Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
miércoles, 22 de junio de 2011
Una vaca lechera.
Hoy no había rosas rojas en el camino. Pero sí había una vaca lechera.
1 comentario:
Cuidado con las vacas... recuerda las consecuencias que tuvo la aparición de la vaca Palmira.
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