martes, 7 de junio de 2011

Onírico.

La palabra que lo define es distorsión, pérdida del conocimiento momentáneo, absoluto descontrol del tiempo y del espacio: apareces en la Plaza Bismarck y, de un momento a otro estás en otro lado, quizá en Avenida Brasil, quizá en el Muelle Barón pensando en las olas que vienen y van de un lado a otro recorriendo oceános muticolores de mundos paralelos escondidos a la vista de cualquiera excepto a la vista de nosotros que no nos damos cuenta que existe un mundo que gira y gira que avanza hacia cualquier lado y no termina mientras los demás nos miran o no nos miran qué se yo si nos miran nos da igual. La sensación es fuerte, sentirte a mi lado es fuerte, sentir que no hay distancia es fuerte. Pero no estás a mi lado y eso es lo que más me duele, me irrita, me molesta, me enfurece, me enoja, me bloquea, me silencia. Me hace salir corriendo hacia cualquier lado, encerrarme, cavar mi propia tumba y desaparecer de la luz... que nadie me vea. 

Sueño contigo, siento que vienes y que por un instante, esta situación es irreal. Estás a mi lado, te digo que me abraces y la sensación es fuerte, te siento cerca de mi pecho que late nuevamente. Te siento cerca y sonrío. ¿Por qué estás lejos? No estás lejos. ¿Por qué estás lejos? No estás lejos. ¡Por qué demonios estás lejos, por qué demonios no estás a mi lado, por qué demonios siento que quiero sentirte aquí al lado! Porque tiembla, acércate que tiembla, ¿no sientes el ruido de las capas tectónicas? Pronto va a temblar, acércate a mi lado y abrázame porque tiembla. Pronto viene, tiembla, tiembla, abrázame y verás que nada pasa. 

Abrázame para sentirte a mi lado, para sentir que estás aquí. Abrázame antes de que la lluvia torrencial de medianoche me despierte y me quite el sueño, al pensar que todo ha sido tan onírico... otra vez.

1 comentario:

E dijo...

qué lindo que es soñar, soñar no cuesta nada... y no hace falta nada más que tiempo... ♫