viernes, 7 de mayo de 2010

Sin pensar

En medio de la nada, me recosté a mirar el cielo, así, sin pensar. Sin pensar en la vida que daba vueltas como la rotación de la tierra, sin pensar en la respiración que necesitaba para poder seguir vivo, sin pensar en lo efímero del cuerpo humano y la volatilidad de su rápido desaparición, sin pensar en el aire frío que ataca contra mi piel entumecida, sin pensar en el pasto que comienza a crecer, sin pensar en el sol, sin pensar en las nubes, sin pensar en el celeste del horizonte que se escapa más allá de las praderas. Sin pensar, me decía una y otra vez, enlistando cada una de las cosas en las cuales no quería pensar. Sin pensar en el camino que me invitaba a conocer lo que escondía, sin pensar en el agua que pronto iba a necesitar si me pasaba todo el día ahí, sin pensar en la comida, sin pensar en los vehículos que podrían circular por encima de mí en cualquier momento. Sin pensar en las naves espaciales que desde el cielo pudiesen querir venir a observarme. Sin pensar en el futuro, ni en el pasado, ni en el presente. Sin pensar en lo que estaba sucediendo. Sin pensar en los dibujos que me evocaba ese paisaje donde quería dormir, sin pensar en el cansancio de mis pies de tanto caminar.

Sin pensar en que la mente solo sabe divagar en afirmaciones, jamás en negativos.

Fotografía: Provincia de Tetuán, Marruecos.

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