Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
martes, 11 de enero de 2011
La vida.
Si, de pronto, tuviésemos que definir cuánto vale la vida de un ser humano. ¿Cómo comenzaríamos dicha definición? Acaso la haríamos en torno a algún número, a alguna moneda de gran poder adquisitivo a nivel mundial. Acaso intentaríamos validarla en cuanto a tiempo, en cuanto a objetos materiales, en cuanto a experiencias de la vida misma, en cuanto a otra vida...
Fotografías: Playa Ralunco, Pichidangui.
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1 comentario:
ya te dije... no vale nada
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