jueves, 19 de enero de 2012

Deja

Oscuridad inminente en un sitio agitado,
las sábanas enredadas en tu piel aún dormida:
sonrió para mis adentros y recuerdo, en silencio,
que hacía algunas horas, alrededor todo era movimiento.

Tu mirada es el deseo y tus labios el instante,
tus manos, el camino; tu cabello, el destino.
Déjame recorrer el mundo,
déjame detenerme y recostarme en tu regazo.

Déjame ser tuyo,
déjate ser mía.
Deja que se nos vaya el tiempo...
dejemos olvidados todos los miedos. 


Fotografía: Claudio Vicuña esq. Los Carrera, Quilpué.

1 comentario:

E dijo...

confieso que me he sonrojado al leerlo, pero me gusta(s)