lunes, 22 de agosto de 2011

Carroña

Callará, porque no tiene nada más que hablar.
Será un germen que divulge lo que no han querido contar
y los muros enormes se destruirán con la mirada:
morirán todos los delincuentes,
explotarán sus almas cargadas de sus propias culpas.
Llenarán de rojo el pavimento al instante en que se acabe la carne,
podrida, quemada, putrefacta,
a la espera de ser carroñas.

Carroñas que siempre han sido,
carroñas drogadas de asfalto,
carroñas drogadas de la tinta de un lápiz bic
y quién sabe qué otras hierbas marchitas.
Neuronas acabadas, personalidades esfumadas
de un mundo abstracto en su sistema inexacto.

Se ríen las sombras de su propia ineptitud
de creerse un profeta de testamentos ya pasados,
de decir lo que ya pasó:
de luchar por hacer estúpido todo alrededor. 
Caerá, caerá con su lápiz de tinta roja,
desaparecerá ese falso puño en alto
con su imagen pestilente, del desastre.
Será el humo de la hierba marchita que se quema
y acabará esfumado, como la irrealidad que siempre fue.

Callará, porque ya no tiene nada más que inventar.
La mentira de su mundo ya se está por destapar. 
Desaparecerá, comido por los perros callejeros:
de rojo se nubla la mente como una enfermedad sin curación. 

1 comentario:

E dijo...

pk no lo publicas en el grupo de facebook? xD