Y un día cualquiera, así de la nada, se le apareció ese mensaje como un genio que de pronto sale de una lámpara mágica, arrojada por el mar y que llega directamente a sus pies. Sí, un día cualquiera comenzó a darse cuenta de que tenía los materiales necesarios para construir un barco y echarse a navegar por los 15 mares (sí, son mucho más que 7). A su lado estaba el genio hablándole de mil cosas, de cómo martillar en el clavo correcto y no morir en el intento. Martilla, martilla, poco a poco la embarcación será lo suficientemente firme como para lanzarse a navegar.
Estaba sentado en la arena, a pocos pasos de la orilla: el agua llegaba suavemente y le sonreía. El horizonte a lo lejos se veía tan bello como lo que sólo él consideraba como bello. Se durmió pensando en el gran día: cada vez, faltaba menos.
Estaba sentado en la arena, a pocos pasos de la orilla: el agua llegaba suavemente y le sonreía. El horizonte a lo lejos se veía tan bello como lo que sólo él consideraba como bello. Se durmió pensando en el gran día: cada vez, faltaba menos.
2 comentarios:
Te comento solo porque soy la galleta , pero en verdad no entendñi na :s .
Saludos kin kaaaan
y suerte con lo de Elvira , yo quiero leer eso !
Después entendí lo de la galleta xD
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