domingo, 26 de julio de 2009

El pecado del inconformismo

Uno de mis mayores pecados es el inconformismo que a veces se transforma en una ambición que me motiva a la autosuperación, pero otras veces se convierte en uno de los principales motivos de frustración. Es lógico -y creo que es necesario- siempre querer lograr más cosas no sólo a nivel material sino a nivel de relaciones sociales: incluso he llegado a creer que es ese uno de los puntos de mayor conflicto al ver que la gente no piensa lo mismo que yo. Cuando uno entrega algo es obvio que lo hace de manera gratuita y sin esperar nada a cambio, es cierto, pero sucede que muchas veces la gente se aprovecha de esa bondad gratuita. Puede ser que sea el simple hecho natural de la ley del más fuerte, dejándome en este caso como el más débil. Y es probable que sea ese uno de los motivos de que cada cierto tiempo comience a buscar nuevas personas, tal vez, para cometer el mismo error e intentar aprender.

Sí, soy extremadamente inconformista y los que me rodean tienen la mala suerte de darse cuenta de eso. Y es que, por lo que veo, son más las consecuencias negativas que las positivas: ya me lo decí una profesora, que el tema de autoexigirse en demasía puede transformarse en algo "autoflagelante" que al fin y al cabo te motiva a quedarte sentado, "porque nada de lo que hagas puede ser lo suficientemente bueno como para cambiar los errores de la actualidad". Y me ha pasado tantas veces en que he dejado pasar buenas ideas por el solo hecho de creer que puede venir una mejor, o no he tomado las oportunidades porque puede llegar otra mejor. Es un exceso pensar tanto en el futuro y olvidarse del presente, puesto que puede suceder que ese futuro, simplemente, no exista. Recuerdo ese cuestionamiento en la película "Just like Heaven" (traducida, pésimamente, "Como si fuera cierto"), cuando la protagonista se da cuenta de que muchas cosas no tuvieron sentido. A veces pienso, con temor, qué sucedería si se me presentara una situación similar.

Por otro lado, soy inconformista al grado que ni yo mismo me entiendo. Claro, he estado esperando por mucho tiempo para obtener una oportunidad de trabajo y al fin tuve la suerte de encontrar algo en lo que realmente soy útil, creo. No será por más allá de una semana, pero me ha bajado la inevitable sensación de flojera. "¿Por qué no habré ocupado la última semana de vacaciones durmiendo?". La razón: el futuro y la utilidad, por hacer "algo útil", como si la vida misma no sirviese de nada. Estoy seguro de que no es así, pero, como siempre, me gusta sentarme a reflexionar sobre algunas cosas tan cotidianas a las que uno no les da el tiempo: el sólo hecho de ser almacén de sueños ya nos hace útiles en potencia, ahora sólo falta hacerlos realidad.

1 comentario:

Yo.- dijo...

son muy largas las vacaciones
con 1 semana basta...en 1 semana uno puede hacer todo lo q tenia presupuestado.
pq de lo contrario uno se siente inutil al no tener obligaciones

xau

PD: bien yankie la pelicula en too caso xD