lunes, 18 de junio de 2012

Melodías

Ayer te vi mientras caminabas por la calle, Beth, y fue inevitable acordarme de tu voz melodramática que me acompañó en tantas noches de penurias. Aunque el sol golpeara mi ventana con la furia de los 35º de una tarde estival, la melodía de tu figura siempre fue capaz de llenarme de ese frío gélido que, a ratos, me daba miedo haciéndome creer que era el primer contacto con la muerte. Quizás morí en algún instante y luego volví a la vida con uno que otro vaso de ron de esa botella que desapareció en cosa de segundos y que luego nos dejó tirados sobre el sofá, hablando de personajes históricos diversos. Alguna vez, incluso, se nos ocurrió salir a caminar por las calles que ya se cubrían de nieve. ¿Recuerdas que tuve que detenerte cuando se te ocurrió que sería una excelente, novedosa y musical idea la de lanzarte a volar desde el Westminster Bridge y ver si eras capaz de alcanzar una pequeña lancha que avanzaban monitoreada por un fantasma? Ay, Beth, si te ocurren siempre tantas locuras que hasta el día de hoy me hacen reir. 

Anoche me acordé de nuestras citas y preparé un café bien cargado, con el agua recién hervida para observar el humo que empañaba esos lentes que siempre dijiste que eran demasiado mainstream. Pasó el tiempo y nunca más los cambié, sin saber si mi vista empeoraba. Me quedé varias horas escuchando tu disco, admirando esa Wandering Star que cantabas cada vez que venías conduciendo tu vehículo con un cigarro en la mano y ese olor a tabaco que me producía alergia. Hace tanto tiempo que no nos sentamos a conversar, acaso será porque nuestras agendas ocupadas nos distancian. Acaso será porque cambiaste tu número y nunca me avisaste, porque te fuiste de Londres en busca de nuevos rumbos y yo me quedé en Victoria Station esperando algún tren para escapar, pero nunca lo hice y preferí quedarme a observar las historias que llegaban buscando un lugar donde asentarse. 

Y, al final, me senté a tomar nuevamente un café. Quizás, en algún momento, podríamos volvernos a ver.

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