Y aunque pueda parecer otro caso de insanidad mental, todavía me despierto soñando con ese pasado que alguna vez fue un presente con unas gotas de futuro mezcladas en la nostalgia de tiempos sobresaltados. Es la noche fría en que cuento las estrellas del cielo, la escarcha de las mañanas, el viento frío de las esquinas, la bufanda enrollada en mi cuello que a veces casi me asfixia, el gorro con el que cubro mi cabeza, los guantes, el silencio ensordecedor de la noche que ahora me parece un tanto diferente.
Todavía me despierto creyendo que este es un sueño, que el otro era la realidad; que pronto abriré los ojos y volveré a despertarme en una ciudad distinta a miles de kilómetros de distancia desde acá. Perdido a la deriva, flotando en las olas de un mar tranquilo y celeste a la espera de una sorpresiva tormenta tropical. Todavía me despierto creyendo que podré reencontrarme con esas historias que nacieron de improviso, con ese simple detalle que desató todo lo demás.
Todavía me despierto creyendo que este es un sueño, que el otro era la realidad; que pronto abriré los ojos y volveré a despertarme en una ciudad distinta a miles de kilómetros de distancia desde acá. Perdido a la deriva, flotando en las olas de un mar tranquilo y celeste a la espera de una sorpresiva tormenta tropical. Todavía me despierto creyendo que podré reencontrarme con esas historias que nacieron de improviso, con ese simple detalle que desató todo lo demás.
Fotografía: Calle del Bachiller Sansón Carrasco, Albacete, España.
1 comentario:
Yo tmbn!! A veces creo que sigo en aquel mágico lugar al que contamos nuestras historias y escribimos nuevas.
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