Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
sábado, 16 de abril de 2011
Cosmovisiones
Cada quién es libre de pensar lo que quiera, aunque, asimismo, los otros tienen el derecho de sorprenderse de sus pensamientos.
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