lunes, 13 de septiembre de 2010

Azares de la vida cotidiana

La vida cotidiana es mucho más divertida de lo que parece. Al menos es lo que he comprobado el día de hoy, en un lapso de menos de 2 horas. Y todo tiene relación, en cierta medida, con la vida académica o con la vida relacionada con el ambiente universitario de caminar de un lado a otro en busca de clases o de hacer la hora para irte a otra clase que, finalmente, decidiste decir 'paso'.

La primera de estas situaciones sucedió en mi clase de Francés y Portugués en simultaneidad a eso de las 4 de la tarde. Entonces mencionan una palabra francesa cuya traducción al inglés tendría relación con 'encourage' y entonces la profesora pregunta qué es lo que significa dicha palabra. En ese momento me sucedió algo similar al inicio de la novela "Cien años de Soledad"... y que en mi caso sería algo así como 'meses después, en una sala de clases, se acordaría de la vez en que, conversando con un polaco, aprendí como se decía incentivar en inglés.." Creo que nadie entendió el motivo de por qué me eché a reír en silencio. Es claro que cada situación y cada aprendizaje, por muy mínimo que parezca, en algún momento va a ser de utilidad; no me imaginaba que esta iba a ser una de las instancias en que iba a notar esa utilidad.

La segunda de las situaciones ocurrió cuando me devolvía caminando por la Avenida Brasil. Fue en un lapso pequeño en que un vehículo dobla por la calle que yo pretendía cruzar y, por consiguiente, me quedo esperando para poder continuar mi camino. Llevaba la ventana abierta y entonces escuché una canción que nunca pensé que iba a escuchar en la vía pública acá en Chile: "Stereo Love" de Edward Maya, canción que escuché hasta el cansancio durante toda mi estadía 'Erasmus' en España. Otra extraña sonrisa en un día soleado con viento, tan característico de septiembre.

Así, en menos de 2 horas, vinieron a mi mente varios recuerdos que no pudieron hacer otra cosa que darme ganas de reír. Me devolví caminando y pensé si, efectivamente, tenía ganas de ir a clases. Me quedaba aún como una hora de espera por lo que, sin pensar demasiado, tomé la micro para mi casa. Creo que voy a poner más atención en los detalles del día a día: puede que me encuentre con muchas otras sorpresas que me tengan sonriendo por mucho tiempo.

2 comentarios:

Nobody dijo...

Yo me acordé del "coje, no cojen, se follan" de Marko y Stian y me reí mucho. Además de cuando Lukasz se enojó porque no estaba Bob Esponja en su pan!!! jajajajaja

Cristian Briceño González dijo...

Cierto! Tengo ese video del Bairro Alto de Lisboa. Era viernes santo jajaja qué herejes!

Y lo de Bob Esponja... el museo de los tostadores jajaja

=D