jueves, 11 de octubre de 2012

Gajes del oficio

Me resulta extraño pensar que mañana será la ceremonia de titulación en que recibiré el famoso "diploma" que me acredita como profesional de la educación: sí, claro, cómo no. Es más extraño aún, cuando hoy has tenido uno de los peores días laborales en lo que va de tu recién iniciada vida docente, de esa que siempre pretendiste huir y que ahora llegó de improviso como una carta no deseada. Es como la crónica de una muerte anunciada que por más que intentas evadir, tarde o temprano te alcanza y te lleva. Pero la profesión no es una muerte en su totalidad, pero si en un 60%. 

Y si hasta ayer me quejaba de los alumnos, mi reclamo del día es directamente contra la institución que se cree un Dios que puede cambiar las reglas a su pinta: estaba en el mall cuando mi celular notifica un correo de la directora que "recuerda" de los cambios de horarios a partir de la semana que viene: extraño, que yo sepa, a mí nadie me ha avisado que tendré nuevo horario, al menos nadie me ha preguntado si quiero o puedo. Y comienzo a leer el archivo adjunto y se me cayó la cara de cuico, menos mal que ningún alumno merodeaba esos lugares para percatarse de mis improperios a viva voz contra un establecimiento que no solo es malo por sus alumnos, sino que porque sus directivos son una verdadera mierda (luego de este comentario, creo que tendré que asegurarme de que mi blog no llegue a la vista de aquellos involucrados en dicha característica). ¿Cómo es eso de que cambian los horarios cuando se les ocurre? ¿Y a mí cuándo me preguntaron? Mi contrato dice una cosa y las condiciones están cambiando sin siquiera consultarme. Esto es incumplimiento de contrato y según me comentan, implica demanda a la institución. 

Definitivamente, me arruinó un momento de la tarde, porque estaba todo tan bien hasta que recibí ese correo. Más encima es pésima la actitud, porque avisan hoy jueves y este cambio es para el martes, día que volvemos después del festivo. ¿En qué momento puedo reclamar? Creo que mañana será la hecatombe. Y justo el día en que recibiré mi diploma de profesor... uy, qué lindo, no podía ser más ad hoc a mi cariño por la profesión docente, casi una analogía. Hoy más que nunca, me dieron ganas de mandarlos a la mierda, pero... paciencia, espero salir vencedor: si alguien te cambia las condiciones del contrato sin avisarte, ¿está incurriendo en una falta, no es cierto? Allá veremos, lo que sí voy teniendo en claro es que les diré que se busquen un nuevo profesor para el próximo año.

1 comentario:

Machuk dijo...

jajaj inspeccion del trabajo? xD