Soy alegre, pero también soy estresado. Puede sonreír, pero también puedo poner un rostro tan diabólico que querrían salir corriendo todos los corderos de Dios, aún en semana santa. Es que un no se dá ni cuenta como puede pasar un estado de ánimo a otro en poco menos de 10 segundos, anoche fue el momento en que comprobé uno de los principales motivos de que explote luego de mi dulce silencio hasta una estampida molesta ante lo que consideré una brutal, malévola, desquicida, iracunda, insoportable y temible interrupción.
Anoche escribía: fueron 2 horas y 48 minutos para ser exactos, en que ni una mosca osaba volar a mi alrededor (de lo contrario habría muerto de un brutal zapatazo, no dándole ganas a ninguna otra de pasarse por mi lado). Las líneas se dibujan solas, no quiero que me detengan. Pero es lo primero que haceb. Respondí con un "no", no me hablen, no estoy. Me preguntan una estupidez: la respondo, pero ya perdí una idea. Cierro la puera de mi pieza y sólo la música me acompaña. Sigo escribiendo por un tiempo indeterminado, pocas veces mantengo la noción del tiempo cuando escribo. Y suena mi celular y di un salto tremendo que hasta me hizo dibujar no sé qué cosas en el cuaderno. Apagué el celular y lo lancé a lo lejos, subí las escaleras reclamando y más encima, me reclaman a mí de que tengo mala voluntad. ¿Mala voluntad? No tenía ganas ni de hablar, me cortaron la inspiración por 2da vez. Pero ninguna más; apagar el celular, cerrar la puerta y simplemente, no hablar más. Al menos el barco llegó a su final.
Es inevitable sentirse como Jack en El Resplandor, aunque no a tal extremo. Después de todo, lo que único que necesito en esos casos, es silencio. Un buen regalo sería un cartel que dijera "No molestar".
Anoche escribía: fueron 2 horas y 48 minutos para ser exactos, en que ni una mosca osaba volar a mi alrededor (de lo contrario habría muerto de un brutal zapatazo, no dándole ganas a ninguna otra de pasarse por mi lado). Las líneas se dibujan solas, no quiero que me detengan. Pero es lo primero que haceb. Respondí con un "no", no me hablen, no estoy. Me preguntan una estupidez: la respondo, pero ya perdí una idea. Cierro la puera de mi pieza y sólo la música me acompaña. Sigo escribiendo por un tiempo indeterminado, pocas veces mantengo la noción del tiempo cuando escribo. Y suena mi celular y di un salto tremendo que hasta me hizo dibujar no sé qué cosas en el cuaderno. Apagué el celular y lo lancé a lo lejos, subí las escaleras reclamando y más encima, me reclaman a mí de que tengo mala voluntad. ¿Mala voluntad? No tenía ganas ni de hablar, me cortaron la inspiración por 2da vez. Pero ninguna más; apagar el celular, cerrar la puerta y simplemente, no hablar más. Al menos el barco llegó a su final.
Es inevitable sentirse como Jack en El Resplandor, aunque no a tal extremo. Después de todo, lo que único que necesito en esos casos, es silencio. Un buen regalo sería un cartel que dijera "No molestar".
3 comentarios:
Tan poca paciencia Kinkan!
ud. va a ser profe (aunque se rehuse) :P
A mí la inspiración me viene de golpe.
Quizás tus musas son muy tímidas:O
Mmmm.. momentos de furia?
Típicos, no hay que sentirse culpable por eso.
A todos nos ha pasado en más de alguna vez, al menos da las gracias porque puedes explotar xD
Saludos !
Nos vemos
No lo molesten al ñiño jaj (leáse con tono de queja y burla).
Kin kan me duele la cabeza enormemente y ahora q trato de abrir el aula pa bajar la pauta esa ..no se puede!!!!!!!!!!!!
(muchos pucheros),
estoy completamente perdida y desestructurada y aunque me haga esquemas de "ordenamiento de Carolina " no me resulta !!!!
chaop.
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