lunes, 16 de abril de 2012

Lunes, no tan querido Lunes.

Lunes. Y sí, escribo Lunes con mayúscula no solo porque se encontraba al inicio de la oración, sino porque, a veces, merece ser tratado como un nombre propio con vida y acciones que lo convierten en un objeto perfecto de apelación: de amor y de odio, claramente. Lunes, no tan querido Lunes, ¿por qué justo te tocó ser el día de la semana que menos queremos? No estoy seguro si se trate de algo solamente cultural chileno o de algo, más bien, global: creo que me inclino más por la segunda opción. Es que no es coincidencia que la gran mayoría de la gente aparezca con rostro deprimente y que siempre sea la misma excusa: "es lunes". Querido no tan querido Lunes, simplemente, te tocó la mala suerte de ser el primer día hábil y es lo que hay.

La fila para la validación de la TNE era enorme en Sausalito y menos mal que no me pusieron problemas por el "estado" de mi tarjeta: me alegro de que hayan sido concientes de que el material en sí mismo es pésimo. Todo bien después de todo y sonrío de saber que estoy asegurado con tarifa escolar todo este año: gran alivio. Lo siguiente fue nadar y nadar en vez de rodar y rodar como dice la clásica canción. Si puedo definir a mi no tan querido Lunes en una sola palabra, sería "movimiento". Más bien, "volar de un lado para otro en tiempos impensables": optimización al máximo y aprovechamiento de recursos. Claro que yo también soy un recurso que el establecimiento utiliza para optimizar su tiempo y dinero: así no más po. Una clase interesante en que el desestimado recurso de la pizarra me salvó y me quitó todo el tiempo: excelente. 

Lo siguiente fue lo divertido. Debía reunirme con Chris para la reunión semanal y sucede que la hora pasaba much faster than I expected. Eran las fotocopias... las fotocopias... ¡jodidas fotocopias que debo pagar por mí mismo! Todo sea por una educación de calidad o, más bien, por evitar hablar el día de mañana y que mis alumnos no reclamen de que les dicto todo (o que no les dicto, no hay como contentar a la gente, digo yo). Cuando al fin acabé con las fotocopias tuve la no tan brillante idea de subirme a un trolley con la finalidad de salvar el patrimonio y rememorar mi infancia: sí, es pintoresco, lindo, económico, sustentable y todo lo de más. Pero no sirve para llegar rápido cuando vas apurado o bien se trataba de la Ley de Murphy atacándome cuando voy atrasado. Acabé llegando media hora tarde, pero todo bien después de todo.

Llego a mi casa a las 21.00 luego de estar prácticamente todo el día fuera y comienzo a pensar: ¿por qué, querido no tan querido Lunes, tienes que ser el día que más odiemos de la semana? Creo que comenzará un círculo vicioso.

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