lunes, 30 de marzo de 2009

Viajar

Me gusta ir de viaje, ¿a quién no? Tal vez a la mayoría de la gente le guste, aunque tampoco descarto la posibilidad de que haya gente que prefiera mantenerse en un mismo lugar... cada quién con sus gustos y cada loco con su tema (así es el dicho, ¿o no?). Y precisamente hoy me senté en Muelle Barón a conversar con la Avellaneda, luego de que nos suspendieran una clase porque-una situación detestablemente increíble- a los de ingeniería comercial se les ocurrió hacer una ayudantía en nuestra sala; nadie se preocupó de que nosotros tenemos clases ahí y la tenemos reservada hace harto. En fin, ese es el doble estándar de las instituciones católicas: si tu carrera es más barato, olvídate de beneficios tan mínimos como tener una sala donde quepas cómodamente. Y comenzó ese viaje hacia la nada que concluyó con la idea de ir a dar una vuelta al popular atractivo turístico de Valparaíso: estábamos como a dos cuadras.

Mientras pasaba la hora y conversábamos de 20.000 cosas por minuto, me acordé de cuando llegué de regreso a la región que me vio nacer. Me bajó una cierta nostalgia de pensar los 4 años que viví en Punta Arenas y el extraño momento en que tuvimos que regresar: esa sensación de que dejas una ciudad y que vas hacia otra a vivir, pero te mantienes en un momento en que no pertenences a ningún lado: la ciudad que dejas ya no es tu hogar y la ciudad de destino aún no aparece, aún no vuelves a pertenecer a ella. Estuve pensando mucho en esa sensación ambigua de ser del aire, de la naturaleza y de la esencia colectiva de la humanidad: ¿es esa la esencia de viajar? Viajar con la luz y con toda la belleza que podemos encontrar, conocer y disfrutar, aprender.

Pero siento que necesitamos pertenecer a un lugar, de todas maneras. ¿Cómo se explica ese sentimiento de no ser de ningún lado por algunos días? Porque no es lo mismo cuando uno viaja de vacaciones en lo que realmente puede decir que regreará a su hogar, pero es distinto cuando viajas a vivir a otra ciudad, sobre todo cuando siquiera sabes bien dónde queda la casa que será tu hogar. Pensamientos relativamente interesantes que me embargaron de pronto, todo a raíz de una canción -la última canción- que escuché en esa austral ciudad, capital de la Patagonia y sus encantos, mezclado con el sorpresivo calor que me recuerda al verano que ya se fue.

2 comentarios:

Ada (sin h) dijo...

ohhhhh

yo escribí también algo sobre el viaje una vez

es que el viaje es uno de los topicos más usados en la literatura (no vas a saber tú, estudiante de lenguaje xD)

ya
mejor lee mi entrada (si quieres) porque eso es lo que opino al respecto.

http://acercame.blogspot.com/2008/05/san-martn-returns.html

Nina Avellaneda dijo...

No soy de aqui ni soy de alla , no tengo edad ni .... jaj quien cantaba esa?