lunes, 11 de junio de 2012

Realidades y expectativas

Y, finalmente, el día de la supervisión llegó. En un primer momento pensé que no sucedería ya que mi supervisor no llegó a la hora, pero pasados 5 minutos lo vi en la puerta y entonces ingresó para situarse en el fondo de la sala y comenzar a observar una de las clases que, disciplinarmente, creo que ha sido de las peores. Por un momento sentí bastante frustración al sentir que todo lo que había logrado durante este semestre se iba a las pailas, que me evaluarían pésimo producto de la mala conducta de los estudiantes y que todo lo que me habían dicho -que se portaban bien cuando venían los supervisores, que eran deferentes, etc- se iba a la misma mierda. Realmente los odié, porque nunca antes se habían portado tan mal como hoy. Aunque, para ser sincero, debo reconocer que tampoco preparé demasiado la clase y que, dentro de lo que se puede, resultó bastante bien. 

Salí de la sala con la intención de llorar, con un nudo en la garganta y queriendo lanzarles una mesa por la cabeza: probablemente, cumplir con mi deseo oculto de lanzar alguno por la ventana para producir temor. Pero no se puede, la moral profesional es más fuerte en estos casos (claro, porque a estas alturas me importa un comino la calidad humana). Lo positivo del asunto fue la evaluación final del supervisor quién me dijo que, con lo que había visto, ya podía sacar una nota: en un primer momento, miedo. A mi mente regresó la imagen de bestias salvajes en la jungla tocando tambores y saltando de un árbol a otro. Pero fue mucho más positivo de lo que pensé cuando me comenta que la estructura estaba bien y que mi método, en general, era bastante bueno. Una que otra impresión de hacerlo de otra forma como sugerencia, pero me llevé una buena observación y eso me levantó considerablemente el ánimo. 

Expectativa: los alumnos participando de la clase de manera activa, en silencio, como "buenos ciudadanos". 
Realidad: bullicio, salvajismo, simios colgando de un árbol y haciendo bochinche.

Expectativa: que la reacción de la profesora mentora fuese "genial que te fue bien" "yo también estoy de acuerdo con tu evaluación" "valoro mucho tu trabajo", etc.
Realidad: indiferencia y... más pruebas para revisar.

Expectativa: ¡Váyanse todos a la misma mieeeeeeeeeeerda!
Realidad: "Ya, chicos, nos vemos el jueves y continuamos trabajando" (dicho con una sonrisa)

Expectativa: Poder llegar a dormir y descansar, arrojarme sobre mi cama y olvidarme del mundo real para sumegirme en el mundo onírico.
Realidad: Desarrollo de trabajo de investigación acción para práctica final. 

Así es la vida, ya queda menos de la práctica e intento darme ánimo con el humor: solo 4 semanas y ya está.

1 comentario:

E dijo...

jajajajajajajajajaja me reí mucho, sobre todo con la parte de las bestias salvaje de la jungla xD