sábado, 9 de mayo de 2009

Como la vida misma

Es algo tan sincero como el encuentro programado con tus amigos de infancia y las palabras que, por casualidad, se cruzan en un momento determinado, en un momento crucial. Sí, siempre es grato encontrarse con los amigos de toda la vida y conversar de todo lo que te ha pasado, de lo que has hecho y de lo que quisieras hacer... de las cosas que te tienen enrabiado y ya te hacen doler la garganta, de esas coas que sabes que debiste haber hecho y aún, por temor, no has podido hacer. Y así es la vida, con todas sus distintas aristas, pensamientos y sensaciones, con esas cosas que le suceden a uno de repente que lo hacen pensar que la vida no te trata como corresponde o, en el mejor de los casos, que eres un ser bendecido por la divinidad al ver una sonrisa en el camino.

Claro está que los amigos siempre te dicen las cosas tal y como son: duras, fuertes y a veces hasta dolorosas. Por eso son amigos, definitivamente. Lo bueno es darse cuenta de que cuentas con gente importante, que estará dispuesta a decirte las cosas que corresponden sin mayores preámbulos (así de simple, si es que te has portado como un hueón, te lo dicen y ya). Y lo entretenido es ver que se te pasa la hora y no te aburres de conversar e, incluso, no te aburres de que te reten porque tienen razón.

Es chistoso ver que, de una u otra forma, estamos en un mismo punto, un mismo momento del cual queremos determinar cuál será el futuro. Y así es la vida, inconclusa, sin final, a la espera de que algo suceda... como la vida misma.

2 comentarios:

Ada (sin h) dijo...

:)

cierto

Nancy dijo...

La amistad es lo mejor del mundo! Que bueno que tengas un concepto tan completo de amistad.
Sigue escribiendo,leeré.
Saludos desde Perú!