Trazando los horizontes lejanos de la penumbra
allá entre las nubes un extraño mundo se vislumbra,
allá donde cantan los ángeles y ruiseñores
en voces que configuran extrañas canciones,
bailan las musas pintadas de ilusiones
y la lluvia desarma, pronto, todas las desilusiones.
Soñar con el sueño,
saber que en el sueño se puede volver a soñar.
Donde las palabras se transforman en motores,
donde tu entrada se anuncia con honores
y la fiesta primaveral es eterna.
Allá en las alturas se pierden tus alas
que revolotean tan ligeras como la seda
y se encienden como potentes llamaradas.
Soñar con alcanzar las alturas,
allá donde todos los males se curan.
Alza el vuelo, volador, volantín,
cruza las nubes en un segundo, sin temor,
vuelva tan alto como puedas
y jamás te detengas, como un platillo volador.
Fotografía: Avda Borgoño mirando hacia el mar, Concón.
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