Dormiré abrazado a tu cuello tan gracioso, tan suave.
Soñaré con tu pelo encendido en llamas, salvaje.
Te abrazaré en el silencio de los mundos,
cuando nadie más nos oiga,
cuando nadie más esté despierto.
Te besaré hasta en los sueños,
a centímetros de distancia.
Porque aunque no esté contigo,
lo único que hago es pensar en ti.
Si miro el mar es porque te busco entre las olas que explotan,
te busco en el cielo profundo.
Te busco en cada sombra que pasa mi lado,
en los rincones más ocultos que nadie puede ver.
No hay un instante en que no piense en ti.
Fotografía: Belloto sur, Quilpué.
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(K)
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