jueves, 29 de noviembre de 2012

Que se acabe pronto el año

Sin más palabras, creo que resume el sentimiento que me identifica en estos momentos. Todo a raíz de un tema que siempre he dicho que no me importa y que, a la larga, ya ha terminado afectándome bastante. Creo que, sin lugar a dudas, estoy optando por la solución más fácil: huir, salir corriendo, decirles adiós y buscar un lugar mejor. Lo he pensado tanto, reflexionando si se trata de la mejor opción y creo que, pese a lo difícil que resulta tomar una decisión querida y necesaria, me cuesta. El fantasma de la duda, de la incertidumbre laboral y de la ilusión de estabilidad es lo que me causa problemas: no saber qué va a pasar. Pero hay otro punto que es tan importante como el anterior: salud mental. Creo que estos meses ya han sido suficientes para darme cuenta de que no es aquí donde quiero estar. Es claro. No quiero, no me siento bien, no me siento valorado y cada día que pasa parece demostrar de que algo no anda bien y de que los resultados que estoy esperando no los voy a lograr. 

Todo sucede a raíz de poner los promedios finales en que se acercan algunos alumnos para pedir que les suba la nota: en definitiva, que les regale un promedio 4.0 para que puedan pasar. No solo me parece mediocre, sino injusto, porque se han dedicado todo este tiempo a hacer cualquier otra cosa menos poner atención y querer aprender. ¿Acaso tengo que ir a buscarlos a la casa para que vengan? No. El aprendizaje pasa por una tarea personal y considero que los alumnos de educación media ya son lo suficientemente grandes como para darse cuenta de lo que tienen o no que hacer. Faltan notas porque dependo de las que pone otra profesora (cosa que me estresa, porque me carga esperar a gente externa cuando mi trabajo ya está hecho). Luego te das cuenta de que hay gente que no quiere y no quiere no más: les da igual si les pongo el 2.0 (cosa que ya he hecho en reiteradas ocasiones, pero que todavía me duele un poco). Definitivamente, mi proceso de formación fue muy diferente al de estos chicos y me cuesta tanto entender que existen otras realidades: sí, es un defecto personal. Quieren que "los haga pasar" por la fuerza y luego dicen que hay que mejorar la calidad de nuestra educación: ¿dónde está el aprendizaje? Porque enseñar no es solo saber un concepto, sino tener actitudes y valores que acá, claramente, no están aprendiendo. Y, para finalizar, me dicen que encontraron unos trabajos que dejó la otra profesora, quien supuestamente los iba a revisar y jamás lo hizo. ¿Quieren que los revise yo? Si no tengo idea cuál era su pauta, su mecanismo. Me dieron unas ganas de mandar todo a la mierda, de tener mi minuto de furia y de decir que no haré nada: que esas son las notas y punto, si les gustó molestar todo el año, que ahora asuman. 

No sé. Estoy con una sensación de angustia y rabia, porque me sigo dando cuenta de que nadie valora lo que hago y siempre soy yo el problema. ¿Acaso lo soy? ¿Acaso estoy haciendo muy mal las cosas? Laboralmente, no ha sido mi año y creo que a estas alturas ya nada dice que se pueda arreglar. Simplemente queda sobrevivir y esperar que se acabe pronto para comenzar con nuevas energías el 2013. Ya tengo claros cuáles serán mis deseos para el año nuevo. 

1 comentario:

E dijo...

Que chupen un perro... Y los que opinan estupideces sin ser capaces de trabajar tb