miércoles, 30 de marzo de 2011

Choque de neuronas

El tiempo se escapa de las manos como el agua entre los dedos, así como decía una antigua canción. Ahora, al ventrilocuo se le cae el mentón y se rompe en mil pedazos su rostro, mientras intenta decir adiós una y otra vez. El tiempo es un instante, una hora es un segundo y un segundo es imperceptible. Quizá, más lento que un latido, quizá más rápido... no lo sé. 

Echarse a volar en un solo instante es tan fácil como cerrar los ojos, mirar la ciudad desde el balcón y ver la vida que hay en los cerros. Tan rápido como decidir algo, el choque de las neuronas y tu agenda ya tiene un nuevo plan para la próxima semana.

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