron congelados en busca de un tesoro que nunca existió. Y así, las luces del silencio se van sumergiendo en los pasajes oculttos de esas calles de adoquín por las que caminamos descalzos en busca de una nueva vida. 

Y el puerto se cubre de neblina cuando los barcos anuncian su partida.

viernes, 17 de mayo de 2013

Noche

Arrojado sobre el césped, contaba las gotas que caían desde el techo. La noche había sido fría y, sobre la nieve, aún permanecían las ropas de aquel cuerpo agitado.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Opciones

"De acá no sales con vida. Te pego un tiro en la cabeza o te bebes el café". La cafeína le produjo un paro cardiorespiratorio.

martes, 14 de mayo de 2013

Aprendizajes

Eso de tomarse la vida con relajo suele ser un consejo muy recurrente y al cual pocas veces tomamos el real peso que merece. Seguro que todos pasamos por momentos en que no queremos nada más con la vida y que todo parece venir cuesta arriba, como si todo el mundo conspirara en nuestra contra. Pero con el paso de estos últimos días me he ido dando cuenta que ese famoso consejo parece ser mucho más útil y certero de lo que parece.

Todo comenzó la semana pasada en que me sentí sobrepasado por una situación que me hizo perder los estribos. Fue entonces que recibí aquel consejo que intenté poner en práctica desde ese mismo momento, sin tener muchas esperanzas porque estaba seguro de tener la razón. Pero la situación me hizo cambiar de parecer: para mi sorpresa, el solo hecho de plantearme desde otro punto de vista dio mejores resultados de lo que pensé y observé, con asombro, que los alumnos reaccionaban de otra forma ante mis instrucciones. No me lo podía creer. Y es que el hecho de jugar a ser luchadores no me dio le mejor resultado: eso de ponerse más pesado solo logra que la intensidad aumente por ambas partes y que llegue un momento en que todo colapse. Al final, optar por la estrategia contraria parece dar mejores resultados.

Actualmente, estoy intentando ir con la mejor de las disposiciones y veo que todo parece pasar mucho más rápido: ya estamos a día martes y se avecina un ansiado fin de semana largo que intentaré aprovechar al máximo.

viernes, 10 de mayo de 2013

Sueños raros de una noche de jueves

Y, al dormir, me despierto obnubilado por las luces de esa ciudad incansable, que no duerme, que se mantiene viva, que ruge, que sueña despierta, que crece, que salta, que juega, que ríe, que baila y canta. Esa ciudad que me dio cuna, esa ciudad que me vio volver a dormir abrazado a su regazo. Me despierto anestesiado por los sonidos subterráneos que provienen de las calles, de los edificios neoclásicos que me hacen sentir en un mundo diferente con ese color a mar que pinta de ilusión cada paso de los transeúntes acelerados en busca de un destino. ¿Hacia dónde vamos? se cuestionarán una y otra vez, quizás sin encontrar una respuesta momentánea. Me despierto porque... ¿por qué me despierto si añoraría dormir hasta el mediodía? ¿Por qué me despierto si lo que quiero es soñar? Los gritos de algún transeúnte, de algún fantasma o qué se yo. 

Y, de pronto, casi sin saber, me siento en una banca a esperar el próximo vuelo que está próximo a llegar. El aeropuerto es extraño... y no sé qué es lo que espero. Los aviones tienen diseños extraños: quizás tenga relación con algo de aerodinámico para que puedan volar mejor. Y claro está, veo el primer avión descender sobre la pista en una posición extraña, quizás demasiado inclinada como si estuviese esperando chocar con la tierra. Aterriza de golpe, toca el suelo y se detiene ante la mirada de todos los que no entendemos por qué. Está claro, la tecnología lo puede todo y cada día debemos acostumbrarnos a nuevas sorpresas. Y yo sigo esperando aquel avión que no sé cuándo vendrá, ni a quién traerá, con qué encargo, con qué mensaje, en qué contexto, con qué finalidad. Me detengo a observar el siguiente avión que se avecina a paso apresurado y algo se ve extraño: no viene hacia la pista. ¿Qué sucede? El avión sale del recinto y choca con la torre de control ante las voces de sorpresa de los espectadores, pero, al parecer, vuelve a su destino por una maniobra extraña del piloto. Vuelve a la pista y da un vuelco extraño: el avión se sale de la reja en dirección al lugar desde donde lo observamos venir, sin sorpresa, casi sin con resignación porque de seguro sabíamos que eso estaba por suceder. Veo la punta de la nave que pasa sobre mi hombro al momento en que lo esquivo.

Nunca supe si logré salvarme o no de aquel extraño accidente. Me desperté a las 5 de la mañana cuando esperaba que el despertador sonara en 90 minutos más.

martes, 7 de mayo de 2013

Decepciones

Me siento un poco decepcionado. No sé si de mí mismo, del mundo o de la gente: la decepción y frustración se gatillan por una serie de elementos que muchas veces están relacionados con las circunstancias. ¿Cómo sentirme frustrado en momentos en que todo parece estar muy bien? No me quejo de mi vida porque considero que es excelente, he tenido varios logros en el último tiempo que me hacen estar en una posición considerablemente mejor que el año pasado, pero ¿qué es lo que está haciendo falta? Claramente sé qué es lo que no me está gustando, el problema es que se me está olvidando qué es lo que quería en la vida. 

Siento que hay mucha gente que tiene buenas intenciones con el mundo, que intenta apoyarte en lo que pides, pero que a la larga muchos de esos esfuerzos se traducen en acciones que no se ven. Estoy pecando de querer todo demasiado rápido, de ser impaciente, de creer que los milagros se gestan de un día para otro. Quizás, estoy pecando de creer que las realidades planteadas en las películas son así de mágicas en la realidad. Todos hablan de "entregarse", de dar lo mejor de sí, pero creo que pocos te hablan de la frustración y evidente negación a continuar haciendo algo cuando todos tus esfuerzos parecen no tener efecto. ¿Qué hacer en estos momentos en que sabes que no quieres salir corriendo? Porque es cierto: no quiero salir corriendo, porque la balanza indica que hay muchas más cosas positivas que negativas en el asunto. ¿Cómo puede ser posible que una mancha negra pueda estar nublando toda mi visión? No lo sé: soy persona y, por más que intente abstraerme de las situaciones, tengo sentimientos muy fuertes que están relacionados con mi personalidad.

Admito que me estresa ver ciertas caras y que cuento hasta 10. ¿Quizás sea necesario contar hasta 100? Nadie, definitivamente, dijo que esto sería fácil y veo que el medio para lograr tus sueños es difícil. El problema es que a veces siento que estoy perdiendo el rumbo y no sé qué es lo que quiero: recuerdo alguien que una vez me dijo que el ser humano moría cuando perdía sus sueños. Tengo miedo de esa muerte, tengo miedo de convertirme en un ser perdido como tantas otras personas a las cuales, supuestamente, debemos hacer encontrar el rumbo. Metas a plazo: ¿1 año? ¿2 años? ¿5 años? No sé cómo se mide el tiempo. No sé nada. 

Trato de mantener la calma, pero hay situaciones que me sobrepasan. ¿Cuánto tiempo seré capaz de aguantar esto? Porque, definitivamente, si estoy en esto es por algo: las coincidencias no existen. ¿Qué es lo que la vida quiere que aprenda de esto? Tengo tantas cosas que aprender: me vuelvo a sentir tan pequeño en medio de un mundo que es enorme. Aprender, aprender, aprender... ¿a hacer que el mundo sea mejor? ¿A generar conciencia de que la gente puede crecer? ¿Aprender qué? Adquirir experiencia para la vida. Mantener la calma, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once...

viernes, 3 de mayo de 2013

Hola, Mayo

Increíblemente, ya llegó este quinto mes del año y con ello el olor a mar, la locura del tiempo y la primera lluvia, que este año no quiso ser nada menos que una espectacular tormenta eléctrica que iluminó los cielos durante la noche. Con razón leía en twitter comentarios tales como "hacía tiempo que no veía una tormenta tan power en Valparaíso" ya que solo tengo recuerdos de una tormenta eléctrica en el año 2008 cuando los truenos hicieron temblar mi casa. Creo que todavía me sorprende ya que en Chile no es del todo común que ocurra este tipo de fenómenos.

Llegó la lluvia, pero los problemas a mis cuerdas vocales comenzaron hace rato. El IST no hizo más que fastidiarme: de un lado para otro, que urgencias, que nadie sabe qué y puro blah blah. Me cayeron mal y al final me fui todo deprimido. Lo bueno es que me acordé de otro dato -al cual no le haré publicidad aún, hasta comprobar su calidad- y quedé bastante conforme, por poco dinero y sin tantos trámites como en aquel lugar. 

Llegó el quinto mes del año y veo que diciembre no se ve tan lejano. Veo que las planificaciones empiezan a avanzar y ya te das cuenta que estás a mitad de camino y más allá: en menos de dos meses tendré que estar cerrando el semestre para darme cuenta que el tiempo se hace nada. Me siento en ese proceso de aprender a disfrutar el trabajo y que, al final, hay cosas que ya no están relacionadas contigo sino con el ambiente y con los otros agentes del proceso. Si uno se cae, más allá del suelo no vas a pasar. Llegan tantas cosas y el tiempo se sigue yendo: es la ley de la vida adulta en que todo se pasa tan rápido, pero parece ser un buen indicio. Llevamos un mes viviendo en Valparaíso y disfrutando cada día de las luces que iluminan los cerros, de sus calles extrañas, de su gente loca, de su mundo tan sui generis

Simplemente: hola, mayo. Que seas un buen mes.