lunes, 6 de septiembre de 2010

Ideas claras

Nunca tengo una idea clara de lo que voy a decir. Tampoco sé si cuando tomo la micro, se irá rápido o si se encontrará con un enorme e interminable taco. Tomar el metro a las 5 de la tarde ya no es una experiencia agradable como solía ser hacía algún tiempo: la gente de agolpa sobre los vagones, apenas hay espacio, apenas hay oxígeno, apenas hay un lugar en el cual descansar la mirada sin encontrarte con la de otra persona con cara de qué-sé-yo. La gente se sorprende cuando alguien sonríe aunque sea por cinco segundos, porque vienes escuchando una canción divertida. Y aunque la única excusa que tuviese fuese porque esto es África o cualquier otra estupidez mental que se me viniese a la cabeza en el primer momento. No es necesario decirle a la mente que se ponga a pensar: no es necesario presionar el botón 'play' para que comience a navegar en un arsenal de conexiones fugaces, inalámbricas, cableadas, cabreadas, cansadas o lo que sea. De un momento a otro se echa a volar.

Pensaba tantas cosas al bajarme en la Estación Chorrillos, tratando de dimensionar que, lentamente, el día se comienza a alargar y que en algún tiempo más, veré que hay mucha más luz de la que veo ahora. No digo que ahora sea todo noche, pero tampoco que todo sea día. Quizás, no quiero ni lo uno ni lo otro, pues, ya lo dije una vez, nunca tengo una idea clara siquiera de lo que voy a pensar.

1 comentario:

Ada (sin h) dijo...

Cristian!

cuándo voy a poder escribir en prosa tan bien como tú?? >:(

jajaj
un beso