Es increíble cómo el "trainning académico" comienza a crear ciertos hábitos que para algunos pueden ser impensados. Tal es el caso de leer que, en mi caso, fue un hábito que mi mamá me inculcó desde pequeño y no me arrepiento para nada de ello; de hecho, me acuerdo que el primer libro que leí fue "Papelucho Misionero" y que todavía me río cuando, por curiosidad o nostalgia, vuelvo a releerlo. No he crecido, tengo 20 años, pero parezco el mismo cabro chico de 7 años que sueña todo el día y lo único que quiere es escribir como loco hasta reventarse, siempre divagando entre pensamientos ficcionales y mundos sobrenaturales. Aunque no sé cuál sería mi real reacción frente a un suceso de esas características.
Sucede que anoche, luego de un día muy ajetreado entre lecturas miles (como todos los días), vi que me quedaba un poco de tiempo y que quería leer algo suave. Encontré en la biblioteca de mi casa -que está en mi pieza por razones de espacio, de lo cual no me quejo en lo absoluto- un libro llamado "El vendedor más grande del mundo" de Og Mandino. Hacía tiempo que estaba ahí y dije que lo iba a leer, pero lo más que avanzaba era hasta las recomendaciones de gente que decía que el libro lo había influido tanto como la Biblia. La verdad es que no lo es tanto, pero si es una bonita historia valórica para cuando quieres desahogarte un poco; claro está, el exceso de moralismo no es algo agradable en literatura (y de hecho, aburre), pero ahí comienza a funcionar el propio criterio de tomar lo mejor de cada cosa.
En breves palabras, se trata de un vendedor, Hafid, que ha alcanzado el éxito y que es por ende, considerado el vendedor más grande del mundo. La historia comienza cuando este vendedor le pide a su fiel amigo y ayudante vendedor, Erasmo, que comience a ordenar ciertas cosas de su cuenta, ante la mirada extraña del último. Hafid le recuerda lo acertadas que han sido siempre sus decisiones y luego le mencionará el motivo de su éxito y prosperidad. Hafid posee un secreto que desfilará ante la mirada de un lector que, dependiendo de su gusto, puede tomarse literal o no literalmente todos los consejos que señalan. A mi juicio, algunos pecan de excesivo conservadurismo, pero sin por eso disminuir su valor. Hafid le relata toda la historia a su amigo, dentro de la cual destaca un hecho en particular que, si se es creyente, despierta un sentimiento especial.
Mi única crítica al respecto es el moralismo presente en el libro; desde mi perspectiva, la literatura didáctica quedó atrás hace mucho tiempo, no es necesario limitarla a lo que lo "socialmente correcto" necesita, hay que dejarla ser libre. Considerablemente recomendable para cursos de orientación respecto a la temática de la perseverancia; nunca dejarse abatir por un "fracaso". Un libro interesante de ser analizado.
"El fracaso no me sobrecogerá nunca
si mi determinación para alcanzar el éxito
es lo suficientemente poderosa"
(Og Mandino)
si mi determinación para alcanzar el éxito
es lo suficientemente poderosa"
(Og Mandino)
2 comentarios:
A mi igual me inculcaron la lectura desde muy pequeña, mi papá es profesor y tenía muchos libros, pero primero, me contaban cuentos antes de dormir, después emnpecé a mirar los libros, quería saber qué diablos decían y de pura curiosidad aprendí a leer :)
Y sí, los primeros libros con los que disfruté la lectura fueron los Papelucho, luego leí toda la colección como 5 veces en mi vida.
=) a mi también me fascina la lectura y es por motivación de mi padre quien llenaba la casa de libros cada vez que salía.
Él por ejemplo tiene este mismo libro ya lo he leído dos veces y te recomiendo "El milagro mas grande del mundo" tmb de Og Mandino.
Oye y con respecto a los primeros libros lejos son los de Marcela Paz al igual q Ada me leí varias veces la colección completa y justito hoy estoy con Papelucho detective y mi hermana Ji :p (por la razón o la fuerza )
chau
(me pasaste a ver ^^ justo antes que me desahucien :s )
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