martes, 17 de agosto de 2010

Amanecer en Cartagena

No te has dado cuenta de que han pasado algunas horas; hemos dormido el uno al lado del otro, a veces abrazados, a veces tú con tus piernas encima de las mías, a veces con mi cabeza sobre tu hombro, a veces con tu mirada sobre mi rostro dormido cuando no me doy cuenta. Hemos recorrido kilómetros en direcciones extrañas (probablemente a la redonda, porque miro por la ventana y me parece ya haber visto ese lugar que supuestamente es nuevo). Entonces abres los ojos y siento tu respiración muy cerca de mi cuello, me despierto con ese susurro suave de tu voz que me quiere despertar. Veo tus ojos enormes de ternura, me seduce esa mirada que encontré un día de improviso, en un cine con películas animadas y entre una nube de tabaco sabor a melón. ¿Acaso también un té?


Abrimos los ojos, todo el resto duerme. No sabes lo mucho que me encanta tenerte cerca, el placer que me produce el solo hecho de tenerte abrazada a mí. Y las luces van quedando atrás, las ciudades aparecen y luego se esconden. Cuando despertamos del ensueño, ya nos habíamos pasado de estación. Nos encontramos perdidos en una playa del silencio, mirando un Mar Menor. Contemplamos el amanecer, uno al lado del otro, conectando todas esas historias. Ya sería el tiempo de bañar nuestras ilusiones en un mar Mediterráneo.

Fotografía: Playa La Manga, Cartagena (Murcia), España.

1 comentario:

Nobody dijo...

Extraño despertar a tu lado, extraño soñar tomados de la mano, hecho de menos esas madrugadas abrazados... Nos vemos en el próximo amanecer del Mediterráneo!