Enredado entre sábanas blancas despertamos una mañana,
tú en la otra cama, cercana a la ventana,
yo en la otra cama, cercana a la puerta,
quizá deseando haber dormido en la misma.
Nos miramos de improviso con un saludo matinal,
como amigos, aún sin besarnos.
Tus manos suaves recorrían mi espalda,
tus manos desordenaban mi pelo,
tus manos me acariciaban la cara.
Quiero besarte en la playa,
quiero besarte en el mar,
quiero nadar hacia el infinito Mediterráneo y unir dos mundos tan lejanos.
Soñé contigo en Alicante
y transitamos por caminos iluminados por el sol.
Amé cada espacio, cada segundo de tu presencia,
de despertarme casi desnudo a tu lado,
sin besarnos, sin tocarnos, tal vez, simplemente provocándonos.
Fotografía: Playa del Postiguet, Alicante, España
3 comentarios:
Gracias... usted me ha hecho llorar!! jajaja.. miss you so much!
todo está bien
menos el final
tampoco está bien el eterno retorno a los lugares comunes
Sí, tienes razón en eso, Violeta.
Como que el final está como bien débil. Pensé en cortarlo un poco antes... y sí, no me había fijado en eso de los lugares comunes :S
Es mi grave problema: la reiteración.
Lo voy a tener bien en cuenta. Gracias.
Publicar un comentario