Son muchos los lugares que he querido recorrer durante mi vida y me he dado cuenta que, poco a poco, se ha ido dando el tiempo y las oportunidades para poder verlos con mis propios ojos. Es una sensación muy agradable cuando luego de ver dichas fotos, te das cuenta de que tú eres parte de una de ellas... de que tú también viste y sentiste el aire, la emoción de estar en un lugar como ese. Este fin de semana fue el turno de Barcelona. Y es que Catalunya se presenta como un lugar divertido, cosmopolita y muy bello en el cual puedes pasarte horas y horas caminando si es que el clima te acompaña. Aquí van mis aventuras.
Un viaje de alrededor de 8 horas desde Albacete, en pleno corazón de Castilla
El mejor amigo de quién viaja es un mapa. Siguiendo las calles, pudimos llegar a esta enorme iglesia situada en uno de los barrios más atractivos de Barcelona: el Barrio Gótico. Es una gran emoción cuando puedes ver aquellos puntos que antiguamente solo viste en fotos. Comencé yo a tomar las mías propias. Estaba frente a uno de los monumentos creados por Gaudí. Continuamos caminando por las calles de Barcelona ubicando la arquitectura que llama la atención, la historia que encierra. Incluso recuerdo cuando caminé por una calle y tuve la sensación de que ya había estado en esa calle. Y me pasó varias veces, porque he tenido muchos sueños en que camino por calles como esas. ¿Algún recuerdo de una vida pasada? ¿Viajes producto del desdoblamiento? O el deseo de llegar a conocer estas tierras de las cuales nace parte de nuestra historia.
La lluvia fue nuestro peor inconveniente. Incluso nos encontramos con una tormenta eléctrica. Nos conocimos el metro casi completo buscando escondernos de la lluvia el día domingo. Recorrimos muchos lugares turísticos tales como el Museo Nacional de Arte de Catalunya, en Monjuic, el borde costero y calles llenas de historias en el aire.
Ahora, solo me hace falta aprender catalán e irme a hacer un postgrado a
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