viernes, 11 de marzo de 2011

Pensamientos tsunamiados.

Había quedado de reunirme con Karina para caminar por los cerros de Valparaíso, pero al llegar al lugar acordado, nos encontramos con los rumores de que cerraban la Avenida España a las 5 de la tarde (después a las 6 y, finalmente, me vine a eso de las 6.20 y todavía todo funcionaba con normalidad), por lo cual nuestro paseo se vio truncado de manera sorpresiva. Claramente, no había otra opción que autoexiliarse o autoevacuar y de manera voluntaria, porque hasta esa hora aún no había información respecto a la evacuación masiva que se ha decretado para todo la zona costera de nuestro país. Aproveché de conectarme a internet en el celular mientras venía en el metro y miraba a la gente que se subía: "no hay ambiente de tsunami", pensé, pese a que es bastante estúpido mi comentario. ¿Qué es el ambiente de tsunami y cómo voy a saberlo si nunca he estado en uno? Acá en la zona no hubo el año pasado y yo tampoco estaba, así que mi opinión al respecto equivale a cero.

La gente se subía al metro y comenzaba a llenarse en las estaciones subterráneas de Viña. Y yo seguía twitteando desde el celu, entretenido, escribiendo estupideces. La tecnología que nos crea adicción. Pero había que twittear porque ese no era un viaje cualquiera: era mi autoevacuación improvisada y voluntaria. Había gente un tanto asustada y lo que más me sorprendió, fue escuchar algunas llamadas telefónicas. ¡Sí, soy un copuchento y qué! Una señora que hablaba con alguien -su comprometido, patas negras, amante o qué se yo- que le decía que se había decretado la evacuación de todas las zonas costeras. Lo dijo con tal cara de pánico que me empecé a asustar yo un poco, incluso tuve la intención de ponerlo en twitter, pero me dio la impresión de que iba a generar pánico colectivo: efecto ondas polares miles, tsunamis cibernéticos y lo mejor fue quedarme en silencio. De todas formas, entre la Estación El Salto y la Estación Quilpué (a la altura de Paso Hondo), el paso es tan hondo que se va hasta la señal... y ni ahí con la tecnología. 

Me sentí a salvo al bajarme del tren en la Estación de Quilpué y ver que era mucha la gente que descendía. Ahora me informan -por interno, como dirían los programas- que las micros vienen llenas desde Valparaíso y que todo el mundo está próximo a ser presa del cólera. Incluso están apareciendo mapas de la posible inundación que, en el caso de Valparaíso, sería muy poca. Qué bueno, porque después de todo, no quiero quedarme sin casa de estudios. La idea resulta tentadora, lógicamente, pero se debe de controlar los instintos. Es extraño esta de la sicosis colectivas y el vacío completo de las ciudades: había demasiado poca gente y eso me parecía surrealista. ¿Qué irá a suceder?

Me imagino que todo va a quedar a oscuras y en silencio. Mañana habrá que ver si es que, efectivamente, las ciudades amanecieron "tsunamiadas" (como dijo una amiga) o no. Claramente, la palabra suena a otra cosa que queda a la imaginación del lector. En fin. No seré como el gobierno que da anuncios a cada rato, pero probablemente me quede hasta tarde para saber qué es lo que sucede. Ya estoy en casa a varios kilómetros lejos del mar así que acá, nada flota.

1 comentario:

Machuk dijo...

Ni pa la replica de grado 7.0 hubo tanto show.

ademas lo que paso en conce, es lo mismo q pasa en stgo o valpo cuando llueve con tormenta durante 1 dia.

yo aca en una zona de "inundacion" me ahoge solamente en mis sueños.

en fin...no voy a seguir comentando jajajaja, pq no quiero llegar a opiniones desagradables.

solo digo... "Fear"

xau