miércoles, 1 de agosto de 2012

Agosto

Se despiertan las miradas tras un atardecer de colores y un mar que avanza suavemente sobre la arena tibia, quizas mediterránea o pacífica, qué se yo. Las miradas conectadas rumbo a las nubes que sobrevuelan nuestros sueños confundidos entre energía, locura, delirio, pasión, ganas de volar y de correr tan rápido como sea posible para poder recorrer el mundo en un segundo... y poder volver una y otra vez. Las sombras que bailan sobre los árboles saltan a la tierra, iniciando un espectáculo de luces y de fuego: la música del delirio ya nos habla de procesos, de cambios, de renovaciones, de nueva energía. Las luces y la música nos hablan de viajes, de manos entrelazadas y de abrazos tan fuertes que, una vez dados, ya son inquebrantables. 

Los vientos de agosto y sus madrugadas nostálgica tiñen de colores los amaneceres de los valles olvidados por el mar.

Fotografía: Invierno en Limache, agosto 2011.

1 comentario:

E dijo...

Aceptar el cambio facilita el brillo :)