lunes, 29 de junio de 2009

A too morrison

Leí en un artículo que el trabajo del lexicógrafo es extremadamente lento: he comprobado que más que lento, es latero. Y claro, espero que alguien encuentre mi blog como fuente documental del uso de la palabra "latero". Sí, hacer trabajos a fin de semestre es extremadamente latero y uno ya no da más con tantas cosas por hacer. Son las 22.12 y no sé a qué hora me iré a acostar porque me sigue dando vueltas en la cabeza el trabajito, la prueba de mañana -para la cual no he estudiado, realmente, nada- y el trabajo éste que es para el viernes. Es que es harto por hacer: 50 palabras, con sus consecuentes definiciones. Ahora, esperando que estén todas buenas y que no haya que sacar alguna.

Estuve todo el fin de semana recolectando información, así que ni por si acaso subiré mi trabajo al rincón de vago para ayudar a otro. Suena egoísta, pero es que fue demasiado el trabajo y no estoy dispuesto a regalarlo bondadosamente a la red. Me puse más capitalista de lo que habitualmente soy. Y es que el tema del tiempo es oro se hace evidente, mi tiempo es oro, y espero que alguien pague por mi tiempo. Sí, como toda obra de arte adquiere valor por la dedicación. Sí, por mi tiempo, por ese tiempo que podría haber gastado haciendo cualquier otra cosa, como por ejemplo, dormir.

Ya no estoy ni ahí con el vocabulario chilote que supuestamente iba a hacer, tampoco me interesa de dónde salió esa fiura. Necesito que sea día viernes para al menos saber que las semanas siguientes daré algún examen. Quiero dormir, quiero tener la sensación de que puedo hacer nada... añoro mi tierna infancia, aprender por gusto. Aunque después de todo, no es tan malo: saldré caperuso en estas 50 modismos. Esta cosa es a too morrison jajaja.