martes, 23 de noviembre de 2010

Un día como hoy que empezó mmm... antes de las 10 am.

Es extraño pensar que ya llegado la última semana del mes de noviembre y que, con eso, llega también el fin de semestre y de año. Sobre todo para mí, que he tenido un año bastante disfuncional, aunque no por ello menos interesante. Resulta tan extraño acostarse tarde sin estar estudiando o trabajando para algo... y levantarse al otro día, llegar a clases -si es que- y ver que no hay nada que hacer. O, bien, llegar a clases y que te encuentres con que no hay clases, solo que al profesor -en un acto de increíble deferencia- se le ha olvidado avisarlo luego de su anuncio de que hará clases los últimos días para contextualizar un poco más. No sé si esta situación puede ser evaluada con un 'cueeck' o con un 'OWNED'. Tal vez, ambas.

Puse la alarma a las 09.00 am con la intención de levantarme a correr: 2do intento fallido... alarma a las 09.45. Salgo de mi casa atrasado, cerca de las 11 de la mañana y llego a la casa central a mediodía, aproximadamente. ¿Qué me encuentro? Todo el mundo sentado fuera de la sala, esperando lo que ya no iba a suceder: una clase de española. Por ahí, alguien se entera de que no iba a haber clases, pero nunca nadie avisó. Una actitud muy deferente por parte del profesor. Todos estábamos con cara de "qué hago aquí", "qué hago ahora" y entonces empezaron a irse. Me quedé conversando con una amiga, hasta que fuimos víctimas de un ataque religioso. Está bien que haya libertad de expresar lo que uno quiere, sí, hablar de Dios, de todo lo que quieran, bien, hablar del amor de Dios y todas esas cosas, ok. Lo respeto solo porque los veo motivados, que creen en lo que dicen y hay que darles una oportunidad, todo bien. Resulta que este ataque duró algo así como 15 minutos y de invitación pasó a ser un verdadero sermón del cual no hallábamos cómo escapar. Si es que acaso querían que fuera a su charla 'para hablar de Dios', entonces la decisión era que no, porque si me iban a dar la lata de la misma forma, era mejor salir corriendo. Prometo que hice mi mayor intento por escucharla y fui bastante respetuoso, incluso la saturación me la contuve. Pero si quieren convencerte de algo, lo primero -lo lógico- es no darte la lata.

Solo queda otra de las actividades académicas del día: una ayudantía de gramática normativa. Son las 14.33 y no hay nadie acá en la sala, es decir, una vez más, esta gente maleducada me ha hecho venir a perder mi tiempo que podría estar ocupando en cualquier otra cosa. Y así de simple, no vienen, no les interesa y después dicen que no les avisas cuando se lo has publicado en todos lados. Espero que no me vayan a salir pelando después porque me aburrí de sacarles fotocopias y los mandé a que la fotocopiaran por sí mismos, luego dirán que no tenían $30 para una fotocopia. Probablemente hasta se fueron a beber y no me invitaron, qué se yo.

En definitiva, mi agenda no es mas que una lista estimativa de las posibles cosas que haré en un día: cambiaré de certeza a una simple probabilidad, ya no hablaré en futuro perifrástico sino en metáforas de subjetividad, eso es más certero. Nunca me imaginé que hacer ayudantías iba a ser tan relajado, al grado de que durante la ayudantía acabo haciendo cualquier otra cosa. Agradezco la conexión a internet que me permite pasar el tiempo, al menos.

3 comentarios:

Berfar dijo...

¡Bienvenido a mi mundo! Es todo lo que puedo decir; para mí es casi pan de cada día en ciertos ramos, y cuando fui ayudante, ídem. Lo único que se sale de mi contexto es la invitación al debate religioso.

Notable de todas formas jajajaja

Saludos!

E dijo...

creo que eso fue solo la mitad del día... lo que vendría después sería la tarde más weird del mundo xD

Cristian Briceño González dijo...

Si todos los días siguien siendo iguales, voy a tener que dividirlos para poder contarlos jajaja