martes, 16 de octubre de 2012

Mi primer día del Profesor.

Con los jolgorios y sonrisas, música y celebración de antaño... no. Tiempos en que los alumnos se preocupaban de hacer algo entretenido para sus docentes... no. La evaluación de mi primer día del profesor es simple: una mierda. Sí, y lo digo con palabras que podrían distar del lenguaje esperado para un profesional de la educación que debe esforzarse porque esas mentes ineptas aprendan cuando en realidad quieren vivir eternamente de subvenciones del estado porque les da lata trabajar. Lo dije y qué. Una completa mierda que solo pierde un punto negativo por el hecho del asado que nos hicieron que, después de todo, tenía carne dura. Soy un criticón de mierda que no me gusta nada, incluso soy un poco taimado porque lo ideal habría sido que este día me lo hubiesen dado libre: menos complicaciones para todos, apelando a la lógica y todo lo demás. Pero como dijo una docente el día de hoy, "los que pensamos de manera lógica, no estamos dentro de las autoridades"... no sé si textual, pero algo así.

Me dio una lata tremenda -en el sentido medio depresivo, esa rabia que en realidad es pena- ver el poco interés de los alumnos por celebrarte: esos abrazos medio forzados o alguna alumnita estúpida (sí, realmente, estúpida porque es obvio que no tiene cerebro) que te saluda como por compasión y se ríe con esa risa estúpida que demuestra que su programa favorito es Yingo. Otra flaite que te mira y no te dice nada, mientras tú te ríes para tus adentros, pensando en que no va a llegar a ninguna parte más allá del caño de algún cabaret... y ni eso. (¿No me estaré yendo al chancho con mis comentarios? En fin... es mi expresión y punto, no acepto censuras en mi espacio, así que si no le gusta, no lea ni me venga a vender ideologías estúpidas). Darte cuenta que el Centro de Alumnos no llegó a la hora para hacer el supuesto acto que tenían preparado y pasar toooda la mañana sentado haciendo nada fue lo que me produjo lástima por mí mismo: ¿es esto lo que quiero? ¿Trabajar eternamente para gente que no te quiere ni valorar? Lo positivo, la caja de compensación envío una torta que estaba bastante deliciosa y de la cual, de pura depresión, me repetí dos veces.

Eso fue mi primer día del profesor. Me sentí completamente ausente y vacío en medio de toda esa falsedad. Afortunadamente, mañana ya es miércoles y es mitad de semana: vamos, año escolar, ándate de una puta vez que quiero mi dinero y mis vacaciones.

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