miércoles, 11 de enero de 2012

La teoría de la luna

Son las 03.06 am y mi mente vuela por los aires cuando las neuronas no logran hacer las conexiones cerebrales correspondientes. Soy un ente, incipiente, creciente, decadente. Sonrío de improviso ante un silencio pasajero, una sombra que pasa, una canción que no sé qué dice y una melodía que repito sin entender. Le pego a las teclas -porque ya no escribo, ahora las golpeo- y Moon Theory canta con ese ambiente nostálgico de un verano naranja que ya pasó. De un verano naranja en el que estoy inmerso y que aún no me he dado cuenta, porque no puedo, porque no me dejan. 

La teoría de la luna: ¿cuántos meteoritos la habrán impactado esta noche? ¿Cuántes veces habrán besado a las mujeres? ¿Cuántas veces le habrán desordenado el cabello? Son tantas las canciones que se escriben en la luna cuando los asteroides aterrizan en sus arenas y comienza la fiesta cósmica. Allá viajan a lo lejos, se pierden, se revuelcan y más tarde encuentran los cadáveres descalzos arrojados sobre las rocas, felices de la fiesta que olvidaron que iban a tener. La conexión llega lejos, 4G, GPS, FaceTime y Skype. Todo es posible en la luna: todo es posible de inventar.


Fotografía: Mi habitación de Albacete, Albacete, España. 

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