Las olas de colores existen y aparecen cuando menos te lo puedes imaginar. Incluso diría que ya no es ni necesario que te las imagines, porque están ahí ante tu visión un poco sorprendida mientras avanzas por la Avenida Marina a eso de las 7 de la tarde cuando quieres llegar a clase y vas un poco atrasado, producto del taco de la hora y de algún mal consejo de que tomaras la micro en vez del metro, aunque, a decir verdad, te interesa un comino ir atrasado en esos momentos al sentir una extraña sensación en el estómago, por lo cual solo te limitas a sonreír.
No sé si las olas de colores fueron un invento de tu parte para mi visualidad, para creer que podría lanzarme al mar a esquivar las olas y perseguir el arcoiris con la finalidad de encontrar el balde de oro al final. Aunque el balde de oro creo haberlo encontrado ya, pero quién sabe si puede haber otro más. ¿Tú inventaste las olas? ¿Tú inventaste el mar? ¿Tú creaste aquel momento improvisado luego de esperar algunas horas para cumplir algunos de tus deja vu? Seguro tú creaste la esencia para hacerme sonreír de improviso, seguro me envías energías positivas a cada rato para que me eche a reír sin parar y sin entender bien por qué.
Las olas de colores divagan en el mar y yo divago en torno a cada momento, a cada abrazo, a cada palabra de tu nombre que he pronunciado durante tanto tiempo y que he soñado por mucho. Las olas de colores se pierden en la avenida Perú y la micro sigue su camino alejándose cuando lo único que quiero es sentir tus manos acariciándome el cabello.
1 comentario:
Me encantó!!!!!!!!!!!!!!!!!!
y ahora me cuesta comentar xD
No sé quién habrá inventado las olas, pero SÍ eran de colores, y no solo las olas, sino todo lo que rodeó ese momento...
y... no hay nada que entender :)
Muaaaaaaaaaaaaaak!
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