jueves, 5 de abril de 2012

Somos palabras

Piedras mágicas en el silencio,
roqueríos inciertos alrededor del camino
y las pisadas de los caminantes perdidos
en ese sendero dentro del cual respiro
y sonrío, lo miro, lo describo,
sin saber lo que pasa ni lo que viene.

He cruzado tantas veces el río
con su caudal y su riesgo que avanza hacia el mar,
allá donde los navegantes se han perdido
en esa búsqueda incesante de sí mismos;
saber lo que son,
creer en sus logros,
lanzarse a nadar sin amarras y tocar el horizonte con un dedo,
con el alma, con las palabras, con el presentimiento.

Intuiciones de movimientos,
luna llena que se alza sobre nuestras cabezas
y su magnetismo extraño:
sé dónde estás porque te siento,
sé lo que pasa porque estoy contigo,
sé que lo sabes porque estás aquí. 

Y somos palabras, somos energía,
somos sonidos y signos ortográficos,
o lo que sea.
Hablo contigo, hablo con otros, hablo conmigo mismo,
hablo con nadie y no sé qué decir.
Somos movimientos, somos energía,
enredado en la persistencia del tiempo
que existe, que no existe, qué se yo.

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