domingo, 16 de agosto de 2009

Fragmento de "Epílogo: El Camino no termina"

Dibujar, los jardineros? Allá no es lo mismo que acá, y eso está más que claro. Aunque era demasiado tarde para hacer algo que pudiese remediar sus errores del pasado. Caminaba por inercia, sintiendo los golpes de una fuerza invisible que le hablaba incoherencias al oído, amenazándolo con el final que ya no podía evitar. Sus pies sangraban y las huellas rojas quedaban en el camino, mientras las cadenas parecían hacerse aún más poderosas: a ratos creía morir asfixiado cuando alguien tiraba de la cadena que llevaba al cuello, como quien arrea un ganado. El camino se hacía más y más difícil, de pronto cayó al suelo, invocando por su salvación. Abrió los ojos y vio la silueta de un ser que no era humano. Sintió que se le acercaba y lo tomaba desde el cuello, quitándole el oxígeno. En tan sólo un segundo, su mano le atravesó el pecho y luego lo arrojó sobre el camino. Y ahí quedó tendido; nadie le preguntó si esa era la salvación que buscaba.

1 comentario:

Bárbara dijo...

Es como un cuento de terror, ahora que ya lo aprecio un poco más creo que puedo entenderlo.
Saludos