Siempre es extraño iniciar una nueva semana. Este último tiempo no ha estado excento de extrañezas universitarias que tienden a la normalidad en cuanto a frecuencias absolutas: rostros fúnebres postpruebas, rostros demacrados y ansiosos por las vacaciones, ilusiones de vacaciones destruidas por una prueba, círculos viciosos académicos cuyo único "mérito" es mantenerte 100% alerta a lo que algún autor pueda querer decirte... aunque esto esté oculto bajo millones de cláusulas con perspectivas distintas. Simplemente, locura incandescente que cuelga como los candelabros de una pared de colores múltiples que centellean como los parpadeos de una botella llena de agua que cae al mar y se convierte en esa unidad cósmica perdida en el infinito del surrealismo etéreo de ensoñaciones fantásticas con un ritmo bailable de palabras que ahogan y no respiran cuando se adhieren a ideas que cuelgan y vuelan y vuelven a volver desde el comienzo a un principio. Relojes derretidos.
Buscando novedades, buscando silencios, buscando ideas, buscando ese tiempo inexistente que quiero crear. Un presente eterno como dice una de mis profesoras. Un futuro como el que yo sueño a veces. Un pasado como ese que puede que se me olvide, no sé si para mejor. Pues es que ese futuro que planeaba en algún momento, se acerca a pasos agigantados, violentos y apresurados, casi sin permitir que me de cuenta. Y vienen los encuentros con Elvira, las palabras poéticas desordenadas, El Álbum de Valparaíso y Santiago Waria, palabras, camisa y corbata, calor santiaguino sobre los 30º C y el smog irrespirable de la ciudad más grande de Chile.
Buscando una respuesta proveniente de dimensiones lejanas, que se pelean el modernismo chileno. Aún hay calma, aún hay sosiego, como si el destino hablase en palabras sordas que sólo yo entiendo. Aún hay calma, pero en cualquier momento, vuelve la locura. Vuelve el trastorno, la sinestesia de pensamientos y coordenadas arrojadas por una brújula azarosa. Volverá la locura, volverá lo nuevo, lo extraño y lo novedoso. Entonces perderé la cordura por un momento, pero siempre es bueno perder la compostura por algún momento.
Buscando novedades, buscando silencios, buscando ideas, buscando ese tiempo inexistente que quiero crear. Un presente eterno como dice una de mis profesoras. Un futuro como el que yo sueño a veces. Un pasado como ese que puede que se me olvide, no sé si para mejor. Pues es que ese futuro que planeaba en algún momento, se acerca a pasos agigantados, violentos y apresurados, casi sin permitir que me de cuenta. Y vienen los encuentros con Elvira, las palabras poéticas desordenadas, El Álbum de Valparaíso y Santiago Waria, palabras, camisa y corbata, calor santiaguino sobre los 30º C y el smog irrespirable de la ciudad más grande de Chile.
Buscando una respuesta proveniente de dimensiones lejanas, que se pelean el modernismo chileno. Aún hay calma, aún hay sosiego, como si el destino hablase en palabras sordas que sólo yo entiendo. Aún hay calma, pero en cualquier momento, vuelve la locura. Vuelve el trastorno, la sinestesia de pensamientos y coordenadas arrojadas por una brújula azarosa. Volverá la locura, volverá lo nuevo, lo extraño y lo novedoso. Entonces perderé la cordura por un momento, pero siempre es bueno perder la compostura por algún momento.
3 comentarios:
En especial para escapar del sopor del presente... del cansancio de la semana... del horror que se hace omnipresente en cada cosa que ves y piensas cuando recuerdas los eventos que podrían suceder en un futuro próximo, impredecible e interesante.
Pero muchas cosas pueden cambiar, y siempre en movimiento el futuro está...
¿Mañana hará calor? Me interesa saberlo... así sabré si estaré como los "pollos asados" dando la prueba de pediatría, una de tantas entre las pruebas diarias de la semana.
Definitivamente, Octubre es un mes de infiernos con pruebas y trabajos... y aún no termina (pero siempre deja cosas buenas).
Saludos!
Q onda el fantasma?
parece q se adelanto halloween
xD
xau
Oye... léete mi nuevo escrito!
Te quejas que no subo nada a mi blog y ahora no lo lees, no puede ser... jajajaja!
Saludos!
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